A cambio, las autoridades chipriotas firmarán las próximas semanas con la troika -Unión Europea (UE), Banco Central Europeo (BCE) y FMI- un protocolo de acuerdo que prevé reformas estructurales, privatizaciones y una subida del impuesto de sociedades que pasará del 10% al 12.5%.
Entre los esfuerzos exigidos a Chipre también figura la lucha contra el blanqueo de dinero en función de los resultados de una auditoría inminente.
El importe de esta ayuda se calculó para “permitir que la deuda de Chipre siga siendo sostenible”, en alrededor del 100% del PIB de aquí a 2020, explica el Eurogrupo (ministros de Finanzas de la zona euro). El país debería poder empezar a financiarse de nuevo en los mercados dentro tres años, precisó el ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici.
Además, el segundo banco del país, Laiki Bank (Popular Bank en inglés), será llevado a la quiebra de manera ordenada. Se dividirá entre un banco “malo”, entidad residual destinada a desaparecer progresivamente, y un banco “bueno”, donde se reagruparán los depósitos inferiores a 100 mil euros, que cuentan con una garantía pública en la Unión Europea.
Accionistas, poseedores de obligaciones, incluyendo las preferentes (senior bondholders) y depositantes, no asegurados, de más de 100 mil, sufrirán pérdidas importantes en el marco de la liquidación de esa entidad bancaria.
La medida tiene por objeto reducir de forma considerable la talla del sector bancario chipriota, considerado sobredimensionado en relación con la economía de la isla, ya que representa unas ocho veces su PIB.
El primer banco del país, Bank of Cyprus, tomará más adelante los depósitos garantizados del Laiki Bank y también sus deudas con el Banco Central Europeo, que ascienden a 9 mil millones.
Los depositantes no asegurados del Bank of Cyprus también podrán registrar pérdidas, por un importe aún sin evaluar. Estas serán calculadas en función de los objetivos de recapitalización del banco, prevista mediante conversión de los depósitos no asegurados en participaciones. El objetivo es llegar a una ratio de fondos propios del 9%. Entre tanto, estos depósitos serán congelados.
El BCE seguirá aportando liquidez al Bank of Cyprus.
Por aparte, las autoridades chipriotas aplicarán restricciones de movimientos de capitales para evitar su fuga, sobre todo de los extranjeros. Se trata principalmente de capitales rusos y británicos, que estaban colocados a intereses muy atractivos en los bancos chipriotas.
Las autoridades chipriota deben seguir discutiendo con Rusia acerca de las condiciones un préstamo de 2 mil 500 millones concedido en 2011, que debe llegar a término en 2016.