Aunque las entidades del sistema de justicia tienen datos sobre denuncias relacionadas a agresiones sexuales, violaciones y femicidios, esto no representa la magnitud del problema.
Según la última Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (ENSMI), solo el 36.8% de mujeres que reconoció haber sido víctima de algún tipo de violencia, dijo haber buscado ayuda. Pero esto tampoco quiere decir que hayan denunciado.
Es decir, de cada 10 mujeres víctimas, 4 buscan ayuda en algún círculo de confianza y son menos aún las que se acercan al Ministerio Público a denunciar.
Este subregistro ya se ha normalizado y para entender la magnitud del problema es que varias organizaciones piden que en el país se realice una encuesta específica, una tarea que tendría que estar a cargo del Instituto Nacional de Estadística (INE).
“La única medición que nos permita ver el total de hechos de violencia contra la mujer sería la encuesta específica porque no todos los datos vienen de una denuncia en el MP, tampoco hay datos específicos que nos digan en realidad el número de mujeres jóvenes que tuvieron un embarazo producto de una violación sexual”, explica Pablo Salazar, representante de país del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
Esta encuesta específica ya se realiza en países como España, México y El Salvador, sin embargo, en Guatemala no existe, aunque el INE asegura que ya tenían planeado hacerla pero la pandemia y la inestabilidad en la Secretaría Presidencial de la Mujer se los ha impedido.
“Guatemala ha sido el único país en el mundo que detuvo su producción estadística por la pandemia”, dijo la investigadora Karina Peruch.
Evelyn Chacón, directora de Índices e Indicadores Económicos del INE, explicó que la puesta en marcha de una encuesta específica requiere de planificación y de un presupuesto específico.
“Por su naturaleza, es aún más compleja que cualquier encuesta de hogares. Por lo que se deben considerar más aspectos como la seguridad tanto de la persona encuestada, como de la encuestadora, por lo que se requiere del apoyo de más instituciones y de un presupuesto más elevado en comparación con las otras encuestas de hogares”, dijo.
Chacón agregó que esperan que se estabilice la Seprem y la comunicación interinstitucional para poner en marcha dicha encuesta.
¿Qué datos hay?
Peruch explica que los registros que existen en el país son del sistema de justicia, sin embargo, estos están vinculados directamente a una denuncia y a una sentencia. Estos números no logran presentar un panorama real.
La investigador explica que para recabar información, el primer nivel de fuentes de información, es decir, las más cercanas a la población, son los servicios de salud; el segundo nivel son los registros que se dan en el sistema de justicia, es decir, las denuncias; y el tercer nivel son las sentencia. “Si analizamos solo la parte judicial, solo estamos viendo la parte visible del problema. Hay mujeres que no reconocen el ejercicio de la violencia, que no saben que si sus maridos les deben de dar permiso para ir donde el doctor o hacerse algún procedimiento médico, eso es violencia”, agrega.
En el país, la ENSMI empezó a recabar información sobre violencia intrafamiliar en 1999. En el 2008 se incorporó la respuesta masculina, es decir, hombres víctimas de violencia.
LA ENSMI proporciona información sobre si la persona ha sufrido de eventos de violencia en algún momento de su vida y en los últimos 12 meses, mujeres que han experimentado todo tipo de violencia por cualquier persona y proporción de mujeres víctimas de parte de la pareja.
Según la última encuesta realizada en el 2014, una de cada cinco mujeres ha experimentado violencia física desde los 15 años y en caso de mujeres separadas o divorciadas, la cifra se eleva a una de cada dos.
Sin embargo, la Ensmi solo mide mujeres y hombres de 15 a 45 años, excluyendo a las víctimas niñas que sufren, también, de embarazos producto de violaciones.
“Cuando se habla de violencia intrafamiliar esto incluye a otros sujetos que tengan una relación intrafamiliar, es decir hombres, personas ancianas, niños o demás que vivan bajo un mismo techo y esto diluye la violencia contra mujeres y niñas. Por eso es necesario una encuesta específica porque las causas son distintas”, explica Hilda Morales, abogada especialista en derechos de la mujer.
Morales explica que esta encuesta permitirá medir la violencia cibernética, política, psicológica, entre otras, para crear políticas y hacer investigaciones para erradicar este problema.