Economía

Electrificación de Occidente

El Ferrocarril Eléctrico de Los Altos constaba, tanto de la planta eléctrica situada en Santa María de Jesús, como de la red ferroviaria, de 48 kilómetros de largo.

Como una situación no prevista, dicha planta eléctrica sirvió para electrificar occidente. El relato del mismo se encuentra en la publicación titulada Historia del Desenvolvimiento de la Electrificación en Occidente, por Juan Antonio Ramos González, como tesis presentada a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala, en marzo de 1961, de 75 páginas.

El Ing. Julio Colón Gómez

Un hecho que cambió el futuro de la cuestión eléctrica en esa zona se debió al nombramiento del Ing. Julio Colón Gómez, el 5 de noviembre de 1935, como gerente general de la Planta Hidroeléctrica de Santa María de Jesús. Al llegar el Ing. Colón en 1935 se le asignó un sueldo inicial, en 1936, de Q75 mensuales. El cargo lo desempeñó durante nueve años del gobierno de Jorge Ubico, hasta la Revolución de Octubre de 1944, en que salió a Nueva York obteniendo asilo político en México en 1945, por haber sido funcionario público.

La planta eléctrica es alimentada por las aguas del Río Samalá y cuenta aún con un dique para embalse que recibe todo el caudal del mismo. Esta planta, a partir del desastre de 1933, siguió funcionando únicamente para abastecer la luz eléctrica del entonces pequeño pueblo de Santa María de Jesús y algunos barrios de la Ciudad de Quetzaltenango, con el objeto de dar cumplimiento a una concesión que originó la donación “ad-perpetuam”, como dice la escritura de cesión de 1,000 H.P., por el gobierno de la República a la Municipalidad de Quetzaltenango, en el año de 1927. La escritura fue firmada el 6 de agosto del mismo año, y registrada a favor de la misma municipalidad, en el Diario de Dominio del Registro del Departamento de Quetzaltenango el 3 de septiembre de 1927. La unidad de medida fue de 1 mil caballos de fuerza. Un caballo de fuerza (1 HP) equivale a 736 Watts. Por tanto, la donación de 1 mil HP equivale a 736 KW efectivamente, y a 73.6% de un megavatio (MW).

Las estructuras hidráulicas estaban —y están aún—, formadas por una presa principal de 48 metros de alto, que formaba un depósito de cien mil m3 de capacidad. Entonces, la maquinaria generadora se conformaba por dos turbinas marca Francis, de una capacidad estimada de 2 MW cada una, para un total de 4 MW en ese entonces.

Mediante contratos que diseñó el Ing. Colón con plazo de 10 años de duración, se inauguró el servicio de luz eléctrica a la población de La Esperanza, el 30 de junio de 1933, homenajeando la fecha en que se celebra el triunfo de la Revolución Liberal de 1871. El 10 de noviembre de 1936 se inauguró el servicio a Olintepeque, El Palmar y San Felipe Retalhuleu, el día del cumpleaños del presidente Ubico. Se ve que le sobaban la leva a los liberales.

Poblaciones que se electrificaron

Además de la electrificación de Santa María de Jesús, desde el inicio de operaciones de la planta eléctrica, la expansión se llevó a 32 poblaciones adicionales: El Palmar y La Esperanza, 1936. San Felipe Reu., San Martín Zapotitlán, San Andrés Villa Seca, Cuyotenango, San Antonio Such., San Sebastián Reu., Concepción Chiquirichapa, San Francisco El Alto y Totonicapán, 1937. Salcajá, San Martín Sacatepéquez, Nahualá, Sololá, Santa Lucía Utatlán, San Pablo Jocopilas, Samayac, San Bernardino Such., y San Francisco Zapotitlán, 1938. Santa Cruz Mulúa, 1939. Santo Tomás La Unión, Mazatenango, Such., El Asintal, San Cristóbal Tot., y Quiché, 1940. San Mateo, Ostuncalco y Panajachel, 1941; San José Chacayá y Olintepeque, 1942.

Los posteados originales fueron de madera; sin embargo, más adelante se empezaron a utilizar los rieles del antiguo ferrocarril, a los cuales por su forma peculiar de construcción fue necesario adaptarles los aisladores que sostendrían los conductores de energía eléctrica. Estos rieles tuvieron que ser levantados de la primitiva línea del ferrocarril. Aún se ven algunos rieles en uso en las calles de Quetzaltenango y otras poblaciones.

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.