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La palmicultura guatemalteca tiene buen futuro, pero solo si es eficiente, afirma especialista

La demanda mundial de aceite de palma continúa en ascenso, mientras que los principales productores afrontan problemas para lograr una buena cosecha este año.

Una perspectiva en el corto y largo plazo sobre el mercado de aceite de palma brindó el PhD. Julian Conway Mcgill, durante el “IV Congreso Palmero CPAL” celebrado esta semana en la Antigua Guatemala.

El especialista aseguró que el mundo necesita cuatro millones de toneladas métricas anuales en una economía normal y con un crecimiento permanente de la población, pero ahora las circunstancias están estancadas, por lo que se han adoptado otras medidas.

¿Cuál es la situación mundial del aceite de palma?

El mayor cambio en el sector palmicultor mundial es la disminución de nuevas plantaciones. Durante los últimos decenios, se ha dependido del crecimiento de la palmicultura para proveer al mundo de este aceite vegetal tan útil. 

Hoy en día ya no es el caso, pues los rendimientos no están mejorando, así que el incremento del producto de la palma se ha detenido un poco. Solíamos hablar de un alza anual de seis millones de toneladas métricas, pero ahora solo se registra un aumento de medio millón a un millón.

A su juicio, ¿qué ha cambiado?

Lo que ha variado es el reconocimiento en el sur de Asia de ya no sembrar en terrenos boscosos y además, el alto costo de la tierra hace que la ampliación de los cultivos sea muy difícil. Así que la expansión futura tendrá que venir de las mejoras del rendimiento. En ese tema, se reconoce a Guatemala como líder mundial en producción por hectárea.

Entonces, aparte de hacer énfasis en la mejora del rendimiento, este cambio también significa que si antes veíamos el aceite de palma como muy barato por su abundancia, ahora tenemos que analizarlo por sus cualidades únicas.

¿Cómo cuáles?

La mayor parte de los aceites vegetales son intercambiables, pero el de palma tiene ventajas en términos de grasas saturadas, que se pueden separar, y de los subproductos. Desde la perspectiva mundial, la gente está más consiente de esos beneficios.

En cuanto a su sostenibilidad, la percepción es negativa, y es muy difícil cambiar las opiniones de las personas, pero se continuará produciendo este aceite, por sus beneficios.

"El problema para otros países productores de palma de aceite es subir los rendimientos al nivel de Guatemala"

Julian Conway Mcgill

En el caso de Guatemala, ¿cuál es la tarea para mantener esos rendimientos?

En este país, las empresas impresionan por su cultura de rendimiento y excelencia. El problema para otros países productores de palma de aceite es subir los rendimientos al nivel de Guatemala.

Un problema es que aquí no se está ampliando el área sembrada, a pesar de que existen oportunidades para aprovechar el aceite de palma como una excelente opción para reducir la pobreza. O sea que si se incrementa el volumen, sería un buen camino en reducir la pobreza, pues muy pocos cultivos producen tanto empleo como la palma.

¿Qué tendencia se espera en los siguientes cinco años a escala mundial?

Para los próximos cinco años, quizás un incremento de cuatro millones de toneladas métricas, como mucho. En este momento la economía mundial está débil; pero en condiciones normales, la población del planeta necesita cuatro millones más por año para su consumo.

En prevención por plagas

Raúl Antonio Rodas Suazo, director del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa), explicó que la crisis climática tiene una incidencia directa en la ocurrencia de plagas y enfermedades.

Aseguró que hay plagas que proliferan debido a condiciones de alta humedad y precipitación, y otras que, por lo contrario, necesitan pocas lluvias, altas temperaturas o sequías, entre otras.

“Entonces, la relación entre las variables climáticas con la incidencia de plagas y enfermedades que afecten a los animales y las plantas es directa. Como organismo especializado en sanidad agropecuaria se está siempre vigilantes de lo que está ocurriendo, en términos de clima para tener la capacidad de hacer inteligencia sanitaria, predecir de alguna manera y contar con modelos matemáticos predictivos. Esto, para apoyar a los productores con alertas sobre lo que estará ocurriendo con el clima en futuro cercano”, expuso.  

El técnico aseguró que la institución se mantiene vigilante de las plagas llamadas “de importancia cuarentenaria” que no existen en Guatemala o en la región, pero que tienen una presión de entrada por medio de cargas o equipajes, las que pueden introducirse y dispersarse en el territorio.

Por otro lado, esquemas de vigilancia a las plagas que se conocen como endémicas, que son las que existen en Guatemala y que tienen una importancia económica por el perjuicio a los cultivos. “Hay plagas y enfermedades que están ahí y que pueden llegar en un vuelo o en un contenedor marítimo”, advirtió. 

En tanto que Carlos Urías Morales, director regional de sanidad vegetal de Oirsa, enfatizó que una plaga puede transformar un sector productivo, que en este caso el de la palma.

La amenaza más fuerte, que incluso ya es una epidemia en otros países, es el cogollo, enfermedad que está afectando a las zonas productoras de Colombia y Ecuador, mientras se teme una epidemia en Honduras.

El especialista subrayó que se deben tomar muchas medidas de bioseguridad para entrar a fincas y manejar nuevos sistemas de producción. “Guatemala tiene un liderazgo fuerte en la producción de palma, pero debe estar en una vigilancia constante para prevenir esta y otra plaga que se conoce como “picudo”, que puede provocar la muerte de la planta de forma rápida.

La prevención es la mejor manera de controlar y puede lograrse un modelo de prevención en coordinación con las autoridades competentes, recomendó.

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ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.