Comunitario

La chamusca en Guatemala: El futbol es vida y alegría, así se juega en cada rincón y en cada momento

¿Chamusca? ¿De qué hablamos? ¿Alguien lo puede entender? Seguramente para un extranjero esta expresión le será ajena y casi indescifrable, aunque para los guatemaltecos se entiende. Un encuentro informal de futbol donde el objetivo es divertirse y, por qué no, ganar.

|

La Chamusca en Guatemala se juega en cualquier lugar y cualquier momento. (Foto Prensa Libre: Roberto López y Erick Ávila)

La Chamusca en Guatemala se juega en cualquier lugar y cualquier momento. (Foto Prensa Libre: Roberto López y Erick Ávila)

Según la Real Academia Española (RAE), chamusca es un partido de futbol informal y amistoso. Una palabra especial para los guatemaltecos que recuerda momentos de la infancia, que no distingue clases sociales y donde no se requiere de muchos implementos. No importa si es con pelota plástica o de cuero sintético, si es en una cancha o en la calle con porterías improvisadas hechas de piedras, bajo la lluvia o al fondo de un callejón con poca luz, el único objetivo es jugar.

Desde el momento en que se dan las primeras patadas a un balón en los primeros años de vida, en el patio del colegio o con amigos cercanos a donde vivimos, una pelota siempre ha estado cerca de nuestros pies. Ese sentimiento se reafirma al entender que la fiesta mundial del futbol en Qatar está a siete días de comenzar.

Vista al pasado

La historia del futbol nacional comienza con el primer equipo: Guatemala Foot-Ball Club, que disputó su primer partido el 14 de septiembre de 1902, en un campo donde actualmente se ubica el Mapa en Relieve, en la avenida Simeón Cañas, zona 2. Desde ese entonces, la afición por el balompié ha venido creciendo en el país.

“Juego, luego soy; el estilo de jugar es un modo de ser, que revela el perfil propio de cada comunidad y afirma su derecho a la diferencia”. Así se expresa Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo, quien subraya lo arraigado que está el futbol asociación en el mundo y también en la sociedad guatemalteca.

Según el sociólogo Hans Quevedo, identificarse con un deporte que no requiere tanta inversión como el futbol, a lo largo del tiempo ha desarrollado un sentido de comunidad y memoria colectiva, ya que se practica a todo nivel social, en colonias y barrios, generando un espacio de relaciones sociales intensas.

 

Una herencia que va de generación en generación

La pasión por un deporte como el balompié suele transmitirse de generación en generación. Quevedo menciona que une familias, e incluso hace que la mayoría de integrantes del núcleo sigan a un equipo y se reúnan para ver los partidos. Hace que los mayores influyan en los demás para llevar a los hijos a los estadios y empezar a identificarse con un equipo y el deporte mismo.

Otro tema que despierta la pasión es la identificación con los jugadores que han cobrado un papel importante a nivel mundial y se convierten en modelos, en especial en los niños, quienes anhelan jugar en un equipo de prestigio.

También sostiene que existe falta de identidad cultural respecto del futbol nacional, ya que hay muchos jugadores extranjeros, pero a los guatemaltecos les gustaría ver a sus familiares y amigos que jugaban en las colonias o barrios. “En la historia del futbol del país, vemos crecimiento económico, pero quisiéramos ver crecimiento de preparación para jugadores locales. Debemos ver el lado positivo para trabajar la identidad cultural, a través de academias locales y departamentales para niños y jóvenes que les permitan experiencias en el deporte; eso aumentará la identidad cultural de forma colectiva”, resalta.

Generar emociones y sueños

Más allá de los 90 minutos, Guatemala es uno de los países que se caracterizan por su amor al balompié, ya sea a nivel local o internacional. Grandes y pequeños se identifican con equipos y sus mejores jugadores. Prueba de ello es que en las chamuscas los integrantes de cada equipo utilizan vestimenta deportiva con los números favoritos y los colores del conjunto de su preferencia.

Alegría, euforia, pasión, locura, y también tristeza, rabia, nerviosismo o frustración son algunos de los estados de ánimo que genera el futbol en amplios sectores de la población. Según Mario Juárez, psicólogo industrial y forense, cuando los equipos de futbol ganan, el ser humano genera nuevas ilusiones, evade la realidad y puede olvidarse de lo mal que puede estar su entorno o lo afectado que puede encontrarse económicamente. Y con una derrota está la frustración o tristeza ante las dificultades de la vida.

Uno de los momentos inolvidables en el balompié nacional fue el gol que Juan Carlos Plata anotó a Brasil el 5 de febrero de 1998. También, el 6 de abril del 2011, se vivió una gran fiesta en el estadio Doroteo Guamuch Flores, cuando la selección sub 20 de Guatemala logró clasificar por primera vez a una copa del mundo, al ganarle a Estados Unidos. La segunda clasificación mundialista sub 20 fue el 29 de junio del 2022. La selección de Guatemala venció 2-1 a México en cuartos de final del premundial de la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Futbol, y logró su pase al mundial de Indonesia 2023.

El futbol es un factor de igualdad social en el campo, donde se comparte pasión, trabajo en equipo, liderazgo, unión, compañerismo, capacidad de tomar decisiones, competitividad y esfuerzo. Los guatemaltecos no hemos tenido la experiencia de que la selección esté en un mundial, pero igual vivimos la pasión del balompié local, indica Juárez, al tiempo de subrayar que el regreso a las canchas ilusiona e impacta la salud mental de forma positiva luego de una psicosis por la pandemia.

 

Aumenta la participación femenina

Históricamente, el futbol se ha asociado a los hombres, pero en las últimas décadas la participación femenina en este deporte rompe barreras y ha cobrado relevancia en roles como jugadoras, aficionadas, entrenadoras, personal médico y periodistas, entre otros.

En Guatemala, Unifut es el equipo de futbol femenino más ganador, sumando 18 títulos hasta el 2021.

La primera futbolista guatemalteca en firmar un contrato profesional en el extranjero es Ana Lucía Martínez, quien fue parte del Madrid CFF, de la Primera División de La Liga Española de Futbol Femenino.

La cuenta regresiva de la fiesta del Mundial ha comenzado, mientras que las empresas y marcas tienen una ventana de oportunidades para incrementar ventas y captar la atención de nuevos clientes.

Según la Federación Internacional de Futbol Asociación (Fifa), para el mundial de Rusia 2018 se registró una audiencia de más de tres mil millones de personas en TV desde o fuera de casa o plataformas digitales, que significa más de la mitad de la población mundial. Mientras que un total combinado de mil millones de espectadores disfrutaron la final de la Copa Mundial de la Fifa en el 2018.

“Las marcas, a través de las agencias de marketing y publicidad, logran identificar cuáles son las tendencias del consumidor para saber qué productos y servicios ofrecer, apelando a las emociones por medio de creencias o experiencias, y así aumentar sus ventas y tráfico de clientes”, indica Luis Enrique Cuté, mercadólogo.

Cuté resalta que la fiebre mundialista cobra vida con el comportamiento del consumidor, desde el cambio de su rutina diaria al ver los partidos desde tempranas horas en la comodidad de su casa, colocarse la camisola de su equipo favorito o buscar un restaurante con promociones para disfrutarlo con familia y amigos.

Dos objetivos que toma en cuenta la mercadotecnia para captar la atención de los clientes incluye la eficacia de la marca en generar un recuerdo poderoso que se posicione en la mente del consumidor. El segundo, designar el vínculo emocional del consumidor con la marca en cuanto a valor, confianza, respeto y estima.

Por ello, agrega que un sinfín de marcas se suman a la fiebre mundialista con productos y servicios que buscan generar conexión, interacción, un sentido de pertenencia, salir de la rutina, expresar emociones, celebrar la vida y los triunfos junto a los seres queridos.

Una niña juega futbol, como parte del crecimiento de la participación femenina en ese deporte en Guatemala (Foto Prensa Libre: Erick Ávila)

 

Beneficio a largo plazo para el país

Una chamusca con los amigos al terminar las tareas o la jornada de trabajo es común en nuestro país, pero el beneficio va más allá de divertirse y compartir por 60 o 90 minutos, tiempo aproximado de un partido de futbol.

El médico Rodrigo Maltés enumera tres aportes que mejoran la calidad de vida al practicar un deporte: a nivel metabólico, aumenta la capacidad pulmonar y la oxigenación en el cerebro; mejora la captación de calcio en los huesos, disminuye los problemas cardíacos e hipertensión arterial, así como la disminución de niveles de triglicéridos y colesterol.

A nivel físico, aumenta la musculatura y la flexibilidad, ayuda a controlar el peso corporal y aumenta la energía y disminuye las enfermedades.

Otro de los beneficios al practicar deportes, y en este caso futbol, es la mejora en el estado de ánimo y calidad de sueño, disminuye los niveles de ansiedad, estrés y depresión. También ayuda a tener buen juicio en la toma de decisiones y permite socializar y conocer a nuevas personas.

“No dejemos que los avances de la tecnología incidan en el sedentarismo. Es vital practicar cualquier tipo de deporte para mejorar la salud en todo sentido”, enfatiza Maltés.

Sin importar el color de las banderas, creencias o clases sociales, millones de aficionados se unen a la fiesta del Mundial, que animará a muchas personas a volver a practicar el deporte que les apasiona. La chamusca guatemalteca seguirá arraigada en el imaginario nacional y para estos días seguramente usted será parte de una de ellas en cualquier lugar del país.

ARCHIVADO EN: