Pero según la Unión Europea, se trata de una medida “difícil de entender”. “Es muy difícil imaginar que —las importaciones de automóviles— creen una amenaza para la seguridad nacional”, dijo este jueves el vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen.
Antes del anuncio del miércoles, los europeos ya estaban a la espera de la decisión de Washington sobre los aranceles al acero (del 25%) y al aluminio (10%) importados. Aunque los países de la UE están por el momento exentos, esto podría cambar a partir del 1 de junio.
Por su parte el líder mundial del automóvil, el constructor alemán Volkswagen, denunció este jueves lo que considera “proteccionismo unilateral” por parte de Washington, mientras que BMW, líder en vehículos de gama alta, reclamó “un acceso sin barreras” al país en nombre del “crecimiento y el empleo en el conjunto de la economía mundial”.
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También la Federación Alemana de Cámaras de Comercio (Dihk), consideró el anuncio como “una provocación”.
Desde China, donde está de visita la canciller alemana Angela Merkel pidió “apoyo al libre comercio”, pero sin hablar específicamente del sector del automóvil.
El anuncio de Trump llega pocas horas después de un tuit en el que prometía “grandes noticias” para el sector estadounidense del automóvil, víctima según él de “décadas de perder sus empleos en otros países”.
Trump critica en particular los aranceles europeos del 10% a los automóviles de Estados Unidos y de los países de fuera de la Unión Europea (UE), un porcentaje muy superior al 2.5% que impone Washington a los vehículos importados.
Sin embargo, Estados Unidos aplica aranceles del 25% a los camiones y picops, en comparación al 14% de la media que aplica la Unión Europea.
“Décadas” de desgaste
“Hay pruebas que sugieren que, durante décadas, las importaciones desde el extranjero han erosionado nuestra industrial nacional del automóvil”, dijo el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, citado en un comunicado.
Según Ross, en los últimos 20 años las importaciones de vehículos particulares pasaron del 32% al 48% del total de vehículos vendidos en Estados Unidos.
Pero los fabricantes alemanes rechazan estos argumentos y aseguran que fabrican más carros en Estados Unidos de los que exportan al país.
También destacan el hecho de que las compañías alemanas del sector emplean a 36 mil 500 personas en el país, a las que se añaden otros 80 mil puestos de trabajo de las compañías que fabrican material para automóviles.
Las amenazas de nuevos aranceles preocupan especialmente a Alemania, donde en 2017 los vehículos representaron el 25% de las exportaciones alemanas hacia Estados Unidos, por valor de cerca de 29 mil millones de euros y unas 994 mil unidades vendidas.
También Japón, con un importante sector del automóvil, expresó su preocupación, y su ministro de Comercio advirtió este jueves del peligro de los aranceles.
“En el caso, y sólo en el caso, de que se lanzara esta medida, sería una medida de restricción comercial extremadamente amplia. Estas medidas restrictivas hundirían el mercado mundial en la confusión”, dijo Hiroshige Seko a la prensa en Tokio.
La economía japonesa, la tercera del mundo, depende en gran medida de las exportaciones a Estados Unidos, en particular de automóviles. Los vehículos particulares representan el 30% de las exportaciones japonesas a Estados Unidos.
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