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¿Qué beneficios obtienen los niños al estudiar preprimaria?

Es importante que los niños estudien los primeros años de escolaridad antes de primaria, incluso, cuando deban continuar su aprendizaje en casa.

Antonella observa con atención cómo su maestra, del otro lado de la pantalla de la computadora, entorcha o hace bolitas de papel de china, usa el punzón para delinear una figura, pinta con pincel o enhebra con lana pedazos de pajilla para que ella pueda replicar estas acciones en casa con la orientación de su mamá. Todos estos ejercicios le ayudan, a sus 4 años, a desarrollar su motricidad fina para, posteriormente, ponerlos en práctica para la lectoescritura.

Aunque su madre, debido a la pandemia del covid-19 y a la suspensión de clases desde el 16 de marzo último, debe organizarse para trabajar desde casa, asistir a las clases de Zoom de su hija y hacer las tareas planificadas del día, está consciente de que las actividades que realizará Antonella tres años antes de ingresar al nivel primario le serán de gran beneficio no solo para su desempeño académico sino para su desarrollo cognitivo.

En Guatemala hay dos niveles de educación para niños pequeños: inicial, de 0 a 4 años, impartido por centros de estimulación oportuna o guarderías, y preprimaria, dirigido a niños de 5 y 6 años y que se desarrolla dentro de una institución escolar. De 4 a 6 años, el niño cursa grados que se conocen como prekínder, kínder o párvulos y preprimaria.

Aunque el nivel de preprimaria no es visto como una etapa importante para el aprendizaje y desarrollo del niño —al no ser vinculante— y muchos padres han optado por retirar a sus hijos de preescolar del sistema educativo, debido a la pandemia, es necesario remarcar que es crucial para la maduración apropiada del sistema nervioso, en especial el cerebro, expone Ana Fajardo, psicóloga clínica con énfasis en neuroestimulación infantil, fundadora y directora de Mapaes.

Diana Brown, directora ejecutiva de la Asociación de Colegios Privados, afirma que de cada 10 alumnos de preprimaria, seis desertaron de sus estudios en centros educativos privados. Además, varios colegios que se dedican a impartir preprimaria tuvieron que cerrar, debido a que la mayoría de padres de estos alumnos los retiraron, a causa de la crisis económica derivada de la pandemia o al no poder acompañarlos en su educación a distancia en casa por compromisos laborales, añade.

La educación preprimaria en Guatemala se fundamenta en las leyes que en materia educativa hay en el país, constituye un compromiso y un derecho para la infancia y se caracteriza por ser abierta —intercambio del niño con la comunidad y familia— e integral —se consideran todos los aspectos de su personalidad-, refiere el Departamento de Educación Inicial y Preprimaria, de la Dirección General de Gestión de Calidad Educativa, del Ministerio de Educación (Mineduc).
Beneficios

Este nivel educativo cumple una doble finalidad: la socialización del ser humano y la estimulación de los procesos evolutivos —aspectos psicológicos que configuran el desarrollo de la persona—. Así mismo, permite que el niño reciba un sinnúmero de experiencias para desarrollar habilidades cognitivas y motrices previas a adquirir el proceso de lectoescritura inicial, así como la adaptación y socialización, indispensables para facilitar su ingreso al nivel educativo inmediato superior, expone Mineduc.

Sofía Cabrera, docente de preprimaria, e Ileana Rivas, psicóloga educativa y docente, ambas de Summo Ingenio, indican que las actividades y estrategias de preprimaria propician actividades de pensamiento, aumentan la creatividad, imaginación y resolución de problemas, mejoran la autoestima, confianza y seguridad ante el alcance de logros personales y escolares y benefician la independencia infantil.

La psicóloga Cecilia Montenegro, terapista especializada en niños con dificultades de aprendizaje, de Clínica CreSer, señala que en esta etapa se estimula e impulsa el desarrollo neuronal, de lenguaje, cognitivo, físico y socioemocional, cuando el niño imagina, explora, analiza, expresa, juega, observa, aprende, descubre y experimenta, habilidades que le permitirán alcanzar sus metas académicas.

“Los primeros años de escolaridad son determinantes, porque sientan las bases del progreso integral de los niños. Hay padres, sobre todo hombres, que opinan que la preprimaria no es necesaria, porque los niños van a jugar. Precisamente, en la primera infancia el mejor método de aprendizaje es el juego”, explica el sociólogo Otto Rivera, especializado en educación.

La cobertura de preprimaria es del 47.33%, es decir, casi cinco de 10 niños de 4 a 6 años en el país cursa ese nivel, refiere Rivera, quien expone que a la Política Pública de Desarrollo Integral de la Primera Infancia, acuerdo gubernativo 405-2011, desde su aprobación en el 2010 y hasta su vencimiento el 31 de diciembre pasado, nunca se le asignó fondos del presupuesto público.

Para Brown, la preprimaria es la base de aprendizaje de las destrezas del niño, del pensamiento crítico, del análisis y del sentido de la temporalidad. “Lo que no se aprende de 0 a 6 años no se puede recuperar en algún momento dado. Los niños que cursaron preprimaria obtuvieron mejores resultados al graduarse. Sin duda, es el periodo más importante de aprendizaje de la persona”, dice Brown, quien recomienda que los padres sean capacitados para orientar a sus hijos en su educación virtual en casa.

Modalidades en el 2021

La educación presencial en el nivel preprimario dependerá, dice el Mineduc, del nivel de alertas sanitarias y, cuando sea posible, el modelo híbrido —aprendizaje en el aula y en casa—, para que el niño tenga un regreso seguro a los centros educativos. Al hacer una reincorporación progresiva y escalonada de alumnos, cada centro educativo debe asegurar el cumplimiento de las medidas sanitarias y de distanciamiento físico, verificar que tengan servicios básicos esenciales, así como una programación de la forma de atención de los niños, por grados, días y horarios.

Para tener éxito en el aprendizaje, es fundamental la participación del adulto; su acompañamiento y ayuda son esenciales para construir la identidad del niño.

Cabrera y Rivas indican que debe haber una logística bien estudiada, estrategias creativas y comprensibles para niños y padres que podrían trabajarse con grupos pequeños. Hay que tener especial cuidado en el control de asistencia, síntomas y mantener buena comunicación entre padres, directivos y docentes. Se recomiendan jornadas más cortas y hacer dosificación e integración de las competencias para priorizar conocimientos.

“Si los padres deciden que sus hijos se queden en casa, deben ser conscientes de que es una tarea desafiante, pero de mucha satisfacción, que puede enriquecer y fortalecer los lazos ente padres e hijos”, añaden las docentes.

A criterio de Fajardo, enviar al colegio a niños menores de 7 años, a quienes se les dificulta aún seguir instrucciones y solicitarles que sigan procedimientos de bioseguridad, es “riesgoso y poco realista, incluso, negligente e irresponsable”. “Ellos necesitan estar en movimiento, jugar, correr, divertirse y comer juntos. Pedirles que guarden su distancia y que no se aglomeren, usen mascarilla y gel antibacterial, es algo ilógico”, dice.

La matriculación de niños de preprimaria se va a reducir porque los padres temen que sus hijos se contagien. “En un estudio que realizamos el 5 de agosto, de los 2 mil 756 casos de coronavirus reportados en menores, 1 mil 154 eran niños de primera infancia, 699, de 7 a 12 años, y 903, de 13 a 18 años”, añade Rivera. “Las escuelas públicas no tienen las condiciones óptimas para un regreso a las aulas”, dice el sociólogo.

“Consideramos que el primer semestre de estudios será virtual. Observaremos el comportamiento del virus, pero los padres tienen derecho de decidir si envían o no a su hijo a clases presenciales y elegir solo clases a distancia”, añade Brown.

Desventajas, si no se cursa

Si el niño no cursa preprimaria, dicen Cabrera y Rivas, puede verse afectada la socialización y relación con ambientes diferentes a los de casa, respeto por rutinas y hábitos, seguimiento de instrucciones y aprestamiento psicomotor —motricidad fina y gruesa—, necesarios para el primer grado de primaria.

“Debemos recordar que en el primer grado de primaria, los niños deberán adquirir el proceso de lectoescritura. Para ello, los pequeños deberían manifestar una coordinación bilateral desarrollada y visomotora, postura correcta, prensión del lápiz en pinza trípode, excelente pensamiento y discriminación visual, memoria visual y auditiva y conciencia fonológica”, refiere Fajardo.

También, puede haber problemas de adaptación social, pues el niño no ha aprendido a socializar con sus pares, con quienes debe compartir su espacio, recursos y tiempo. Además, el niño puede presentar temor a lo desconocido y ansiedad, y llevarle mayor tiempo para adaptarse al ritmo de la maestra.

Socialización en casa

Al cursar su educación a distancia, al niño se le resta la posibilidad de socializar con niños de su edad, Por ende, surge la oportunidad para que padres e hijos fortalezcan la relación familiar, al permitir que el proceso de socialización se desarrolle desde una base sólida, dice el Mineduc. “El papel de la familia es trascendental para que este proceso se continúe consolidando, pues es el mejor recurso y el más cercano para garantizar que el aprendizaje se desarrolle en casa de la mejor manera posible y la socialización no se pierda”, dice.

Cabrera y Rivas recomiendan que el niño conviva con hermanos o familiares de edades similares y que se comunique por teléfono o videollamadas con compañeros. “Evitar asumir que el niño se comportará como adulto”, agregan. “Los padres deben buscar tiempo para hacer diferentes actividades con ellos como jugar, cantar, bailar, cocinar o ver películas”, añade Montenegro.

Si los padres deciden no matricular al niño en edad preescolar, será necesario que los padres se tomen el tiempo de estimular al pequeño con actividades de aprestamiento como colorear con crayones de cera, pintura de dedos, repasar figuras o letras, entorchar, hacer bolitas, pegar con goma, recortar, hacer rimas o cantar, refiere Fajardo.

“Vemos que el futuro próximo de la educación seguirá siendo a distancia, que no podrá reemplazar al cien por cien la presencial, pero hay que rescatar una situación que se nos impuso y ser creativos, con la participación de los padres de familia”, puntualiza Brown.

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Consejos para las clases de niños pequeños en casa

  • Hacer actividades lúdicas y físicas como juegos tradicionales o de mesa, dibujar, cantar, imitar movimientos de animales, elaborar figuras de barro, masa o plasticina, armar rompecabezas, aprender reglas y esperar turnos.
  • Establecer y respetar un horario para hacer las actividades asignadas, de preferencia, por la mañana, en un lugar adecuado, con disciplina y límites; y sin distractores como televisión.
  • Trabajar con el niño un máximo de 20 minutos, para que pueda poner atención de manera correcta. Descansar en intervalos de entre 5 y 10 minutos.
  • Leer un día previo las páginas de los libros a trabajar para preparar los materiales que se utilizarán.
  • Hacer uso de la tecnología para aprender canciones, ver videos y hacer algún ejercicio, en tiempos cortos, y aprovechar el material de casa como plantas, tierra, papel, lana o botones.
  • Orientar al niño en todo momento, y explicarle que equivocarse es una forma de aprender.
  • Guardar en caja o bolsa todos lo trabajos para entregarlos a la maestra.
  • Animar a los niños a comer sano y a hacer ejercicio dentro de casa, para mantener buena salud física.
  • Motivarlos a estudiar en casa, felicitarlos y comprender sus emociones.

Nivel de preprimaria fomenta maduración cerebral

La educación preprimaria ayuda al niño a mejorar la comunicación, ampliar su vocabulario, desarrollar la fluidez al hablar y escuchar con más atención, dice la psicóloga Cecilia Montenegro, terapista de aprendizaje.

En la parte cognitiva, impulsa la creación de nuevas conexiones cerebrales, así como los procesos requeridos para la lectoescritura, seguimiento de instrucciones, resolución de problemas, niveles abstractos de pensamientos y razonamiento.

El desarrollo físico fomenta la motricidad gruesa y fina, el equilibrio, ritmo, postura, coordinación y tono muscular, que también están involucrados con la lectoescritura.

En el área socioemocional, busca empoderar la identificación y control de las emociones, y las relaciones con sus amigos y maestros.

Mediante experiencias, el cerebro recibe información sensorial del medio ambiente, que debe ser registrada, modulada e integrada para emitir una respuesta adaptativa adecuada, dice la psicóloga Ana Fajardo.

Si el niño no es expuesto a la estimulación rica en actividades vivenciales en donde pueda explorar su entorno, cantar, jugar y compartir con otros niños de su edad, entonces, se le priva al cerebro de la oportunidad de madurar de forma adecuada.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.