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Día del Niño: 11 mil 500 niños y niñas han perdido por lo menos a uno de sus padres a causa del covid

El Observatorio de los Derechos de la Niñez hace una aproximación al número de niños y niñas que se han quedado sin alguno de sus padres producto de la mortalidad causada por la pandemia.

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Niños y padres asisten a un evento de inauguración de ciclo escolar en la cabecera departamental de Chimaltenango en febrero de este 2021, sin embargo, la alegría duró poco porque las clases se volvieron a suspender. (Foto Prensa Libre: EFE)

Niños y padres asisten a un evento de inauguración de ciclo escolar en la cabecera departamental de Chimaltenango en febrero de este 2021, sin embargo, la alegría duró poco porque las clases se volvieron a suspender. (Foto Prensa Libre: EFE)

Una de las primeras ideas que se tenía de la enfermedad del covid-19 era que no afectaba a los niños, niñas y adolescentes (nna) con la misma gravedad con la que atacaba a los adultos. Aunque dicha percepción cambió con la llegada de la variante delta, hay un efecto en la niñez aún más estremecedor.

En 18 meses de pandemia, Guatemala ha registrado, según los datos oficiales, la muerte de 13 mil 564 personas a causa del covid-19, muchos de ellos eran madres y padres de familia que dejaron en la orfandad a miles de niños.

Aunque aún no se tiene un número exacto de cuántos niños quedaron a la deriva, el Imperial College de London hizo una aproximación sobre esta cruda realidad. Según un estudio que hicieron a nivel global y donde incluyeron a Guatemala, estiman que alrededor de 11 mil 500 niños y niñas perdieron a uno de sus padres debido a la gravedad del covid-19.

Otto Rivera, director del Observatorio de los Derechos de la Niñez, comentó que el número es preocupante y precisó que hay casos en que los niños perdieron a sus dos padres, quedando bajo el cuidado de sus abuelos o tíos. De esta forma, la pandemia ha vulnerado más a la niñez y es un tema, indica, que aún no ha llamado la atención de las autoridades competentes que deben velar por el cuidado de los menores de edad.

“Guatemala necesita un sistema nacional de protección integral y garantía de derechos de las niñas y niños. Si no había una institución responsable antes, ¿quién se va hacer cargo hoy de la protección de la niñez que ha perdido a sus referentes parentales por la pandemia?”, expresó.

Alejandra Astorga, magister en psicopedagogía y neuroaprendizaje, señaló que la pandemia está afectando la salud mental de todos, pero principalmente en los niños quienes se han tenido que enfrentar a una edad muy temprana a conceptos como la muerte y el duelo.

“No es que la pandemia haya inventado la muerte pero esta situación nos llevó a enfrentar perdidas de familiares, amigos, conocidos, el tema de la muerte pareciera que es parte de la cotidianidad en este momento, es algo que ocurre con frecuencia y esto genera muchas ansiedad y temores, sino se trabaja un proceso de acompañamiento vamos a detener a futuro a personas con vínculos afectivos y sociales lastimados”, explicó.

Ante esta situación, Astorga añadió que es importante escuchar a los niños, darles la importancia que se merecen, tomarlos en serio y dejar de lado cualquier tipo de prejuicio que limite la expresión de las emociones.

“A veces los adultos tienen poca comprensión con los niños, tienen que darles un espacio para que se puedan expresar y decir cómo se sienten, también hay algunos ejercicios emergentes como escribir una carta a la persona que ya no está, preguntarle qué es lo más extraña y que les gustaba compartir con ellos, pero algo muy importante es dejar llorar, quitar el estigma que los niños no lloran o porque no lo van a dejar descansar, es necesario llorar”, concluyó.

 

Empleados funerarios trasladan el féretro de una víctima de coronavirus, quien murió en la emergencia del Hospital Nacional San Juan de Dios el 28 de mayo de 2020. (Foto Prensa Libre: EFE)

 

Más desafíos

Pero la pandemia no es el única barrera a la que se enfrentan los niños, ya que el país tiene problemas históricos de desigualdad y pobreza que ha dejado a esta población en precarias situaciones.

Aunque la inversión pública destinada a niñez y adolescencia ha aumentado del 2015 a la fecha, esto es insuficiente y hay programas esenciales que se han descuido y que muchos tienen que ver con salud en un año crítico donde muchos niños y adolescentes se han visto abandonados en la atención integral más allá de la pandemia.

Según el Observatorio de la Inversión Pública en Niñez y Adolescencia (IPNA) el 78% de esta inversión es ejecutada por el Ministerio de Educación, sin embargo, esto no se refiere a que los niños tengan solventadas sus necesidades educativas ya que dentro de los programas con mayor recorte en sus asignaciones hasta julio 2021 fueron el de la educación escolar primaria, con una reducción de Q160 millones.

Mientras el Ejecutivo se preocupaba por obtener más recursos para la atención de la pandemia, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social recortó Q40.2 millones del programa de Prevención de la Mortalidad de la Niñez y de la desnutrición crónica y también disminuyó Q11.1 millones para la prevención de la mortalidad materno y neonatal.

Según cálculos de este observatorio trabajados por Save the children y el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) el estado invierte por cada niño recibe diariamente Q9.59, algo insuficiente para cubrir sus necesidades básicas.

“El año pasado se quitaron recursos al Ministerio de Salud para aplicarnos al tema covid, principalmente para poder atender la ventana de los mil días, invertir en la desnutrición, micronutrientes y otros tipos de vacunas, este último tema se ha descuidado y estamos dejando brechas muy importantes que nos van a afectar a mediano y a largo plazo en enfermedades que ya estaban erradicadas o controladas”, dijo Miguel López, director de la Asociación Nacional Contra el Maltrato Infantil (Conacmi).

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Bajo los golpes

Una de las principales recomendaciones para combatir la pandemia sigue siendo no salir de casa, lo que se traduce a un confinamiento que ha sido aprovechado por los agresores de niñas y mujeres.

“Seguimos encontrando una gran cantidad de violencia física y sexual, hay muchos niños desaparecidos, nuestros datos contabilizan arriba de 5 mil las alertas Alba/Keneth, principalmente niñas; hasta agosto la violencia sexual iba arriba de 3 mil casos, datos de otras organizaciones señalan a la fecha hasta más de 50 mil embarazos en niñas y adolescentes, lo que menos se ve es un compromiso del Gobierno”, refirió López.

Cualquier tipo de violencia; física, psicológica y sexual, es la constante para los menores de edad en donde resalta la nula respuesta del Estado para la debida aplicación de políticas públicas.

“Los datos de violencia de niños desaparecidos se mantienen en un alza constante, esto quiere decir que tenemos que cambiar lo que llamamos como un sistema de protección para la niñez. Cualquier dimensión que queramos analizar alrededor de la niñez vamos a detectar serios problemas”, señaló por su parte Leonel Dubón, director del Refugio de la Niñez.

 

Covid-19 en niños
El aumento de casos de covid-19 preocupan a la Organización Panamericana de la Salud. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

 

¿Educación a distancia?

Desde hace un año y medio la pandemia del covid-19 ha impactado Guatemala, en el sistema educativo frenó de tajo las actividades académicas haciendo que la nueva forma de acceder a la educación sea a través de una computadora o un teléfono con acceso a internet.

Esta nueva metodología de clases es un alto a los deseos de superación que tienen los niños de escasos recursos, y cuyos padres no tienen los medios para acceder a ese tipo de herramientas tecnológicas.

“El contexto de la pandemia vino a complejizar y a retroceder más en los derechos de la niñez. No tenemos datos viables para saber cuántos niños han desertado del sistema educativo, si el año pasado la deserción fue grande este año será mayor, aunque exista disponibilidad de los centros para dar clases virtuales no todas las familias tienen los recursos para acceder a esa tecnología”, dijo Dubón.

Una madre sostiene a su niña de 2 años en la Palmilla, Camotán, en el denominado “Corredor Seco” del territorio, donde se acumula el hambre para miles de familias guatemaltecas de escasos recursos. (Foto Prensa Libre: EFE)