Sus padres no saben de su adicción, pues el poco tiempo que comparte con ellos no da para indagar sobre las actividades del joven. Un saludo, mientras mantienen fija la mirada en la pantalla del celular, es suficiente.
Esa droga que le gusta a Carlos también se le conoce como met o Cristina, según la Fundación por un Mundo Libre de Drogas. Esa sustancia hasta hace algunos años se producía en Guatemala, pero con fines casi exclusivos de exportación; sin embargo, ahora la droga de diseño poderosamente adictiva se ha abierto espacio entre el consumo cotidiano en discotecas, donde se provee.
Investigaciones preliminares han demostrado que cristal no es para todos. El precio del producto lo aleja del alcance y distribución en lugares de consumo de alcohol, pero su popularidad crece y cada vez es más fácil que jóvenes tengan acceso a distribuidores.
Sololá es uno de los primeros departamentos donde se ha empezado a distribuir la sustancia. Un fiscal del Ministerio Público cuenta que los principales puntos de distribución son las discotecas y centros nocturnos, donde no descartó que se comercialice otro tipo de drogas, como marihuana o cocaína.
¿Por qué Sololá?
El órgano investigador sustenta que la actividad de distribución en ese lugar se debe a que el departamento es uno de los más visitados por turistas extranjeros, principalmente “estadounidenses y europeos que ya la consumen”. Esa afirmación del fiscal se confirma con la cifra reportada por el Instituto Guatemalteco de Turismo, cuando afirma que en el 2016 llegaron 110 mil visitantes a Sololá, y los lugares preferidos fueron Panajachel, San Pedro La Laguna y San Lucas Tolimán.
En la entrevista surgió la duda, ¿por qué no se reporta en Antigua Guatemala, si también es un lugar turístico? La respuesta del fiscal fue que puede ser que ya se consuma; sin embargo, no han detectado que se comercialice.
La comercialización también se ha registrado en el departamento de Guatemala, siempre en discotecas. Asegura el investigador que la droga se vende por gramo, desde Q80 hasta Q200, y el precio dependerá de la calidad del producto.
Presumen que la sustancia, aunque se puede inyectar o tomar en píldora, la preferencia de los consumidores en el país es inhalarla en polvo. Jorge Aguilar, vocero de la Policía Nacional Civil (PNC), narra que en las incautaciones han encontrado el polvo en diferentes colores: rosa, negro y turquesa, entre otros. “Una de las hipótesis que se maneja en el tema de los diferentes colores es que se usa para despistar a las autoridades, pues el efecto sigue siendo el mismo”, indica.
Investigadores consultados de las fiscalías de Narcoactividad y contra las Extorsiones coinciden en que este tipo de metanfetamina que se distribuye en Sololá y Guatemala se importa de México. Los puntos fronterizos sirven para el paso de la droga que se vende en discotecas.
Registros policiales señalan que entre el 2011 y el 2016 la metanfetamina se fabricaba en laboratorios clandestinos, con destino a otras naciones. En el 2015, las autoridades ubicaron una fábrica clandestina, la cual fue valorada en Q1 mil millones. Poca cantidad de esa droga, argumentan, se quedaba en el país, y no alcanzaba para comercializarla. Ya en los últimos años se han encontrado puntos de distribución.
Juan Rafael Sánchez, de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas (Seccatid) comparte que Guatemala ya no es un país de tránsito; ahora es de consumo. Lo más lamentable son “todos” los problemas de salud que se han generado. “Es grave lo que hemos identificado”, agregó Sánchez.
Ello porque los daños de la metanfetamina son graves. La Fundación señala que entre estos se encuentran pérdida de la memoria, agresión, comportamiento psicótico y daño potencial al corazón y al cerebro. “Otros efectos graves pueden incluir insomnio, confusión, alucinaciones, ansiedad y paranoia. En algunos casos, el consumo puede producir convulsiones que conducen a la muerte”, detalla en su página digital esa fundación.
¿Quiénes consumen?
La droga cristal no es barata. Indicios en investigaciones han demostrado que los jóvenes de ingresos económicos medios son los que pueden comprarla, principalmente los que viven en las zonas 10, 14, 15, 16, o que estudian en universidades privadas, aunque no descartan otros puntos.
Narcoactividad aseguró que en las zonas 12, 18, 19, 21 y la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) es fácil de conseguir y común que se consuman marihuana, cocaína y crac.
Carlos sonríe y cuenta lo mal que se siente después de que pasan los efectos de la referida sustancia y admite que, además, consume marihuana.
Referente a la yerba, un estudio presentado por el Ministerio de Gobernación reportó que esa droga la empiezan a consumir niños de 12 años, principalmente en los departamentos de Petén, Guatemala y El Progreso. Con menos frecuencia en Escuintla, Quetzaltenango y Chiquimula.
“La marihuana es lo más barato que se consigue, porque se siembra en cualquier lugar. Hay bolsas desde Q5 hasta Q60. También depende de la calidad del producto”, establece la Unidad de Narcoactividad.
En el 2013, la Secretaría Ejecutiva de la Comisión contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas reveló, luego de una encuesta en establecimientos educativos de Escuintla, Petén y Guatemala que el lugar donde ofrecen las drogas es la calle.
Luis consume marihuana desde hace 20 años, y explica a Prensa Libre que lo relaja y ayuda a controlar su ansiedad, y agrega que es más común encontrar puntos de venta, pero reconoce que le da temor llevarla en el bolsillo.
Alerta
Independientemente del tipo de droga, el lugar de distribución, la cantidad que se consume, la Organización Mundial de la Salud en marzo último alertó a los países para que implementen medidas que traten esas adicciones, pues estima que medio millón de muertes se debe al consumo de algún tipo de sustancias ilícitas.
Además, solicitó que el tema de la drogadicción se trate como un tema de salud pública, y no con medidas penales.
En Guatemala, la institución encargada es la Seccatid; sin embargo, no cuenta con recursos “suficientes” para implementar programas de prevención, incluso de rehabilitación. Sánchez, el titular de Seccatid, afirmó que su presupuesto apenas llega a los Q5 millones.