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Eduardo Arathoon: “Logramos reducir la mortalidad”

En un edificio de la 2a. avenida y 11 calle, zona 1, se localiza la clínica Luis Ángel García, del Hospital General San Juan de Dios, fundada y dirigida por el médico infectólogo Eduardo Arathoon.

Eduardo Arathoon, médico que trabaja en prevención de VIH.

Eduardo Arathoon, médico que trabaja en prevención de VIH.

Allí, más de tres mil pacientes, entre adultos y niños, con VIH-sida son atendidos de manera integral, con atención personalizada, laboratorios con tecnología avanzada, farmacia e investigadores.

Arathoon ha dedicado más de 30 años de su carrera profesional a la investigación y combate de la pandemia, misma que implica nuevas formas de tratamiento y prevención.

¿Cuáles son los hallazgos en cuanto a la causa de muerte de los pacientes con sida en el país?

Tenemos estadísticas que muestran que la principal causa de muerte —más de la mitad de casos— es por un hongo que se disemina en el ambiente que se llama histoplasmosis (Histoplasma capsulatum).

En Guatemala se dan las condiciones apropiadas para que el hongo viva: una zona hiperendémica.

El hongo se encuentra en el guano —excremento de aves y murciélagos—. Esto, al reproducirse, se disemina por medio de esporas, que resultan diseminadas por el aire, las cuales son respiradas. Lo respira uno y se contagia. Para el paciente sin VIH-sida no es muy importante, pero para un VIH positivo, es la causa número uno de muerte a escala mundial.

¿Cuáles son las otras causas de muerte?

La segunda es el criptococo (Cryptococus neoformans) y la tercera es la tuberculosis (Mycobacterium tuberculosis).

Aprovecho para disentir con la postura de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que aún atribuye a la tuberculosis la principal causa de mortalidad en VIH-sida.

Los primeros dos tipos de hongos no se transmiten de persona a persona; sin embargo, la tuberculosis sí.

Sin embargo, el Gobierno no está haciendo mucho para controlarla, por lo que existe un potencial de subir la incidencia de tuberculosis, después de que había estado bajo cierto grado de control.

¿Qué se hace para dar a conocer ese hallazgo?

Fue un trabajo conjunto. Lo complejo es que los síntomas por histoplasmosis son similares a la tuberculosis. Esa es la virtud de la prueba, que los distingue.

Logré convencer al director del Center for Disease Control (CDC), en Atlanta, Estados Unidos, para que nos financiara las pruebas, cuyo costo es de US$150 cada una.

¿Qué diferencia representaba esa prueba?

Los métodos convencionales necesitan cultivar el hongo, que tarda 19 días en crecer para determinarlo, y en eso el paciente se muere. Con la prueba se disminuye el tiempo de diagnóstico de 19 a un día y medio, para conocer el diagnóstico y salvar la vida del paciente. La prueba ya se hace aquí. Nos da tiempo de que la medicina funcione. La mortalidad, que antes era del 52%, la logramos reducir a 31%. Salvamos el 20%. Si seguimos en esto, vamos a reducir cada vez más la mortalidad. Ahora ya hay una compañía que produce y comercializa la prueba. Trabajamos con ellos.

¿Tienen la exclusividad de las pruebas?

Ahora sí, pero pasaremos la tecnología al Hospital Roosevelt. Entrenamos a la gente. También estoy en pláticas con micólogos de Colombia, Panamá, El Salvador y Honduras, y trato de iniciar contactos en Argentina.

¿Cuál es el mejor modelo de prevención del sida?

Un artículo del investigador Myron S. Cohen publicado el año pasado en Inglaterra es hoy un punto de referencia en la prevención y tratamiento del sida. Este dice que se debe identificar muy temprano, para parar el sida —modelo matemático—, y si se da tratamiento temprano, la persona, posiblemente, ya no contagiará a nadie. Es la única manera en que se evidencia que se puede parar la epidemia en un país. Ahora se hacen los estudios de costo/efectividad, por el potencial de reducir la incidencia.

¿Cómo apoyan organismos como Onusida?

Siempre están atrasados. Su burocracia no les permite ser ágiles en la toma de decisiones apropiadas para la prevención del VIH.

¿Participará en la Conferencia Mundial del Sida en Washington DC?

Vamos a presentar un trabajo sobre microbacterias de la tuberculosis. Estamos sacando el ADN a nivel molecular, para mapear el país con los distintos tipos de tuberculosis que existen. Esto para ver si hay un patrón que permita atacar esa epidemia.

¿Qué lo mueve a continuar en este esfuerzo?

He pensado en retirarme, pero creo que no hay nadie que quiera tomar esta estafeta y se involucre así, pues no es fácil, especialmente cuando nos topamos con monstruos como el Gobierno y la corrupción. Además, creo que tengo una responsabilidad con más de tres mil pacientes en tratamiento.

Me quiero dedicar a dar tratamiento con prevención. Me dediqué 30 años a repartir condones y sé que es muy limitado, cualquier persona lo puede hacer.

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