ECONOMÍA

Lecciones de mamá para las finanzas personales 

Todos recordamos una frase de nuestra madre: “Cuando seas mamá/papá entenderás”. Aunque lo escuchamos como un regaño, conforme se tienen hijos y se enfrentan los desafíos que esto conlleva, se comienza a comprender esa frase que antes escuchábamos a la ligera.

Hábitos cotidianos de las mamás de los que ni siquiera nos percatábamos y sin la intención de hacerlo, nos enseñaban sin palabras. Como un pequeño tributo a todas las mamás, le describo algunas acciones que observamos de ellas y que podemos aplicar a nuestras finanzas personales.
 


Antes de continuar, si aún tiene la posibilidad de hablar con su mamá, llámela, exprésele su amor y gratitud, dígale que ha hecho una gran labor.
 
Recuerde que una mamá:
 

  1. Prioriza las necesidades. Sabe que con los recursos que tiene, debe hacer todo lo posible para que rinda al máximo, que alcance para todo lo importante. No le teme a priorizar, sabe que su familia depende de su buen juicio para salir adelante. 
  2. Busca opciones. Rara vez una madre compra a la primera, más cuando sus recursos son limitados. Está en constante búsqueda de la mejor alternativa: aquella que sea de buena calidad, pero de menor costo, incluso antes de comprar se pregunta si no lo puede fabricar ella misma. 
  3. Es previsora. Cuidar el techo, el vestido, la comida y la salud de su familia está en su ADN. Sabe que es importante prever para el futuro, es la que piensa en tener seguros, un fondo para emergencias, ahorrar para las inscripciones del colegio, etc. Todo lo que sea para proteger a su familia es prioridad; en la medida de sus fuerzas no deja nada al azar. 
  4. Se esfuerza. Pareciera que no se cansa, cuida de todos los detalles de la familia, casa y trabajo. Las madres son quienes duermen menos, se cansan más y se quejan poco. Están dispuestas a realizar lo que sea necesario para el bienestar de la familia. 
  5. Es emprendedora. Basta ver en las oficinas y reuniones quiénes son las que llevan dentro de su bolsa artículos para vender y traer un ingreso extra a casa. No le avergüenza realizar un trabajo honesto que le permita llevar más recursos a su hogar. Tiene imaginación, creatividad y empeño para buscar entradas adicionales para el hogar. 
  6. Sabe pedir ayuda. Muchos de los problemas financieros llegan a extremos porque a nosotros los hombres nos cuesta pedir ayuda, nuestro ego nos detiene. Una madre no tiene temor de pedir consejo cuando ve a su hogar en peligro, tiene la humildad suficiente de pedir ayuda. Le preocupa mucho más su familia, que la opinión que puedan tener de ella. 
  7. Maneja bien el estrés. Es increíble ver que, aunque el cielo les caiga encima, pueden encontrar fuerzas para mantener la tranquilidad y no permitir que las circunstancias dañen a sus hijos. Su capacidad de manejar el estrés es lo que permite tener esperanza cuando el horizonte se ve oscuro y se agotan las ideas. Al tener presente que su estabilidad emocional es importante, encuentran fuerzas en la debilidad. Cuán necesaria es esta virtud en las finanzas personales. 
  8. Desarrolla múltiples destrezas. Sabe coser, pero además conoce de matemáticas, química, consejería, arquitectura y a veces hasta de plomería. No lo sabe todo, pero si algo es necesario para la familia no lo piensa dos veces y lo aprende. No pregunta si la atribución se encuentra en la descripción del puesto de mamá. Ella está dispuesta a realizar todo lo que sea necesario. 
  9. Prefiere coleccionar recuerdos que dinero. Sus conversaciones son de vivencias, recuerdos, fotos, frases, viajes, todo momento vivido en compañía de su familia. Sabe que el dinero es importante, pero prefiere ver a su hijo reír, imaginarlo graduándose de la universidad y siendo un hombre o mujer de bien. Usa el dinero solo como un medio para coleccionar memorias familiares. 
  10. Es generosa. Muchas veces se privó de algo que le gustaba o necesitaba con el ánimo de darlo a sus hijos y verlos felices. Tanto es su amor por su familia, que le cuesta mucho trabajo no consentirles sus errores. Siempre tiene algo para compartir, no pueden faltarle regalos para dar o un plato adicional de comida para un invitado o necesitado. Es la muestra viva de anteponer los deseos de los demás a los propios.  

¿Cómo serían nuestras finanzas personales si aplicamos estos ejemplos que vimos en casa a nuestra forma de utilizar el dinero? Seguro nos serían de mucha utilidad.
 
No deseo terminar esta nota sin agradecer la enorme influencia en mi vida de cinco madres espectaculares. Mujeres de las que su ejemplo habla más fuerte que sus palabras, generosas, luchadoras y temerosas de Dios. Soy bendecido de haber estado rodeado de mujeres virtuosas. Las quiero mucho.
 
Mamy Zoily, mi abuelita cuyos 99 años de una vida ejemplar impactó mi vida sin medida. La admiraré siempre.
 
“Madre”, mi otra abuelita, de quien aprendí honestidad y sencillez.
 
Mi mamá, ejemplo de esfuerzo y amor hacia nosotros, que se ha privado de tantas cosas por nuestro beneficio. Cada día comprendo más, gracias.
 
Mi esposa, quien además de ser el amor de mi vida y mejor amiga, es una madre abnegada, amorosa, que se entrega en cuerpo y alma a cuidar, amar e instruir a nuestras princesas.
 
“Omi”, de quien tengo la fortuna de ser yerno, gracias por consentirme horrores y sobre todo enseñarme el poder de la perseverancia y la superación.
 
Feliz día de las madres.
 
* César Tánchez (@CesarTanchez) es escritor y conferencista en temas de Finanzas Personales. www.CesarTanchez.com. Autor del libro “Más rápido y más lejos en sus finanzas”.

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