“Dennos chance, por favor”, aboga el director del hospital Roosevelt, Marco Antonio Barrientos, al pedir a la población que no baje la guardia y mantenga las buenas prácticas que reducen el riesgo de contagio de covid-19. Lo dice en referencia a las imágenes de gente en la playa, aglomeraciones en mercados o fiestas, cuando aún la pandemia no ha pasado.
Desde el 28 de diciembre la cantidad de pacientes que han llegado con coronavirus al Hospital Roosevelt se ha duplicado y comenzado a llenar las instalaciones. Barrientos dice que en las próximas dos o tres semanas se prevé que esto empeore y que se salga de las manos.
“Nuestro temor es que -los casos- puedan aumentar desmesuradamente y tengamos seria complicaciones”, admitió Barrientos.
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“Recordemos que el sistema de salud no tiene alta capacidad y qué mejor cuidarnos nosotros”, afirmó.
Refiere que la gran cantidad de pacientes que están llegando a la emergencia del hospital en estado delicado o crítico pues están esperando hasta el último momento para buscar ayuda, y automedicándose, muchos ya llegan con daños en los pulmones y hasta con afección renal.
En el hospital se han realizado al menos 28 mil pruebas de coronavirus desde el inicio de la emergencia en marzo, y han diagnosticado a unas 5 mil 900 positivas. De ellas, 1 mil 500 han sido atendidas y hospitalizadas.
San Juan de Dios
En el Hospital San Juan de Dios la situación es similar. Su director, Jorge Solares, dice que las capacidades totales del hospital están en un 80%, pero respecto a los intensivos de covid-19 y de otras áreas hospitalarias están ya saturados en un 100%. Esto arrastra una preocupación porque la situación aumenta cada día. El temor gira alrededor de las consecuencias del relajamiento en Navidad y Año Nuevo.
El médico expresó que, si bien hay más conocimiento sobre el tratamiento de la emergencia, el personal sanitario está agotado y por eso la población debe volver a los cuidados.
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También pidió que las personas con síntomas de la enfermedad, cansancio, diarrea, pérdida del sentido del olfato, dolor de cabeza, dificultad para respirar, acudan al centro para hacerse el hisopado. Con eso, agregó Solares, se podría atender tempranamente a los pacientes y evitar que la salud no empeore, pues la mayoría de personas en los intensivos son personas mayores de 60 años con enfermedades preexistentes, obesidad, hipertensión, problemas cardíacos, entre otros.