Con la pandemia y el confinamiento el año pasado, estos servicios crecieron exponencialmente, y la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) inició una investigación contra tres empresas que se dedican al reparto de alimentos y a una que es prestadora de servicio de transporte.
El intendente de Fiscalización, Óscar Hernández, confirmó que detectaron que estas empresas no emiten facturación por el servicio de entrega, y el fisco no recibe los impuestos al valor agregado (IVA), sobre la renta (ISR), hasta el de Solidaridad (ISO) que puede aplicar según el régimen.
Por otro lado, se plantea hacer reformas al contenido de materiales que se descargan por medio de esas plataformas, y que tendría que conocer el Congreso a futuro.
Hallazgos
Hernández expuso ante socios de la Cámara de Comercio Guatemalteco-Americana (AmCham), que en 2020, y por el confinamiento, acudieron a las empresas de restaurantes a entregar los contratos que contaban con estas empresas, donde detectaron que una en particular cobra una comisión mucho más alta por entrega.
Manifestó que cuando los restaurantes hacen los pagos por las comisiones, se hacen con transferencias hacia el extranjero, y detectaron que hay un impuesto que se está generando, pero que no se paga en Guatemala, que no son contratos formales, y que se demanda un pago de membresía por el uso de las plataformas.
Citó como ejemplo, que el pago por cada envió se hace de acuerdo con la distancia, y que el restaurante, con tal de hacer ventas, acude al contrato de la aplicación digital.
Al iniciar la investigación con los restaurantes, se buscó a los representantes de varias aplicaciones en Guatemala, y solo expusieron que solo se contrata a los socios repartidores, mientras otro que tiene origen en un país europeo dijo que quería cumplir con la formalización, y se afiliaron a la Factura Electrónica (FEL), y está entregando la factura por los servicios que presta de reparto.
El intendente confirmó que esta empresa ya está emitiendo FEL luego de hacer la entrega de comida al contribuyente que puede ser entre Q15, Q18 o Q25 dependiendo la distancia, mientras que las otras dos compañías -de reparto- siguen emitiendo simples recibos electrónicos; no cuentan con un domicilio fiscal en Guatemala; no existe un representante legal, y no cuentan con inscripción en el Registro Mercantil, por su actividad.
También se requirió información con los emisores de tarjetas de crédito para determinar el número de ventas que se realizaron por las plataformas que se identifican como “1, 2 y 3”, y por una rara razón, expuso el intendente, señalaron que esa información no la poseen porque se hace en una plataforma externa, por lo que se cotejará con la Superintendencia de Bancos (SIB).
“Lo que buscamos es llamarlos, que empiecen a dar factura y determinaremos de cuánto es la deuda de los años en que no se tributó y hacer convenios de pago con las aplicaciones de reparto de alimentos”, comentó el funcionario.
Transporte de pasajeros
En el caso de la aplicación que presta el servicio de transporte, tampoco están afiliados a FEL, ni cuentan con registros, y en la investigación que realizaron en una oficina de la zona 10 de la capital, se informó que solo se recluta a los dueños de vehículos.
El cobro que se hace por el servicio de transporte ya incluye el pago al conductor, y está bajo investigación, y se requirió información al administrador tributario de Costa Rica, para conocer cómo se formalizó a ese sector.
Para hacer todas estas regulaciones, se requirió apoyo al Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (Ciat), para brindar funcionalidad, de manera que la SAT cuente con las facultades para poder fiscalizar la prestación de estos servicios por medio de las plataformas, que son transfronterizos, que cobran por descargas las aplicaciones, y reiteró que se está en fase de investigación.
El intendente, expuso que cuentan con varias quejas de contribuyentes que no pueden hacer liquidaciones del servicio de transporte por esta plataforma, porque le envían al celular un recibo y no se les retribuye el pago en sus lugares de trabajo, absorbiendo ellos ese gasto.
Estimación: Hasta Q250 mil mensuales
Aunque no hay un monto preciso, la muestra de restaurantes en la cual se llevó a cabo la investigación por la intendencia, determinó que en fines de semanas llegaron a tener entre 300 a 500 transacciones por cada una de las plataformas en la época de pandemia.
Estas aplicaciones, se han diversificado y ya no solo ofrecen servicio de entrega de comida, sino de otros bienes, que son emprendimientos que facilitan las transacciones, pero que deben cumplir con las obligaciones, resaltó el funcionario.
Sobre la investigación que llevaron a cabo, se determinó que por cada pedido que se hacía por la aplicación era de Q150 en un restaurante, y al hacer el cálculo por 300 operaciones en un sábado era de Q7 mil 500 y otro monto similar el domingo por ese comercio de servicio de reparto.
“El restaurante le envía su factura en la bolsa de entrega, pero lo que no se factura es el servicio del motorista externo por llevarle a su casa el producto; excepto la compañía que se formalizó por la FEL. En la factura de la compra no hay inconvenientes”, insistió Hernández.
En la investigación, se determinó que la facturación de una aplicación alcanzó los Q250 mil mensuales, que representó Q30 mil de IVA, pero que los servicios han aumentado y es muy probable que la facturación supere los Q500 mil mensuales, remarcó el intendente.
En el primer semestre continuará la investigación, y a mediados de año se presentarán los resultados al Directorio de la SAT, para determinar qué acciones se pueden llevar a cabo a estas empresas.
Formalización
Para la formalización de estas empresas se requiere:
- Inscribirse en el Registro Mercantil como una sucursal, porque su casa matriz está en el extranjero
- Obtener un número de NIT
- Inscribirse en el régimen de FEL
- Contratar un certificador de FEL que por cada servicio que prestan esté vinculado a su aplicación
Ejercer control
Donato Monzón, exintegrante del Directorio de la SAT, afirmó que derivado del comercio electrónico que se está generando y las aplicaciones, es necesario implementar medidas de control y fiscalización de esas cuentas que están sueltas, cada día va en aumento y las transacciones están siendo más usuales.
Eso implica también controlar las importaciones y la distribución, y en las redes sociales se ofrecen una serie de productos, y pueda ser que algunos si están regulados y otros no.
“Si no hay legislación, hay que proponer los cambios en el Código Tributario y seguir con la cadena de controles porque no se extiende factura”, precisó.