Ayer se cumplieron 15 años de un acontecimiento crucial en muchos sentidos: el jueves negro. Turbas de hecho autorizadas por el ya fallecido Efraín Ríos Montt, jefe del Frente Republicano Guatemalteco y quien estaba obsesionado con participar en la contienda presidencial a pesar de la expresa prohibición de la Constitución de la República, se lanzaron a las calles de la capital para causar destrozos como medida de presión. El anuncio de ese ataque fue hecho poco antes por quien había participado en un golpe de Estado, y por eso no podía aspirar a la presidencia, cuando afirmó no poder controlar a sus simpatizantes si hacían manifestaciones violentas. En efecto ocurrieron, por primera vez en la historia política de Guatemala.