“De aprobarse el protocolo será histórico, como ya lo fue el Convenio. Será la herramienta con la que los gobiernos podrán controlar el comercio ilícito, que toca aspectos de salud, de comercio y fiscales”, explicó en rueda de prensa Haik Nikogosian, director del secretariado de la Convención.
Asimismo, el control del comercio ilegal permitirá luchar con armas efectivas contra una actividad criminal en aumento, además de permitir recuperar parte de los US$50 mil millones que se dejan de recaudar en forma de impuestos y de tasas aduaneras.
“Actualmente, si en una aduana se intercepta un alijo de tabaco ilegal, no hay potestad para investigar de dónde proviene. A partir de ahora, se podrá investigar y los estados miembros estarán obligados a colaborar entre ellos”.
Quedan por negociar varios artículos, entre ellos el control de la cadena de distribución, las licencias, las ventas en las zonas libres de impuestos y las ventas por internet.
Una vez concluida la redacción del borrador del Protocolo, este tendrá que ser adoptado en la quinta reunión de Conferencia de las Partes del Convenio Marco contra el Tabaco, que tendrá lugar en noviembre en Seúl.
Consultado Nikogosian sobre el comportamiento de la industria del Tabaco, confirmó que “presionan todo lo que pueden”.
“Intentan desviar el debate y decir que hay que luchar contra las marcas falsas, cuando son cosas distintas. Hay que luchar contra el contrabando, una práctica que ellos incluso impulsan porque se benefician de ella”, acusó Nikogosian.
En la reunión habrá notables ausencias, como Estados Unidos, Suiza, Argentina, Etiopía o República Checa, único país de la Unión Europea que no forma parte del tratado.