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“Estamos peleando con la muerte”: el desesperante llamado de una médica de Xela por el coronavirus y cuya imagen se hizo viral

Ana Iris Vásquez Cifuentes narra lo que vive la comunidad médica y salubrista cada día en los hospitales debido al vertiginoso aumento de los contagios de covid-19.

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Los hospitales de Quetzaltenango están al borde del colapso. (Foto: Hemeroteca PL)

Los hospitales de Quetzaltenango están al borde del colapso. (Foto: Hemeroteca PL)

De acuerdo con los registros, los hospitales de Quetzaltenango están por arriba del 90 por ciento de saturación por el vertiginoso aumento de contagios de coronavirus.

Actualmente, el Hospital Temporal de Xela tiene una capacidad de 144 pacientes, mientras que el Hospital Regional de Quetzaltenango, para 25 en intensivo. El Hospital Rodolfo Robles, que atiende a pacientes leves y moderados, está lleno y las muertes van en aumento. ante ello una médico general de este departamento que está en primera línea en atención a pacientes covid-19, en medio del llanto tras la muerte de un paciente a quien por varios minutos le dio RCP pide a la población no hacer fiestas.

En las últimas horas, se ha hecho viral el testimonio de una médica de ese departamento que está en primera línea en atención a pacientes covid-19, y que en medio del llanto tras la muerte de un paciente a quien por varios minutos le dio reanimación cardiopulmonar, sin éxito, pide a la población que se cuide y tomar conciencia de la situación.

Ana Iris Vásquez Cifuentes, quien, además es nativa de esa localidad, habló con Prensa Libre y Guatevisión sobre la situación que atraviesa el país y el momento desesperante y a la vez indignante en el que hizo la publicación.

“Yo acababa de dar una resucitación cardiopulmonar y fue muy doloroso, porque en el momento en el que tú intentas luchar, intentas salvar al paciente, estás en una lucha frente a la muerte y en realidad te duele haber visto cómo en el turno anterior al paciente que le estaba hablando, que decía que quería vivir, que primero Dios lo iba lograr, de repente se va desvaneciendo, sus pulmones van colapsando poco a poco, y tiene que despedirse de su familia. Tiene que caer en intubación, entonces en ese momento en el que tú estás en guerra frente a la muerte, donde estás tratando de salvar a un paciente, dónde estás dando lo mejor de ti, y no lo logras, y creo que todo el personal de salud y los colegas lo hemos afrontando, es un dolor tremendo: no lograr llenar las expectativas por la cual juraste un día, que es luchar por la vida a más no poder o hasta donde tus fuerzas lo permitan”, dijo la doctora.

“Resulta que yo termino de dar esta resucitación cardiopulmonar, declaramos fallecido al paciente, voy a una silla que está en el mismo intensivo, me quito la careta, porque estaba sudando excesivamente e incluso en los lentes se puede ver. En ese momento que estaba dando la resucitación, mis lágrimas no podían evitar caer, y lo dijo que todo corazón y sinceramente, con la humanidad propia”, agrega.

El testimonio de la doctora refleja lo que el país está viviendo en la actualidad y los problemas que médicos, salubristas y hospitales están afrontado.

“En ese momento, como lamentablemente muchos días hemos vivido en los hospitales, y a nivel mundial, incluso en los países de primer mundo verdad, estamos viendo una mortalidad severa, que se ha estado experimentando constantemente”, dice la salubrista.

Cuenta que el momento de indignación vino luego de estar “peleando contra la muerte”.

“Me quito la careta me siento y me pues me lamento el dolor que uno siente, veo si hay alguna llamada alguna nueva conducta. Entro y veo algunas noticias donde casualmente hay fiestas, hay aglomeraciones, y todo. Entonces, donde después de haber visto la muerte frente a mí, varios pacientes fallecer a nivel mundial, no solo en Guatemala a pesar del esfuerzo de mis colegas, a pesar de lo que yo sé que ellos viven a diario y me solidarizo con ellos y yo sé que soy la voz de ellos. En este momento digo: ‘ellos de fiesta, ellos haciendo aglomeraciones, ellos no cuidándose y nosotros viéndose desvanecer la vida de personas que quieren luchar por vivir, por tener otro nueva oportunidad, por quitarse esa enfermedad'”.

“Entonces me puse en solidaridad con esos pacientes, con los pacientes que quieren vivir. Pensé que podrían evitarse los contagios si no hubiera aglomeraciones, si no hubiera fiestas. Porque si tú te contagias y contagiosa alguien más, le puedes negar la oportunidad de vivir. Entonces eso fue lo que yo pensé en ese momento, en la solidaridad y empatía para todas las personas y que trabajemos como equipo”, recordó la doctora.

Ana Iris Vásquez Cifuentes está en primera línea contra el coronavirus en hospital de Xela. (Foto: cortesía)

No bajar la guardia

Vázquez Cifuentes también Indicó que han estado viendo en las últimas semanas un incremento de personas que están llegando a solicitar pruebas de coronavirus, muchos de ellos por haber bajado la guardia cuando recibieron alguna dosis de la vacuna.

“Los pacientes bajaron la guardia, porque llegan y consulta no tanto por sintomatología si no porque tuvieron contacto con alguien. Entonces eso nos da a nosotros la pauta de que está aumentando la consulta por miedo al escuchar de algún caso cercano de covid-18. Muchos de ellos dicen ¿y ahora qué voy hacer con mi familia, es que tengo una mamá diabética. Entonces lo que nosotros necesitamos es que todos esas medidas y todo ese miedo, y en sí las precauciones, no se tomen al momento que va a hacerse el hisopado; sino desde el momento en el que uno está fuera de casa, que va a violar una de las leyes de bioseguridad”, advirtió la médica de 31 años, y que lleva 17 meses atendiendo a pacientes covid-19.

Quetzaltenango es el segundo municipio con más casos de coronavirus reportados en el país. Actualmente acumula 30 mil 643, de los cuales 2 mil 217 están activos y han fallecido 872. El primer lugar lo ocupa el departamento de Guatemala, con 235 mil 954 casos.

En contraste, Quetzaltenango también es el segundo municipio con el mejor porcentaje de vacunación, registrando la aplicación de 293 mil 284 dosis, según el portal del Ministerio de Salud, en el que 202 mil 170 tienen una primera dosis y de estos 91 mil 114 el esquema completo, para llegar al 36.1% de la población vacunada con al menos una dosis. El primer lugar lo ocupa el departamento de Guatemala, con un 58.1% de su población vacunada.

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“Los pacientes que han sido vacunados, gracias a Dios no han tenido mayor severidad, llegan y nos dicen “yo tengo mis dos dosis”, o “mire yo tengo mi primera dosis” y los síntomas son relativamente leves. Lo que sí hemos notado es la mortalidad más joven. Hay pacientes menores de 30 años que han fallecido”, lamenta la médica, quien advierte de que todas las áreas de atención por el covid-19 se encuentran llenas y temen que con el pasar de los días y el aumento de este tipo de fiestas que se han visto en departamentos como Quiché el número de casos y hospitalizaciones aumenten, colapsando la red hospitalaria.

A pesar de todo, la doctora, que tras la publicación ha mostrado el lado humano y miedos de la comunidad médica, indica con voz firme que continuarán al frente con valor.

“Para mi detrás de ese traje es una lucha diaria. Es cierto, nosotros estudiamos esta carrera por vocación, por amor, por pasión y por servicio, así como ser un instrumento de Dios acá y poder ayudar. Sin embargo, la pandemia no deja de afectarnos a nivel sentimental, en nuestras emociones y tener ese autocontrol, de tener una emergencia, estar dando resucitación a alguien y a la vez saber que no podemos dejar el dolor, pues en ese momento también estoy sufriendo, pero debo centrarme en mi trabajo y dar todo lo mejor de mí”, enfatiza Vásquez.

Según la última actualización del Semáforo Epidemiológico, de los 24 municipios de Quetzaltenango, 22 se encuentran en alerta roja epidemiológica, y solamente uno en amarillo (Zunil) y otro en naranja (Quetzaltenango).

(Foto: Cortesía)