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Formar a los niños previene la violencia

Los menores deben conocer sus derechos en cualquier idioma que hablen y conocer cómo actuar cuando se sienten vulnerados.

Los niños deben conocer sus derechos y cómo denunciar cuando son vulnerados. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Los niños deben conocer sus derechos y cómo denunciar cuando son vulnerados. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Antes de que apareciera la pandemia, ser niño en Guatemala ya era muy complicado por el alto riesgo de ser víctima de algún delito, violencia, abuso sexual, deserción escolar y maltrato intrafamiliar, entre otros.

De acuerdo con las estadísticas de Unicef, en el país mueren dos menores cada día y otros 40 quedan huérfanos, por la criminalidad. Además, a diario se reportan 21 casos de abuso sexual a menores y 17 desaparecidos entre este mismo grupo.

En promedio, 35 denuncias de maltrato infantil se reciben al día y seis de cada 10 niños temen asistir a la escuela por los abusos que allí sufren. También se reportan cinco mil niños institucionalizados, pese a que el 94 por ciento tiene algún familiar.

La violencia contra la niñez y adolescencia se ha normalizado y por ello surgen diferentes alertas y programas que promueven la prevención de este flagelo.

La educación preventiva para evitar daños y violencia contra la niñez y adolescencia es indispensable.

Las niñas y los niños ¡queremos sonreír! es un libro publicado en español, q’eqchi’ y kaqchikel, los tres idiomas más hablados en el país, que contiene cuentos cortos con un enfoque de derechos humanos. Cada historia está planteada alrededor de alguna situación violenta y sugiere los procedimientos que los niños deben conocer para denunciar acciones en su contra.

El educador Carlos Aldana Mendoza, autor de los textos, explica que los niños merecen aprender sobre derechos humanos para defenderse y proteger a otros niños. Añade que con este aprendizaje, los menores comienzan a descubrir un mundo de respeto y buenas prácticas en su casa y su entorno, por lo que tienen una vida más plena.

Los cuentos desarrollan diferentes situaciones que pueden afectar a los niños, las cuales se complementan con imágenes y una propuesta interactiva que podría ser una reflexión o un ejercicio para que los menores comprendan la situación que se busca ilustrar.

“Cuando la gente habla de derechos humanos se refiere a luchas de defensa o denuncias que hacen los abogados o los defensores, pero no es así. La práctica de derechos humanos forma parte de la vida cotidiana y no se queda en discursos, denuncias o recursos legales; los niños merecen y necesitan vivirlo en la práctica. El verdadero ejercicio de los derechos humanos en la niñez implica felicidad, plenitud, alegría”, puntualizó.

Temáticas

Los libros de Aldana Mendoza fueron publicados por el Centro de Investigación para la Prevención de la Violencia en Centroamérica (Ciprevica) y abordan el abandono escolar, violencia intrafamiliar, abuso sexual, niños con capacidades diferentes, captación para pandillas, cultura de denuncia y delitos cibernéticos.

“No es prevenir la delincuencia, es prevenir la violencia en general. La importancia es crear aptitudes, valores, modos de comprender las cosas que deben influir en el comportamiento cotidiano para que se conviertan en personas que resuelven los conflictos de otra forma, que expresan sus necesidades, que saben denunciar, que saben sentir la violencia sexual u otro tipo de violencia”, explicó Aldana.

También incluye un formato para que los niños escriban una carta a la persona que consideren que debe reflexionar sobre algún tema o situación que atraviesa.

“La idea es que de la historia del cuento pasemos a reflexiones y a documentos nacionales e internacionales para la búsqueda de prácticas de qué podemos hacer y qué harías tú. En ese apartado se plantea una sugerencia de actividades de compromisos que se le exponen al niño sobre el cuento”, indicó.

Maestros y personas interesadas en obtener los libros para compartirlos con niños pueden comunicarse al número 2239-3205 o ingresar a la página web de Ciprevica.

Alternativa

Carolina Escobar Sarti, directora de la Asociación La Alianza, una organización que trabaja con niñas y adolescentes en riesgo social, víctimas de violencia sexual, situación de migración y trata de personas, opinó que Ciprevica ha trabajado en la prevención de la violencia en Centroamérica, lo cual es fundamental, porque es importante proteger a los menores que han sido víctimas de este flagelo, pero agrega que el abordaje y el enfoque también debe ser integral.

Aunque no ha visto los libros, considera que estos textos son una buena herramienta para brindar a la niñez y adolescencia oportunidades y desarrollo abierto.

“Para trabajar con la niñez no solo debe existir el enfoque de protección, también de prevención y que tengan acceso a oportunidades en todos los sentidos. Otro de los aspectos primordiales en la prevención es que saliéramos de ese enfoque adultocéntrico para que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tengan más participación”, hizo ver Escobar Sarti.

“La violencia contra la mujer es el delito más denunciado en el Ministerio Público. Segundo, cuando hablamos de trata y de violencia sexual, nosotros tenemos las cifras también. Por ejemplo, que el año pasado hubo más de 114 mil embarazos en menores de 10 a 18 años es un indicador altísimo de una cultura machista, patriarcal, que se centra, principalmente, contra las niñas, adolescentes y mujeres”, concluyó

Vulnerables a la violencia

Un menor era llevado de emergencia por su progenitora, el 20 de septiembre último, al Centro de Salud de El Milagro, zona 6 de Mixco, y aunque al principio se reportó que pudo haber fallecido en la calle por covid, el Inacif dictaminó que padecía de violencia física.

Se llamaba Kelvin Esquivel Chol Picón, de 4 años. Según la necropsia, presentaba trauma cerrado de abdomen. Sus dos hermanos fueron rescatados por la Procuraduría General de la Nación al día siguiente.

Del 1 de enero al 15 de septiembre de este año habían sido rescatados 777 menores por maltrato.

Sin embargo, la situación puede ser aún peor debido al subregistro de casos, el cual se debe a menudo a la falta de denuncias, ya sea por temor, desconocimiento de las leyes de protección a la niñez o poca facilidad de acceso a las autoridades pertinentes.

La Defensoría de la Niñez de la Procuraduría de los Derechos Humanos detalla que hasta junio último, habían acompañado mil 248 casos de violencia contra menores, lo cual abarca diversas manifestaciones de este flagelo: física, verbal, psicológica y sexual.

 

Con datos de Unicef.

 

El 14 de septiembre pasado se emitió una sentencia histórica: Armando Filiberto Vaidez Juárez fue condenado a 27 años de prisión inconmutable por haber abusado de una menor de 12 años de 2018 a 2019. Vaidez Juárez tenía 53 años cuando abusó de la menor y se desempeñaba como maestro.

La clave para lograr esta condena fue la denuncia de la madre de la menor y también el testimonio de la víctima.

A través del conocimiento de los derechos de los niños y de los delitos en que incurre un adulto que agrede a un menor se puede lograr una mayor reducción de casos bajo la disuasión que genera la posibilidad de ser denunciados y procesados.

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