Como ejemplos, se muestra el caso de Australia, Irán, Israel, Japón, y Estados Unidos. También se brindan algunos rasgos de dichos países, como Producto Interno Bruto per cápita y densidad población entre otras, para estudiar qué factores favorecen un rebrote.
En resumen, el análisis sugiere que, debido a su nivel de pobreza, es casi seguro que Guatemala tendrá un rebrote quizás a mediados de septiembre. Esto se concluye al aplicar una metodología econométrica llamada modelos Probit, que encuentra una relación inversa entre la riqueza de los países y la probabilidad de un rebrote, es decir, a menos riqueza en dicho país más grande el riesgo de rebrote.
Por ejemplo, de los 32 países estudiados, los que están arriba de la mediana en riqueza medido por el Producto Interno Bruto per cápita —PIB per cápita—, 19% de ellos no han tenido rebrotes. En cambio, de los países abajo de la mediana PIB per cápita, 81% han tenido rebrotes.
Este hallazgo tiene sentido, ya que los países más ricos tienen más posibilidades de poder trabajar en el hogar, el transporte público quizás es más masivo y diverso, lo que le permite a las personas moverse guardando su distancia. Este no es el caso en países más pobres, como Guatemala, donde hay mucha economía informal y las personas necesitan salir a trabajar bajo condiciones donde no es tan fácil cuidar distanciamiento social y otras medidas de precacución. A continuación detalles de cómo se llegó a esta conclusión.
¿Cuál es la probabilidad de rebrote y qué incluye sobre ella?
Se usó la riqueza del país ya que se tenía la hipótesis que los países mas ricos probablemente brindan mejores condiciones de infraestructura para que las personas puedan ya sea, quedarse a trabajar en casa, o bien movilizarse a su trabajo cuidando el distanciamiento social entre otras medidas de precaución.
También se estimó que la densidad poblacional podría hacer más fácil un rebrote. Finalmente, se consideró que la intensidad de la mortalidad en la primera ola, podría reducir el riesgo de un rebrote quizás porque el país desarrollaba más sensibilidad a los riesgos.
El único factor que salió significativo al 99% de confianza fue el PIB per cápita: efectivamente, los países más ricos tienen menos riesgo de tener un rebrote. La data sugiere que el 19% de los países arriba de la mediana en PIB per cápita han tenido rebrotes, mientras que 81% de aquellos por debajo lo han tenido.
¿Cuánto tarda en llegar un rebrote?
Para analizar cuánto podría tardar en llegar el rebrote, se utilizó una técnica econométrica conocida como Modelos Probit. Por supuesto, los países que aún no tienen una segunda ola, aparecen con un tiempo de rebrote usualmente de más de 4 meses, pero esto lo que implica es que, a la fecha de este estudio, llevan ya 4 meses sin mostrar aún uno.
Puede que lo muestren más adelante, no lo sabemos aún. Además, de nuevo, se correlacionó dicha duración contra la riqueza del país, densidad población e intensidad de la mortalidad en la primer ola.
Se encuentra que mientras más rico el país, mas ha tardado en que se manifieste la segunda ola o rebrote. Esto es consistente con lo discutido anteriormente para la probabilidad del rebrote. Similarmente, mientras más denso un país, más rápido ha llegado el segundo rebrote, lo cual era de esperarse. Ambas variables salen significativas al 99% y 90% de confianza, respectivamente.
No se encontró una relación significativa con la intensidad de la mortalidad en la primer ola.
¿Qué podemos esperar para Guatemala?
En base a lo discutido anteriormente, y dado nuestro nivel de riqueza medido a través de nuestro PIB per cápita, y nuestra densidad poblacional, el análisis sugiere que es casi seguro que tendremos un rebrote —90% de probabilidad—, y que la segunda ola podría empezar en algún momento a mediados de septiembre del 2020.
Nótese que este no sería el máximo, sino el inicio del ascenso hacia la segunda ola. Este segundo máximo podría llegar en algún momento después, lo cual es consistente con algunas declaraciones que ha dado el gobierno de que esperan un pico en octubre.
Es importante considerar que ninguno de estos análisis está escrito en piedra, ni son garantía de que Guatemala tendrá un rebrote. Es tan solo un escenario que sugiere la data estudiada hasta el momento. El futuro puede estar influido por factores más locales, así como la conducta de las personas.
También puede ser que al surgir más países con o sin rebrotes, las conclusiones cambien.
Sobre el autor
Carlos H. Méndez es un ingeniero Químico graduado de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG), posee un Máster en Administración, y un doctorado en Finanzas por la Universidad de Tulane, en Louisiana, EE. UU. Actualmente es asesor de empresas, catedrático y director académico de la carrera de Ingeniería Empresarial de la Universidad Francisco Marroquín.