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Progreso asegura el desarrollo de las comunidades y recupera una producción de vino de medio siglo en San Juan Sacatepéquez

La finca El Pilar se maneja a través del programa Agro Progreso, que agrupa a pequeños agricultores y mejora sus técnicas de cultivo para satisfacer las demandas de los mercados nacionales e internacionales e impulsa el desarrollo de las comunidades.

Progreso asegura el desarrollo de las comunidades y recupera una producción de vino de medio siglo en San Juan Sacatepéquez

Don Lázaro y su hijo Juan Raxón junto a Diego Saravia, gerente de Fincas Altiplanos del grupo Agro Progreso. Foto Prensa Libre: Norvin Mendoza.

La finca fue fundada en 1603 en San Juan Sacatepéquez y cuenta con un área de 57.5 caballerías, esta propiedad pasó a ser parte de Progreso hace dos años, pero, los programas de ayuda a los agricultores y por medio de Agro Progreso tienen más de una década de realizarse, solo en Finca El Pilar se realizan proyectos agrícolas que benefician a más de 15 agricultores a través de alianzas con exportadoras. Constantemente se realizan siembras de árboles para evitar la deforestación del área. Además, El Pilar genera 20 empleos fijos y 30 temporales y se otorgan en calidad de renta 10 hectáreas de terreno.

“La finca es mayormente de bosques, desde el 2019 hemos sembrado más de 100 mil árboles, tenemos más de 300 parcelas de maíz, también tenemos varias parcelas de flores y vegetales que se les alquilan a los agricultores, se les ayuda con agua, tierra, capacitaciones y mercados, para que puedan vender sus productos y generar sus propios ingresos” explica Diego Saravia, gerente de Fincas Altiplanos del grupo Agro Progreso.

Finca El Pilar cuenta con varios programas sociales para beneficiar el desarrollo de las comunidades locales, “trabajamos con la red de empresarios indígenas, para apoyar en el emprendimiento para que puedan poner sus propios negocios y buscarles mercados para generarles mejores ingresos”, señala Saravia.

Entre los programas que impulsa Finca El Pilar sobresalen floricultura para el desarrollo, caficultura sostenible, sistema milpa y jardines vegetales. En El Pilar se cuenta con áreas de producción de café, aguacate hass, mora (con la que se produce vino). También se produce miel y se brinda espacio para recorridos de turismo ecológico en donde a los visitantes se les relata la historia de cómo se inició la finca.  Otro de los proyectos que tiene El Pilar es la Cueva del vino, que recupera una tradición de producción de vino que tiene más de 50 años de historia. Esto ha sido posible gracias al apoyo que han obtenido de parte de don Lázaro Raxón.

La producción de mora es uno de los proyectos que tiene Finca El Pilar, en beneficio de las poblaciones vecinas. Foto Prensa Libre: Norvin Mendoza.

Un vino de tradición 100% artesanal

Finca El Pilar se inició en la fabricación del vino hace más de medio siglo, cuando don Cristian Cattin Bell comenzó la elaboración de vino de naranja junto a otras diez personas que le colaboraban en este oficio.

El vino de naranja comenzó a consumirse en Francia en el siglo XVII, llamado vin d´orange y elaborado mediante la fermentación de azúcar blanco clarificado en almíbar, jugo de naranja, decoración de piel de naranja y flores de azahar.

Poco a poco esta tradición llegó a El Pilar, y don Lázaro que nació en este lugar hace 82 años fue parte de las 10 personas que ayudaban en la elaboración del vino, cuando tenía 15 años. Su deseo de superación le permitió 10 años más tarde quedarse a cargo de la producción del vino de naranja.

Don Lázaro tiene más de medio siglo de dedicarse a la fabricación de vino artesanal. Foto Prensa Libre: Norvin Mendoza.

Por diferentes circunstancias la finca cambió de dueño y se dejó de producir esta bebida, sin embargo, él continuó haciendo vino y probando distintos sabores en su casa, uno de esos sabores experimentales fue el vino de mora, a inicios del año 2000.

Hace dos años Progreso adquirió la Finca el Pilar y dentro de los proyectos que ejecuta en beneficio de los pobladores de las aldeas circunvecinas como El Pilar 1 y El Pilar 2 se encuentran la producción de vino de mora.

Al conocer la historia de don Lázaro, lo contrataron para que fuera el encargado de la iglesia y se destinaron 20 varas de terreno para el cultivo de mora que a lo largo del año producen cuatro barriles de vino, que es degustado por las personas que llegan a visitar los proyectos o cuando se realiza alguna capacitación.

“Don Lázaro lleva más de 50 años trabajando en la producción del vino, hace muy bien la separación de los sólidos, darle el sabor y el color al vino que se puede degustar aquí en la finca”, asegura Saravia.

El proceso de producción

Don Lázaro ha transmitido los conocimientos sobre cómo producir vino a su hijo Juan, quien a raíz de la pandemia tuvo que ponerse al frente de los procesos de producción para que su progenitor pudiera descansar y resguardarse de un posible contagio de coronavirus. A pesar de que se ha alejado de las moras, don Lázaro explica con naturalidad y precisión todo el proceso: “Primero se corta la mora, se machuca, se le echa al tonel y se tapa, al mes y 15 días se cuela, luego se vuelve a echar a los toneles durante otro mes y 15 días, después se saca y ya se mete en el barril otro mes para que termine de fermentar”. El vino se resguarda en una barrica que tiene más de 100 de antigüedad.

“Mi papá me ha enseñado todo el proceso de la fabricación del vino, para que no se termine la tradición de Finca El Pilar y se siga produciendo vino. Es un vino totalmente artesanal, yo tengo el deseo de seguir con esta producción. Para mí la fabricación del vino es algo muy importante y me da mucha alegría que mi papá me haya enseñado este arte”, expresa con una sonrisa Juan Raxón.

Don Lázaro posa junto al barril que tiene más de cien años, donde se guarda el vino de mora. Foto Prensa Libre: Norvin Mendoza.

La tradición de producir vino está a salvo en Finca El Pilar, tanto don Lázaro como su hijo continuarán con esta elaboración, qué, en un futuro no muy lejano, los guatemaltecos podrán degustar, ya que están en proceso de sacar los permisos necesarios para comenzar la producción de este delicioso vino, para distribuirlo a nivel nacional y quien sabe, también a nivel mundial.

“El vino de mora me encantó cuando lo probé, me gusta su sabor y su cuerpo, me gustaría mucho poder consumirlo más seguido, ojalá más adelante lo produzcan para la venta”, expresó Baldemar Méndez, uno de los afortunados que han probado el vino de mora de Finca El Pilar.

Generación de empleos

Los programas de Finca El Pilar también ofrecen la alianza con una planta de empaque donde se generan 180 empleos temporales con tres meses de duración, se ofrece asistencia a más de 732 agricultores en 15 comunidades de San Juan Sacatepéquez, Santo Domingo Xenacoj y San Martín Jilotepeque. “En la Finca tenemos relación diaria con las comunidades, ya que vienen a la iglesia, les hemos construido pilas para apoyarlos con el agua”, finalizó Saravia.

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