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El covid-19 impacta a las mujeres más allá del contagio

El efecto de la pandemia del covid-19 impacta en la población femenina no solo se ve en los casos de contagio, otros aspectos de su vida se ven afectados.

Pese a que el contagio del covid-19 es menor entre las mujeres, los efectos colaterales en este sector de la población es preocupante. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Pese a que el contagio del covid-19 es menor entre las mujeres, los efectos colaterales en este sector de la población es preocupante. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Los contagios de covid-19 en el mundo avanzan más rápido entre los hombres que en las mujeres. En Guatemala no es distinto. Los datos del Ministerio de Salud sobre la propagación de la infección en el país indican que seis de 10 casos positivos son de hombres.

De acuerdo con la doctora Carla Venegas, especialista en Medicina Crítica de Clínica Mayo, la mortalidad es mayor en ellos, aproximadamente un 75% de las muertes globales son de hombres. El porcentaje es similar en el país, que es del 71%. La ciencia no ha podido determinar el por qué ellos son más susceptibles al virus, ni tampoco la razón por la cual ellas se recuperan más rápido de la enfermedad al resultar contagiadas.

Pero, “algo importante es que cuando pensamos en una pandemia, hay que hacer una diferencia entre lo que es ser infectado y lo que es ser afectado”, dice Venegas.

En este punto las mujeres resultan más “afectadas” por el impacto de la infección en ámbitos como el trabajo y la salud, pero también están más expuestas a sufrir violencia física y sexual dentro del hogar en estos momentos de confinamiento.

Al hablar del ámbito laboral, cifras globales señalan que durante la pandemia una mujer tiene 1.8 veces más probabilidades de ser despedida con respecto a un hombre que realiza la misma labor.

El informe Covid-19 en la vida de las mujeres, de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), indica que el 51,84% de la población femenina de América está ocupada en sectores de baja productividad, y de ese grupo el 82,2% no está afiliado en un sistema de pensiones.

Cerca del 41% de las mujeres guatemaltecas tiene un empleo, y únicamente el 33,78% cuenta con un contrato laboral, por lo que el resto busca alternativas en el sector informal. Con la pandemia y el deterioro de la economía la situación se agrava para este sector del país.

El alto porcentaje de mujeres en la informalidad contribuye a su situación de pobreza y a la de sus hogares, menciona el informe del CIM. El golpe es más duro para las familias monoparentales, que en su mayoría son encabezadas por mujeres. El Censo Poblacional 2018 reporta que en 23 de cada cien hogares guatemaltecos el jefe es una mujer.

Al no tener una fuente de ingreso, con la carga de la manutención del hogar, se ven orilladas a buscar alimentos para sus hijos, entonces, no es de extrañar que en mayor número sean ellas las que salen a las calles con banderas blancas en busca de ayuda, menciona Mirna Montenegro, directa del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva (Osar).

La vulnerabilidad de este sector se evidencia en el estudio El hambre es la medida del covid-19 desarrollado por Oxfam en municipios de Baja Verapaz y Chiquimula. El 18.2% de los hogares encuestados esta liderado por mujeres, y de estos el 88.8% requiere asistencia alimentaria debido a la situación de pobreza en la que se encuentran. Ante esta situación, en estos hogares las mujeres aplican estrategias de estrés y emergencia (prestar dinero o gasto de ahorros y vender sus pertenencias) para poder alimentar a la familia.

Salud para ellas

Si bien la crisis económica generada por la pandemia tiene un alto impacto en las mujeres, hay otros aspectos de su vida que se ven afectados por la crisis sanitaria.

La restricción en los servicios de salud dificulta que tengan acceso a métodos de anticoncepción, lo que podría llevar a más de siete mil 500 embarazos no deseados en el país, según estimación de la oficina del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) para América Latina y el Caribe.

Señala, además, que al final del año cerca de 808 mil guatemaltecas no verán satisfecha su necesidad de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación de la familia.

Debido al colapso en los servicios médicos rutinarios, también hay desatención en el control de embarazos y desabastecimiento de suministros para atender a las mujeres en esta etapa. Ante la falta de transporte por las restricciones de movilidad también se les dificulta buscar esa ayuda, principalmente en las áreas rurales. Esta situación pone en riesgo su vida.

Un análisis de la Escuela Johns Hopkins Bloomberg de Salud Pública estima que, como efecto indirecto del nuevo coronavirus, en un plazo de seis meses en Guatemala habría 150 muertes maternas más y 309 en un año, sobre las 381 que se proyectaban para el 2020, un incremento del 89%.

La magnitud del alcance de esta pandemia en las embarazadas podría ser mayor, ya se ha visto en otras crisis sanitarias. El informe del CIM refiere que durante la emergencia provocada por el ébola, la mortalidad materna en América se incrementó en un 75%, y el número de mujeres que dieron luz en hospitales disminuyó en un 30%.

Violencia dentro del hogar

La socióloga Walda Barrios-Klee, investigadora del programa de Estudios de Género y Feminismos de Flacso-Guatemala, refiere que otro escollo para las mujeres es la violencia intrafamiliar y doméstica, pues el confinamiento las obliga estar en casa junto a sus maltratadores.

“Se denunció desde que comenzó la pandemia, después de cinco meses se ha mostrado que esto es un problema grave”, dice Barrios-Klee.

Registros del Ministerio Público indican que en marzo, cuando comenzaron las primeras medidas de contención contra el covid-19 en el país, en promedio se registraban 54 denuncias relacionadas a violencia contra la mujer; sin embargo, en abril, cuando el confinamiento comenzó a ser parte de la rutina de la población, se llegó a un promedio de 100 al día. Ya en mayo, el número subió a 157.

Según Montenegro, dentro del hogar, el confinamiento -muchos son ambientes reducidos-, no poder salir a la calle, la presión del desempleo puede llevar a la violencia contra mujer.

Pero el encierro también tiene serias repercusiones en las niñas, producto de la violencia sexual que ocurre en casa. Se sabe que el 98 por ciento de los agresores son adultos, y cerca del 89 por ciento de los perpetradores son parientes de la menor agredida.

Los datos del Osar reportan que de enero al 20 de mayo pasado en el país ya se contaban 1 mil 962 niñas entre los 10 y 14 años que estaban embarazadas, mientras que en jovencitas de 15 a 19 años la cifra alcanzó los 44 mil 901 casos.

Terreno mental

La salud mental de las mujeres también se ve afectada por la pandemia, para quienes hacen teletrabajo o de oficina en casa, la carga se torna mayor, pues además de las actividades laborales deben enfocarse en las tareas del hogar y, las que son madres, atender a sus hijos, que también están en casa por el cierre de los centros educativos. Toda esa carga provoca estrés.

“La soledad de las mujeres mayores al no recibir afecto o visita de sus familias, pueden llevarlas a la depresión”, dice Montenegro, como otra secuela de la pandemia en la población femenina, sobre la que también recae el cuidado de los familiares enfermos.

Ante la vulnerabilidad de las mujeres frente al covid-19, más allá del contagio de la infección, el informe del CIM señala que hay que aprender las lecciones que han dejado pandemias anteriores como el ébola, el zika y el Sars, que  demostraron “que la incorporación de las necesidades de las mujeres en el abordaje de la emergencia no es una cuestión menor. Al contrario, no considerar un enfoque de género profundizará las desigualdades con efectos que se prolongarán en el largo plazo y serán difíciles de revertir”.

 

 

ESCRITO POR:

Ana Lucía Ola

Periodista de Prensa Libre especializada en temas comunitarios, con énfasis en Salud y Educación, con 17 años de experiencia. Reconocida con el Premio de Prensa Libre en categoría Reportaje, en 2019. Premio de la UPANA por Informar a la población guatemalteca sobre la realidad en nutrición y desnutrición en el país, en 2019. Diplomado El periodismo en la era digital como agente y líder de la transformación digital impartido por el Tecnológico de Monterrey.