Pero el reporte de la banca central da cuenta que en julio, la captación de estos recursos sumó US$1 mil 370 millones, una baja de US$296 millones (17%) respecto a junio (intermensual) cuando ingresaron US$1 mil 666 millones que ha sido el monto más alto registrado hasta la fecha. En abril y mayo, se reportaron US$1 mil 516 millones y US$1 mil 592 millones.
Es así como en el primer semestre del año, las remesas crecieron al 25%, pero a julio el indicador se sitúo en 21.2%, lo que indica una desaceleración (ritmo de crecimiento menor), aunque al ingresar a la temporada de fin de año, se reporta un mayor flujo sobre todo en el último trimestre (octubre a diciembre), cuando los migrantes acostumbran enviar más dinero a sus familias por los festejos de la Navidad y Año Nuevo.
En el año, se ha recibido un monto adicional de US$1 mil 760.9 millones en la economía, por lo que el indicador se mantiene con dinamismo, a pesar de la situación que están viviendo los migrantes guatemaltecos en Estados Unidos a consecuencia de una alta inflación y las medidas que adoptado la Reserva Federal (Fed) en cuanto al aumento de las tasas de interés.
Por lo pronto, la tendencia se mantiene durante 17 meses consecutivos, con transferencias mensuales que superan los US$1 mil millones.
El dinero que se adiciona a la economía por este concepto, se destina principalmente al consumo en el hogar y se calcula que beneficia a más de 6.2 millones de personas, aunque por los efectos de la pandemia, pudo aumentar a un millón más.
¿A qué se debe la baja?
Juan Carlos Pocasangre, presidente de la organización Guatemaltecos en Nueva York, explicó a Prensa Libre que hay varios factores que pueden estar explicando la reducción de remesas observada en julio en Guatemala.
La primera es el alto costo de los combustibles, ya que los migrantes están destinando más dinero a esos productos y movilizarse a sus áreas de trabajo; la segunda se refiere al alza de los satisfactores básicos, sobre todo, los alimentos en las diferentes cadenas de supermercados y restaurantes. “Un migrante antes compraba un almuerzo con US$12 pero ahora le cuesta US$15”, detalló el dirigente.
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Además, a las personas migrantes guatemaltecas que se dedican al reparto a domicilio (delivery) de varios productos, los clientes les han reducido las propinas a US$2 o US$3 o en algunos casos, ya no retribuyen como antes.
Finalmente, Pocasangre expresó que, en el primer semestre del año, se ha observado la llegada de más guatemaltecos a los EE. UU., y muchos están ahorrando para cumplir con el pago del viaje que han realizado, y eso perjudica a sus familiares, porque primero hay que liquidar la travesía.
Hay casos en los cuales, los familiares en Estados Unidos han pagado hasta US$22 mil (Q170 mil) para trasladar a una persona, por lo que deben ahorrar para cumplir con esa deuda. “Y otros que están recibiendo a sus allegados y deben atenderlos aquí, mientras se incorporan a alguna actividad productiva y generan ingresos”.
Juan Pablo Carrasco, presidente de la Cámara de Comercio Guatemalteco Americano (AmCham), declaró que el efecto inflacionario que se vive en EE. UU., afectó a sectores sensibles como el de la construcción y a su vez, el acceso al financiamiento se ve reducido debido a los aumentos en tasas de interés. “Sin embargo, no hay que perder de vista que también las deportaciones y detenciones en la frontera han aumentado tras el regreso a la normalidad después de la pandemia”.