Economía

El final del ferrocarril de los altos

El final del Ferrocarril de Los Altos ha originado interés por conocer cómo sucedió. Alonso Castro Conde, en su libro Memorias de un Técnico, narra lo que se indica seguidamente:

La destrucción implicó los siguientes aspectos generales: levantado de unos 48 kilómetros de cables del trolley y desmontado de más de mil torres que soportaban los cables; levantado de más de cuarenta y cinco mil durmientes a donde se aseguraban los rieles por pernos tirafondo; desmontado de cerca de ocho mil planchas de empalme aseguradas por pernos con tuerca; desmantelado completo de los once carros eléctricos que conformaban el material rodante, más un carro eléctrico de inspección y una gran góndola de remolque y en fin, otros tantos trabajos accesorios de demolición efectuados a lo largo de los años 1938 a 1944…

En 1944, Castro Conde relata la visita que hizo a lo que quedaba del ferrocarril, explicándolo de la siguiente forma.

Realizamos el viaje al día siguiente, por la costa, visitando uno por uno todos los lugares donde se había localizado las estaciones del ferrocarril eléctrico, principiando por San Felipe, Retalhuleu y lo que vimos en cada una de ellas eran grandes montones de chatarra ferroviaria; la estación quedaba aún en San Felipe. Ya no existía vía férrea en ningún punto, sólo quedaba el terraplén visible desde la carretera, aún en buen estado después de once años de abandono. No quedaban torres de trolley ni rieles ni cambiavías. ¡¡¡Habían hecho un desmantelamiento total¡¡¡

En la estación Terminal de Quetzaltenango las bodegas estaban llenas también de chatarra ferroviaria. No existía ni en San Felipe ni en la Terminal un solo carro eléctrico; todos habían sido desmantelados. En el edificio que alojaba los talleres no existía ni una sola de las instalaciones, ni máquinas herramientas. Todos los rieles y desvíos del gran patio de maniobras habían sido levantados. En la sub-estación eléctrica habían sido desmontados los dos grandes grupos motogeneradores de corriente directa, cuyos motores tenían una potencia de novecientos caballos. Así vi por última vez el Ferrocarril Nacional de los Altos¡

La versión del Ing. Colón

La nuera del jefe de la Planta Eléctrica y que desmanteló el Ferrocarril de los Altos, señora María Martha Valiente de Colón, el 7 de octubre del 2015, me expresó lo siguiente:

El Ing. Julio Colón Gómez fue mi suegro, y fue el jefe de la Hidroeléctrica del Estado en Quetzaltenango, puesto para el que fue nombrado en noviembre de 1935 por el general Jorge Ubico. Parte de la Hidroeléctrica era la planta de Santa María, la cual le daba luz a Quetzaltenango y al ferrocarril.

El altiplano tenía muy poca luz. El Ing. Julio Colón usó todo el material que se pudo utilizar del desmantelamiento del ferrocarril, para instalar luz eléctrica en los pueblos, que muy pocos tenían, y los que tenían no tenían alumbrado público.

Los rieles se usaron como postes de luz, y el tendido eléctrico del ferrocarril también se usó. Hace unos 20 años, todavía existían en Sololá rieles en las calles, los cuales no sé qué fin tuvieron. Lo que se desmanteló del ferrocarril, no se desperdició. Fue de mucha utilidad.

Otro sí del Ing. Colón

Del Ing. Benedicto Monroy recibí también el día mencionado la comunicación de la que extracto lo siguiente:

Estando en la Escuela de Ingeniería Mecánica Eléctrica, en la Facultad de Ingeniería, ahí tuve el gusto de conocer y ser, primero, alumno y luego amigo y compañero del ingeniero Julio Colón Gómez…

Lamentablemente, la instalación del ferrocarril se basó en un proyecto de factibilidad hecho a principios del siglo XX, 1903 si no estoy mal. En ese tiempo no había autos y la mejor posibilidad era un ferrocarril. Pero, la aprobación y ejecución del mismo se llevó a cabo en el segundo lustro de la década 20 del siglo pasado. Ya había pasado cerca de 25 años del proyecto original y la tecnología ya había cambiado. En la opinión de don Julio, ya para ese entonces, hubiera sido muchísimo mejor hacer la carretera pavimentada…

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.

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