Las palabras de Pérez Cerillo tuvieron lugar en el centro de la Ciudad de Guatemala, donde se realizó una ceremonia maya para conmemorar que el 10 de mayo de 2013 la jueza guatemalteca Jazmín Barrios condenó a 80 años de prisión a Ríos Montt por el genocidio contra 1.500 indígenas ixiles del norte del país.
La sentencia contra el general fue anulada tan solo 10 días después por la Corte de Constitucionalidad (CC), el máximo tribunal del país, y Ríos Montt falleció en 2018 en medio de la repetición del juicio en su contra.
El militar que dirigió un Gobierno de facto entre 1982 y 1983, fue hallado culpable de dirigir una campaña contrasubversiva que arrasó no solo con la Guerrilla, sino también con mujeres, hombres y niños mayas ixiles de Quiché.
“Aunque la sentencia se anuló, es invaluable que los sobrevivientes narraron sus testimonios sobre los delitos cometidos ante un tribunal”, destacó Pérez Cerillo.
Estrategia militar
Durante el juicio contra Ríos Montt, se hizo público que el Ejército guatemalteco aplicó la estrategia militar conocida como “Tierra Arrasada”, que consistió en aniquilar a las poblaciones, y que según el Estado, estaban aliadas a la Guerrilla.
“Secuestraron muchas personas, quemaron todas las siembras, violaron muchas mujeres y mataron a muchos hermanos que ya no están acá”, explica Pérez Cerillo, quien es originario de Nebaj, uno de los tres pueblos golpeados por dicho genocidio.
Por su parte, Feliciana Macario, de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, subrayó que en el país existe “una deuda en materia de Justicia” porque muchos crímenes cometidos durante la guerra en otras regiones siguen impunes.
La hija de Ríos Montt, Zury Ríos Sosa, competirá este próximo 25 de junio por la presidencia de Guatemala, pese a que, según expertos, existe una regla constitucional que le prohíbe gobernar por ser familiar de un jefe de un golpe de Estado.