¿Cuáles son los retos para el nuevo responsable de la SAT?
JM: Hay tres elementos. Uno es luchar contra la corrupción para ayudar a elevar la moral tributaria, pero también facilitar el pago de impuestos y eliminar privilegios fiscales.
Por ejemplo, hay una ley que se promovió para mantener 65 años más de privilegios para no pagar impuestos. No se puede, por un lado, estar subiendo impuestos, y por otro, dando beneficios.
AC: La SAT debe ganar credibilidad nuevamente, garantizar que la institución va a funcionar de una forma técnica, mejorando la tecnología y la cultura tributaria. Si no, el camino será árido. Pero si los cambios no se hacen en los primeros tres meses, la gestión se ve cuesta arriba. La SAT perdió credibilidad estos tres años. ¿Se debilitó por ello?
JM: Sí. La SAT debe ser un órgano operativo y no político. Estos tres años han salido de cacería al zoológico, porque fueron a buscar al contribuyente que ya tenían inscrito y no al defraudador, al contrabandista o a quien evade impuestos.
Quizá el reto toral sea dar la sensación de que las cosas están controladas, porque si no, el evasor va
a pasar de fiesta otro año.
Se habla de cifras sobredimensionadas. ¿Se puede llegar este año a la meta
de recaudación?
JM: Las estimaciones del Icefi dicen que ya hay un agujero fiscal que podría estar entre Q1 mil 500 millones y Q2 mil 400 millones. En el escenario optimista, se dejarían de obtener Q700 millones que tienen que ver con mejoras necesarias en la recaudación, ya que no dará tiempo de implementarlas.
Hay otros Q380 millones en regalías mineras, ya que se hizo una mala previsión, porque ese rubro no se recibe sino hasta en el 2016, y otros Q400 millones perdidos por el impuesto a la telefonía. Las empresas devolvieron seis millones de líneas telefónicas y la Corte de Constitucionalidad (CC) suspendió este impuesto en forma provisional.
El escenario pesimista es que la CC suspenda definitivamente este impuesto a la telefonía y eso crearía demasiado estrés en el sistema tributario.
¿Son viables los aumentos de impuestos a bebidas, tabaco y combustibles, como han propuesto funcionarios?
AC: Desde mi punto de vista, no es el período adecuado para ponerse a aumentar impuestos. No solo generando impuestos se logra mejorar la recaudación, sino con el crecimiento de la productividad en el país. Por eso, son fundamentales el diálogo y el consenso.
Hay que planificar ordenadamente. Se debe tener cuidado especial en quiénes integrarán el nuevo directorio de la SAT.
¿Hay condiciones para un pacto fiscal?
AC: Sí las hay. Deben presentarse iniciativas por el Congreso o desde el Organismo Ejecutivo para modificar la ley y que no haya medida sustitutiva para los contrabandistas.
Pero crear nuevos impuestos o generar una estructura tributaria distinta se debe ver a largo plazo.
¿Cree que aumentaron las mafias en aduanas?
JM: Es evidente que hay defraudación. Aquí se recauda el 25% o 30% de los impuestos, pero debería ser mayor.
AC: Sí se han incrementado, así lo demuestran las cifras y el agujero fiscal que creció en estos tres años. Creo que se implementó una nueva ley aduanera para la cual la SAT no estaba preparada.
Desde el punto político, ¿qué condiciones encuentra Franco para operar la SAT?
AC: Hay que ver integralmente ; si no hay suficientes ingresos se deben reducir los egresos y evitar que crezcan las fuentes de endeudamiento.
Debe haber un proceso de austeridad en el gasto público, como recomendó el Banco de Guatemala. Hay que analizar cada programa, porque hay cifras que no tienen un destino específico.