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Los tres retos urgentes de Guatemala y la región, según el Consejo Monetario Centroamericano

Incentivar la inversión local y extranjera, capacitar al recurso humano y mejorar la infraestructura son tareas impostergables del Istmo, si se quiere potenciar el crecimiento económico, de acuerdo con Odalis Marte.

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Infraestructura carreteras 2

La infraestructura es una de las necesidades que reflejan los países de Centroamérica. (Foto, Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Odalis Francisco Marte Alevante, secretario ejecutivo del Consejo Monetario Centroamericano, expone los retos de la región centroamericana al inicio del 2024, respecto al crecimiento económico, el panorama regional de los socios comerciales y el entorno mundial.

Entre estos, enlista la necesidad de que cada país haga la revisión y cambios internos en sus políticas, leyes o acciones ante la necesidad de potenciar su crecimiento económico, luego de que se ha logrado “batir” la inflación.

¿Cómo ve la Secretaría el crecimiento económico de Centroamérica en 2023 y 2024?

La región estaría creciendo en torno a 3.4% en 2023. Para 2024 proyectamos una cifra un poquito mejor que es 3.9%. Esta es consistente con el desempeño proyectado por los países. La ponderación de Guatemala pesa mucho porque, junto a República Dominicana, es la economía más grande de la región.

La inflación regional se mantendría moderada y en torno a la meta de la mayoría de los bancos centrales, que es de 3.2% en 2023 y 3.7% en 2024. Para Guatemala y República Dominicana, 4% es la meta.

Además, estaríamos batiendo la inflación y esto podría ayudarnos a tener tasas de interés más bajas en la segunda mitad de 2024 si las condiciones internacionales así lo permiten. No se debe descartar que los bancos centrales puedan bajar más las tasas de interés y si no se enrarece mucho el entorno internacional ni internamente se generan elementos de incertidumbre, el desempeño económico debería ser muy favorable incluso hacia el 2025.

¿Qué puede afectar o favorecer?

Deberíamos tener la posibilidad de aprovechar un mayor desempeño económico en Norteamérica por nuestro vínculo con Estados Unidos, pero tenemos como amenaza los conflictos geopolíticos que en la medida en que afectan la economía de ese país, puede perjudicarnos indirectamente.

O que pueda darse alguna inestabilidad a nivel de la banca internacional, pues aunque el sistema financiero regional tiene muy buenos indicadores, se debe observar si las condiciones del crédito internacional se ponen difíciles, por un menor crecimiento económico en otros socios comerciales importantes.

¿Cuáles son las medidas necesarias en Centroamérica para que el potencial de crecimiento económico no sea tan bajo y se pueda reflejar en el bienestar de la población?

Cada país presenta sus retos. En el corto plazo necesitamos la mayor certidumbre para que el sector privado tome decisiones de inversión. Bajo este contexto, los bancos centrales y la política fiscal de los Ministerios de Hacienda han hecho un buen trabajo en el sentido de que se ha estabilizado la situación de la presión inflacionaria, y hay una gestión profesional de la política económica.

 

Algo fundamental es la inversión en infraestructura, pues necesitamos mejores carreteras, puentes, puertos, aeropuertos, dependiendo de los sectores económicos que queremos potenciar, lo que en ocasiones es una medida de mediano plazo. Todo ese conjunto de obras civiles es necesario para que la economía pueda crecer más.

A largo plazo, un aspecto muy importante es la inversión social. Hay que invertir en la gente y en educación para tener los recursos humanos que permitan acompañar el crecimiento económico y potenciarlo.

Le menciono factores que son económicos y extraeconómicos. Por ejemplo, el ambiente de negocios combina la paz social, seguridad ciudadana, la estabilidad política y la gestión profesional de la política económica, tanto desde el banco central como desde los ministerios de Hacienda.

¿Qué se requiere para ello?

Es un reto muy importante mantener el balance o equilibrio entre un ambiente de negocios adecuado para la inversión y un sector público que invierta en obras civiles.

Cabe destacar que en estos últimos, necesitamos el consenso interno para que nuestros Estados y gobiernos específicamente, tengan el financiamiento necesario para realizar la inversión de infraestructura que se requiera. Pero con la carga tributaria que tenemos es más difícil, pues nuestros países están cobrando impuestos entre 12% y 16% del producto interno bruto (PIB) en el mejor de los casos.

Necesitamos invertir más para poder potenciar el crecimiento económico y eso implica no solamente un ambiente de negocios para el sector privado, para que invierta, produzca y se desempeñe, sino que también el gobierno tiene que cobrar suficientes tributos y tener ingresos adecuados para que pueda enfrentar los compromisos y la inversión.

¿Cómo lograr que se tomen decisiones de política monetaria para controlar la inflación, pero sin sacrificar el crecimiento económico?

Ese es un equilibrio bastante delicado. Creo que a nivel de la región no tenemos notas malas y ha habido un trabajo bastante loable a nivel de los bancos centrales, porque a partir de la pandemia no caímos y nuestras economías se pudieron mantener. Tal vez no a los niveles deseados, pero no llegamos a una crisis, y ese esfuerzo colectivo ha valido la pena.

Como la inflación ha ido cediendo, los bancos centrales tienen la posibilidad ir moderando o bajando las tasas y en la medida en que la inflación se mantenga dentro de las metas, deberíamos esperar que al menos hacia una mitad del año 2024 las tasas líderes serían moderadas.

No se debe olvidar la necesidad de que nuestros gobiernos inviertan más en infraestructura y hay que tomar en cuenta que el multiplicador del gasto público es elevado. Es decir que cuando se construyen obras públicas como carreteras, eso facilita mucho el comercio, la producción, el turismo y la actividad económica. Por cada dólar que se invierte en una carretera, puede producir dos y medio o tres y medio dólares en actividad económica.

En la parte de capital humano, respecto a la inversión y educación, se debe tener claro que los frutos se van a ver en gobiernos posteriores, porque se necesitan 12 años para un ciclo de educación.

Por el lado de la política monetaria, si la actividad económica se apoya con mayor inversión en capital físico, aún con tasas de interés relativamente altas, el desempeño económico mejoraría.

¿Podrían bajar las tasas de interés (líder)?

Si la actividad económica va evolucionando positivamente y la inflación se mantiene baja, no veo razón por la cual los bancos centrales en la segunda mitad del 2024 no continúen bajando tasa de interés de manera importante, más aún que incluso en economías desarrolladas. Salvo por una situación no esperada, deberíamos mirar hacia 2025 como un año en que comenzaría a moderarse la tasa de interés.

Con la situación actual de la infraestructura en la región y preparación del capital humano  ¿De 1 a 100, qué tanto se pueden aprovechar las tendencias de nearshoring en Centroamérica?

Es una pregunta difícil y depende del país. A nivel regional hay mucho qué hacer y tal vez en el mejor de los casos estamos a mitad de camino y es porque necesitamos trabajar primero el ambiente de negocios interno en cada país, como en la capacidad de abrir más empresas extranjeras y locales.

Odalis Francisco Marte Alevante
Odalis Francisco Marte Alevante, secretario ejecutivo del Consejo Monetario Centroamericano. (Foto, Prensa Libre: Estuardo Gasparico).

Se deben analizar desde temas institucionales hasta algunas políticas económicas que pudieran facilitar el desempeño del sector privado que produce para el mercado internacional. Hay otras cosas que se deben ir revisando país por país, ya que en algunos casos impiden el establecimiento y desempeño de empresas de exportación y uno de estos ejemplos es la misma capacidad de generación eléctrica que tiene un país, ya que a veces las empresas son intensivas en demanda de energía.

Y hay temas microeconómicos, por lo que es importante revisar hasta la política de competencia o de organización industrial como parte de un ambiente de negocios adecuado.

A nivel de política macroeconómica hay que ver también el tema de cómo cobramos los impuestos. En Guatemala, se sabe que unos 8 mil contribuyentes aportan el 80% de la carga tributaria y en la región tenemos una alta informalidad. Entonces, se necesitan  políticas dirigidas a la inclusión financiera y la formalización de la actividad económica, aunque su efecto no es inmediato, pero son importantes para potenciarnos como destinos de inversión y que los gobiernos puedan recaudar más impuestos e invertir más.

Otro tema que no es de corto plazo es la moral fiscal, que se cultiva reduciendo los niveles de corrupción o de percepción de ese problema.

Debido a la baja carga tributaria y a la imposibilidad de incrementarla en el corto plazo ¿Qué deben hacer nuestros gobiernos para atraer mayor cantidad y calidad de inversión extranjeras y local? 

Hay que ir revisando política por política, mercado por mercado y ver qué reformas se pueden hacer.

Muchas veces la inversión extranjera se atrae porque desde el país se puede acceder a mercados grandes y en la región tenemos una ventaja que es el DRCafta. Hay que analizar qué facilidades de acceso al mercado de Estados Unidos no estamos aprovechando y a partir de ahí, ver de la mano con el sector privado, qué reformas podemos hacer para aprovecharlo más.

Algo que facilita la inversión extranjera es que exista algún tipo de ecosistema ya establecido que pueden aprovecharse para operar y proveerse, por lo que con el sector privado se debe ver qué pequeños ecosistemas podemos ir estableciendo en nuestros países.

Es importante fortalecer nuestras agencias de promoción de inversión, hacer las reformas internas necesarias para mejorar el ambiente de negocios. También analizar qué elementos de la política macroeconómica no están ayudando.

Respecto a la capacidad de nuestros gobiernos de invertir más, si no puede recabar más impuestos entonces se tiene que endeudar más y entonces hay que ver a qué nivel los niveles de deuda aguantan.

Pero deben ser políticas que requieren no solamente un consenso técnico, sino político y este va más allá de un período de gobierno. No hay economía sin política ni política sin economía.

Por lo tanto, debe haber suficiente consenso internamente tanto para la inversión en infraestructura física y humana, así como para la fuente de financiamiento de esa inversión. Eso va más allá de la voluntad del actor político que gobierna y de un ciclo político, que comprometa con un mínimo a todos los actores políticos, con planificación estratégica, un producto mínimo viable con un set de políticas y de reformas mínimas viables en la que todos nos podamos poner de acuerdo, sin olvidar las necesidades sociales. Y si el enfoque es al crecimiento, tiene que ser inclusivo.

Y como son políticas de largo plazo, hay que tener un consenso mínimo para que independientemente de quién lleve el liderazgo, por lo menos implemente esa política y ver qué líderes nos ayudan con eso. Pero algo tiene que suceder y pronto.