Yamilet Villatoro, gerente de comercialización de la firma Buena Contratación, de la Corporación Golán, indicó que por el momento, solo se trata del 10% de las empresas, pero son las más grandes, aunque todavía no ha pedido que se solicite la constancia.
Ella considera que las compañías buscan minimizar los contagios o el efecto que puedan conllevar, ya que cada vez que un trabajador se enferma, se debe cubrir la labor que hace y el trabajo se recarga en los demás. “Hay otras, en las que debido al tamaño de las instalaciones, las personas suelen almorzar juntas y por eso buscan minimizar el riesgo”.
Haciendo la salvedad de que no es obligatorio, Alejandro Quijada, director ejecutivo de la Fundación ProEducación & Empleo explicó los beneficios que pueden tener los centros de trabajo al contar con empleados o inclinarse por aspirantes vacunados, pues también conlleva ventajas para el trabajador, si se observa desde dos perspectivas distintas:
“Los beneficios potenciales para los empleadores son mantener saludable a su fuerza laboral al reducir los riesgos de los síntomas, disminuir el ausentismo a causa de la enfermedad, mejora la productividad, mejora el estado de ánimo y genera un clima laboral más seguro”.
Y para los trabajadores, reduce los riesgos del covid-19, baja el ausentismo y las consultas médicas a causa de la enfermedad. También mejora el clima laboral, así como la seguridad y confianza en el lugar de trabajo.
Se puede caer en discriminación
Pero también se manejan otras visiones acerca del tema y hay quienes consideran que, aunque el acceso al trabajo es un derecho, también las empresas podrían indicar que están facultadas para decidir a quién contratar y podrían inclinarse por quien esté vacunado.
Quijada coincide en que el acceso al trabajo es un derecho, pero no es una obligación para las empresas contratar, ya que son libres de seleccionar a su personal. Refiere que los procesos de selección son cada vez más específicos y a través de su reglamento interno, establecer quien puede o no, pertenecer a la compañía.
“Sin duda, hay un derecho que le asiste a cada uno y del lado del empleador, éste tiene la obligación de garantizar la salud y seguridad de sus trabajadores y tomar las medidas que para ello sean necesarias. Pero por temas de discriminación o limitación del derecho al trabajo no puede apalancarse en el argumento de que un empleado no se encuentre vacunado para tomar una decisión de contratación o terminación de contrato de trabajo”, argumentó Mirla Tubac, Gerente de EY Law.
Los empleadores deben sopesar las habilidades y competencias de sus candidatos y sus empleados actuales, aparte de establecer formas de ejecución de labores, modalidades de trabajo y las medidas preventivas que deben observar con empleados no vacunados. Inclusive, que permita ejercer las funciones en el centro de trabajo o de manera remota, en caso de que el puesto lo permita y en función del riesgo de contagio.
No es obligación, pero hay medidas de prevención
Acerca de si existe alguna disposición sobre la obligatoriedad de aplicarse la vacuna contra el covid-19, la viceministra de Administración de Trabajo, María Isabel Salazar, respondió que “no hay una normativa específica en carácter de ley ordinaria o disposición legal que así lo solicite. Obviamente, es un tema de contención de la pandemia, no algo que esté establecido en alguna norma en la actualidad”.
De conformidad con el Código de Trabajo, en el artículo 63, son obligaciones de los trabajadores seguir las medidas de seguridad ocupacional, expuso.
En ese Código también hay medidas específicas para quienes llevan a cabo manipulación de alimentos, agregando que “actualmente no hay una forma que se refiera específicamente a la vacuna, pero sí establece disposiciones obligatorias para los trabajadores en cuanto a acatar las medidas de seguridad. En este caso, para contener la pandemia y puede ser un causal de despido el no acatarlas”, dijo refiriéndose al uso de la mascarillas y medidas relacionadas”.
Por otro lado, en el artículo 16 del Acuerdo Gubernativo 79-2020 se establece que no se deben desarrollar políticas de discriminación relacionadas con el covid-19 y los temas que giran a su alrededor y que “por lo tanto no debe ser discriminado un trabajador, como acceso o permanencia en el trabajo, en relación a este tema”, dijo la funcionaria.
Y explicó que en las medidas que use un empleador en lo privado y en su libre disposición de contratación, que no tengan que ver con la inspección del trabajo y que no sean denunciadas como actos violatorios a la normativa, no tiene injerencia la Inspección General de Trabajo (IGT) porque no ha sido de conocimiento de oficio.
A la fecha, el ministerio solo ha recibido la denuncia de un trabajador por tratar de obligarlo a vacunarse. Como ésta fue hecha por teléfono por medio del centro de llamadas y el empleado no la ratificó, el trámite se suspendió.
Incentivar y generar confianza
Quijada recomienda que debido a la no obligatoriedad de la vacuna, las empresas deben tener cuidado en cómo manejan el tema. No pueden exigir, pero una opción es promover la vacuna con diversos programas, contar los beneficios y asegurarse de que sus colaboradores cuenten con la información adecuada.
Por ello, otra tendencia que ha surgido en el mundo es impulsar programas de incentivo a colaboradores para vacunarse, de manera que grandes corporaciones y empresas han llevado centros de vacunación a sus instalaciones en horas de trabajo para facilitar el proceso y generar un ambiente de compromiso en la organización usando, por ejemplo, la frase “yo me vacuno por ti” entre otras, dijo el ejecutivo.
La tendencia que se está manejando es que la vacunación es impulsada por las empresas, concediendo permiso incluso si la vacunación ocurre en horarios de oficina, pero descansa en la voluntad de los empleados el vacunarse o no, comentó Tubac.
“Algunas empresas están evaluando continuar con el formato de trabajo remoto para aquellos empleados que de momento no se encuentren vacunados, y el acceso a establecimientos y lugares de trabajo se encuentra limitado a aquellos trabajadores que tienen su cuadro completo de vacunación para no exponer a contagio a empleados o a terceros que visiten el centro de trabajo”, complementó la experta.
En Guatemala, por medio del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) se instalaron brigadas empresariales para vacunación. Hasta inicios de septiembre la entidad había atendido a 1 mil 137 empresas de sectores como servicios, finanzas, industria, alimentos, sector público, educación, comercio, agroindustria, farmacia, agro, telecomunicaciones, construcción, manufactura, transporte, logística e inmobiliario, y otros.
En esta modalidad habían sido atendidos alrededor de 50 mil trabajadores, mientras que otros 78 mil fueron vacunados en bloque en los 49 centros de vacunación que tiene instalados.
Además, sectores como alimentos, producción, restaurantes, supermercados, turismo y servicios en aeropuertos, promovieron la vacunación de su plantilla.
El fin en estos casos es no solo la protección del personal, sino generar confianza en el consumidor y atraer más clientes, explicaron recientemente directivos de la Cámara de Turismo de Guatemala (Camtur).
A inicios de septiembre, la Gremial de Restaurantes de Guatemala Apoya (Grega GT) que forma parte de la Cámara de Comercio de Guatemala (CCG) informó que el 100% de los colaboradores de las 90 marcas agremiadas (casi 7 mil empleados) ya completaron su esquema de vacunación.
Rudy Guzmán, vicepresidente de la Gremial de Servicios de Seguridad, dijo que como organización impulsaron un plan para lograr el objetivo de vacunar completamente a su personal.
También se les recomendó a las empresas crear un banco de datos y que cuando surgiera una oportunidad de trabajo fijo, que los candidatos estuvieran vacunados, de preferencia, o motivarlos a vacunarse. Y que lo están tratando de gestionar de la mejor manera para ayudar al Gobierno con el plan de vacunación, “pero que si una persona, por creencia o religión decide no vacunarse, se respeta su decisión”.
Mencionó que ahora los agentes de seguridad en edificios y comercios también hacen la función de controladores de aspectos de salud como toma de temperatura y verificar que los visitantes usen gel, por lo que también ellos deben estar protegidos.
- A consideración de Quijada, con el tiempo se puede volver en requisito en Guatemala para poder optar a un empleo, para ingresar a un país o a ciertos lugares, como ya se está manejando en algunos de Latinoamérica y en Estados Unidos.
- Incluso puede convertirse en un requerimiento, como lo es en la actualidad la tarjeta de pulmones o la de manipulación de alimentos, para algunos puestos de trabajo.
