Vida Empresarial

La revolución 3D llega al sector de la construcción en el país

Progreso lidera el uso de tecnología constructiva con la primera impresora 3D Cobod de concreto en el país y en la región, que permite la creación de estructuras a través de modelos 3D generados con software CAD.

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Luis Velásquez, gerente del Centro de Investigación y Desarrollo de Progreso; Gabriela Rodas, gerente de proyectos de Progreso X; Estuardo Herrera, gerente de Investigación y Desarrollo de Progreso; y Manuel Ovalle, diseñador industrial de Progreso. Foto Prensa Libre: Cortesía

Luis Velásquez, gerente del Centro de Investigación y Desarrollo de Progreso; Gabriela Rodas, gerente de proyectos de Progreso X; Estuardo Herrera, gerente de Investigación y Desarrollo de Progreso; y Manuel Ovalle, diseñador industrial de Progreso. Foto Prensa Libre: Cortesía

Esta tecnología es única en su clase, ya que es una impresora BOD-2 tipo Gantry, que utiliza un sistema que permite dosificar y colocar el concreto con precisión, según la programación del modelo 3D y G-CODE que se tenga. Esta tecnología es conocida también como manufactura o fabricación aditiva, coloca capas de concreto que se superponen sucesivamente, construyendo elementos y estructuras de forma progresiva.

Progreso, una compañía líder en cemento, materiales y soluciones para la construcción, ha dado un paso audaz hacia el futuro de la construcción, con este innovador equipo que tiene el potencial de transformar la industria.

“La impresión 3D está cambiando las reglas del juego en la industria del diseño y la construcción en el mundo. Implementar estas innovaciones tecnológicas en los sistemas constructivos y liderar este cambio en Guatemala y la región, nos genera mucho entusiasmo hacia el trabajo que hacemos y fomenta en nuestra cultura organizacional la innovación como una de sus principales competencias”, manifestó Plinio Estuardo Herrera, gerente de Investigación y Desarrollo de Progreso.

La impresora 3D funciona mediante la colocación de capas horizontales sobrepuestas de tinta, sin la necesidad de utilizar moldes, manteniendo la integridad de las capas y garantizando una excelente adherencia entre ellas. Hasta ahora, se han realizado piezas que van desde pequeños elementos urbanos hasta módulos de mayor tamaño, como paradas de autobús. También se desarrolló un prototipo Alpha, que es una edificación de usos múltiples con techo liviano.

El prototipo Alpha es resultado de una estrecha colaboración entre Progreso X (la aceleradora corporativa de Progreso), el Centro de Investigación y Desarrollo de Progreso (CID) y la startup 3DCP Group de Dinamarca. Este proyecto ha demostrado el potencial que tienen las impresoras 3D de tinta para revolucionar la construcción de edificaciones de manera eficiente, sostenible y resiliente.

3DCP Group es una empresa de ingeniería y firma de arquitectura que imprime concreto en 3D y fue seleccionada en el Exponential Changemakers (ECM) 2022, programa que es impulsado por Progreso X.

“No es posible desarrollar el mejor producto sin contar con el equipo adecuado para imprimir, especialmente si la actividad principal es la producción de materiales de construcción de la mejor calidad. Progreso está liderando el camino hacia la impresión 3D con la instalación de la primera impresora Cobod en la región. Gracias a esta innovación, podemos experimentar y aprender más de la tinta para la construcción, así como aplicarla en nuevos prototipos y sistemas constructivos”, comenta Gabriela Rodas, gerente de proyecto de Progreso X.

Progreso, por más de 124 años, ha demostrado su compromiso con la innovación, impulsando tecnologías disruptivas y avanzadas en la producción de cemento, concreto y otros materiales de construcción. La adquisición de la primera impresora 3D Cobod es testimonio de su enfoque en proporcionar las mejores soluciones para contribuir en el futuro de la construcción.

Progreso tiene como objetivo liderar el camino hacia la impresión 3D de concreto en la región, lo que le permitirá seguir investigando el desarrollo de la tinta cementante y validar el método constructivo, sin dejar a un lado la sostenibilidad, el aprovechamiento de los recursos y la eficacia del uso de mano de obra.