Economía

Los 3 gráficos que demuestran la dependencia del Triángulo Norte de los migrantes y sus remesas

Las remesas que envían los migrantes a sus familiares en Guatemala, se han convertido en un bastión de la economía nacional, que ahora representa el 14.6% del PIB en 2020.

La encuesta que mide el patrón de consumo en los hogares guatemaltecos está en curso. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

La encuesta que mide el patrón de consumo en los hogares guatemaltecos está en curso. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Cada año, la variable está ganando terreno en la actividad productiva nacional, que activa industrias manufactureras, construcción y los negocios en general, por lo que existe una dependencia de ese dinero.

Con US$11 mil 340.4 millones en 2020, que significó unos Q87 mil 321 millones en 2020, aumentó su participación en el Producto Interno Bruto (PIB), a pesar de su decremento en comparación con el 2019, cuando el ingreso fue de US$10 mil 508 millones con una participación en el PIB del 13.7%.

Solo ese incremento porcentual del 2019 al 2020, representó alrededor de Q6 mil 500 millones en la economía.

El tema cobra mayores expectativas con la posibilidad de que exista una regularización del estado migratorio de miles de guatemaltecos con la iniciativa que envió esta semana al Congreso el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, luego de jurar como presidente.

En Guatemala cerca de 6.2 millones se benefician de los ingresos que despachan más de un millón de migrantes, los cuales, en su mayoría, radican en los Estados Unidos.

Escala regional

Las remesas se han convertido en un ingreso importante para las economías de Centroamérica.

Según Johny Gramajo Marroquín, gerente económico del Banco de Guatemala (Banguat) el peso respecto del PIB ya empieza a parecerse a los datos de Honduras y El Salvador, los otros países del Triángulo Norte de Centroamérica.

En Honduras, las remesas representan el 23% del PIB y en El Salvador 20%, aproximadamente.

En esos países en particular hay una tendencia similar del fenómeno migratorio hacia los Estados Unidos.

En el caso de Nicaragua, las remesas representan 13.4%, y en Costa Rica, 0.8%.

En 2020, Guatemala fue el país que más ingresos recibió por US$11 mil 340 millones, seguido de El Salvador por US$5 mil 649 millones; Honduras, US$5 mil 522 millones y Costa Rica, US$519 millones.

El Salvador cerró 2020 con un récord en remesas familiares, al recibir 5.918,6 millones de dólares de sus emigrantes, un incremento del 4,8% con respecto a 2019, informó este lunes el Banco Central de Reserva (BCR).

Las remesas también sostienen la economía dolarizada de El Salvador.

En el vecino país, los meses más impactados por la pandemia fueron marzo, abril y mayo con una caída de ingresos del 10%, 40% y 18%, respectivamente.

La recuperación sostenida, según el Banco Central de Reserva, comenzó en junio y cerró en diciembre con un récord mensual al sumar US$644.6 millones, un 16.9% más que en el mismo mes de 2019.

Nicaragua recibió US$1,851.4 millones en remesas familiares el año pasado -un 10% más que en 2019-, de los cuales US$1,111.2 millones provinieron desde los Estados Unidos, informó este viernes el Banco Central (BCN).

En ese país, las principales fuentes de origen de las remesas en 2020 fueron las procedentes de Estados Unidos con el 60%, seguido de España (14.7%), que desplazó del segundo lugar a Costa Rica (14.6%), que ahora es tercero, destacó la entidad monetaria.

Para México, la serie histórica de 2016 a 2019 indica que representó 2.5% del PIB.

Pero en 2020 la estimación de cierre de ese país es alrededor de 4% del PIB, ello tiene que ver con el hecho de que las remesas crecieron mucho el año pasado y a noviembre de 2020, último dato publicado, llevaban un crecimiento interanual de 10.9% en México.

Melvin Redondo, jefe de la Secretaria de Integración Económica para Centroamérica (Sieca), expuso durante el Foro Económico Regional (Fecore) que organizó la Escuela Bancaria de Guatemala, que las remesas se han consolidado en los países del Triángulo Norte, y una buena parte de ese dinero activó los negocios y logró mantener las condiciones en algunos hogares.

Gramajo detalló que Guatemala cerró con un crecimiento de 7.9%, con US$800 millones con respecto al 2019, aunque a un principio de la pandemia mostró una contracción, el indicador se recuperó en el segundo semestre.

“En términos del PIB el crecimiento de las remesas ha sido relevante, que hasta el 2014 representaba el 9.6%, y luego hay un incremento a medida que se empezó a acelerar en el 2015, llegando al 2020 con un peso del 14.5%”, destacó Gramajo.

Para 2021, la estimación de ingreso de divisas por remesas es de US$12 mil 500 millones, con un crecimiento del 10% con respecto al 2020.

Eso quiere decir que se espera un aumento de US$1 mil millones.

Un estudio del Central American Business Intelligence (CABI) en septiembre pasado reveló que en Guatemala existe una fuerte dependencia de remesas fuera de la ciudad, es decir, que en promedio entre un 48% de la población dependen de ese ingreso en la provincia.

La distribución de las remesas se está generando en las fronteras o como Huehuetenango y San Marcos, en donde habrá tres o cuatro ciudades que crecerán en los próximos 10 años, se reveló en esa oportunidad.

Eduardo Girón, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), subrayó que las remesas reflejan no solo el esfuerzo de los guatemaltecos en el exterior, sino además el espíritu de superación de los migrantes. Esas remesas, consideró, son el fruto de su trabajo, el cual, desafortunadamente porque no encuentran en Guatemala.

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.