“Países maravillosos… que nos tratan mal”
El mandatario lo resumió el sábado en un tuit: “La Unión Europea, países maravillosos que tratan mal a Estados Unidos en el comercio, se quejan de los aranceles sobre el acero y el aluminio. Si ellos abandonan sus horribles barreras y aranceles sobre productos estadounidenses, abandonaremos los nuestros. Gran déficit. De lo contrario, gravaremos automóviles, etc. ¡Es lo justo!”
Trump lanzó esa advertencia unas horas después de una reunión fallida sobre el tema en Bruselas entre su representante comercial Robert Lighthizer y la Comisión Europea, que está luchando para que la UE quede exenta de los impuestos estadounidenses.
La preocupación es compartida por Japón, mientras que México y Canadá gozan de una exención de estos gravámenes del 25 por ciento sobre el acero y el 10% sobre el aluminio.
China, el mayor productor mundial de acero y aluminio, dijo el domingo que “defenderá firmemente sus intereses”, pero continuará las conversaciones con Washington para evitar una guerra comercial “desastrosa” para el mundo.
“Los canales de comunicación no se han cortado (…) porque nadie quiere una guerra comercial”, dijo el ministro de Comercio de China, Zhong Shan.
“En este tipo de negociación, una sola de las partes no puede manejar todo el asunto por sí misma”, advirtió el funcionario, que habló al margen de la sesión plenaria anual del parlamento chino.
“Sin ganadores”
Criticada por su sobreproducción colosal, ampliamente subsidiada y ya atacada en Estados Unidos por múltiples investigaciones y medidas antidumping, China teme una escalada de tensiones que desbarataría la frágil economía del mundo.
“Una guerra comercial no tendría ganador, solo podría ser catastrófica para China, Estados Unidos y el resto del mundo (…) China no quiere entrar en una guerra comercial, ni lanzar una”, dijo Zhong, mientras agitaba la amenaza de represalias.
En respuesta a la ofensiva comercial estadounidense, los funcionarios europeos han planteado la posibilidad de gravar el bourbon, los jeans y las motocicletas Harley-Davidson.
Pero al amenazar a las emblemáticas marcas del sector automotor alemán, Trump también hizo surgir preguntas legítimas sobre la base legal que tal medida podría tener frente a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Por otro lado, hace ya tiempo que los principales fabricantes han diversificado su producción más allá de sus fronteras nacionales. BMW, por ejemplo, construye cientos de miles de vehículos cada año en Estados Unidos.