Cuando ocurre lo anterior aparece una dinámica en el ser humano que nos incorpora al segundo elemento, la PASIÓN, energía maravillosa que nos levanta cada mañana, agradeciendo el despertar para vivir una nueva experiencia, no importa si es lunes o viernes, la pasión no tiene horario, ni agenda.
La integración de los elementos es la clave; posteriormente, por añadidura, aparece el tercer componente, el cual llamamos PERSERVERANCIA, esa constancia, dedicación y enfoque que requiere un proyecto para consolidarlo en el tiempo. Perseverar es la capacidad para continuar; si se nos dice que el 80 por ciento de las pymes mueren antes de los cinco años y el 90 por ciento solo alcanza los 10, creo que se debe a la falta de este insumo.
El cuarto momento del éxito lo constituye la necesidad de rodearnos de gente a la cual llamo PARES. Cuando una persona tiene dentro de su grupo cercano personas que le suministran ejemplos adecuados, su camino se aclara, y avanza más rápido que el promedio. En las empresas es igual, cuando contamos con un equipo que no busca el protagonismo individual el éxito se logra, con menos esfuerzo individual y más impacto empresarial.
El quinto elemento que aparece en los ejecutivos exitosos es esa rara, pero tan anhelada, cualidad llamada PAZ, que facilita discernir entre el ego y la esencia humana. Son los momentos cuando el plato está servido para prejuzgar a los colaboradores, pero se renuncia a esa debilidad y nos atrevemos a observar lo bueno de las contribuciones que cada quien aporta.
Un ejecutivo en paz alberga el siguiente elemento del éxito, la PACIENCIA, esa actitud de vida que toman los exitosos cuando lo esperado no llega a tiempo, no cerramos el mes como lo esperábamos o la demanda cayó, pero se mantiene la esperanza, se practica desde los círculos de influencia personal todo lo posible, conservando la fe, se confía en todo aquello que no se puede controlar.
Finalmente, la suma de los anteriores insumos le permiten al ejecutivo exitoso sentir que tiene el PODER, y la explicación es sencilla, la gente lo sigue. Hasta la próxima.