Comunitario

Chapina-persa se ha relacionado con proyectos de comunicación y desarrollo en Guatemala

Parisa Nabili nació en el lejano Irán, la tierra de los persas. Vino a Guatemala a principios de los años 90 para desarrollar  trabajo social y apoyar el progreso de las familias y comunidades más desfavorecidas.

Parisa Nabili nació en Irán y es guatemalteca nacionalizada. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Parisa Nabili nació en Irán y es guatemalteca nacionalizada. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

CIUDAD DE GUATEMALA- Se enamoró del país y su gente. Adoptó la nacionalidad guatemalteca y se quedó como una chapina– persa, con la ilusión de formar parte y contribuir a ese desarrollo.

¿Qué fue lo que más le gustó cuando llegó a Guatemala?

La calidez de su gente y su espíritu de superación. Nunca me he sentido extraña en Guatemala porque todos, sin excepción, me han manifestado afecto, generosidad y amistad.

¿Se acostumbró a la comida local?

Me encanta. Hasta aprendí a tortear. Hago mezclas de recetas persas y chapinas, como arroz envuelto en hoja de parra y con un toque de chipilín. Aquí conocí el aguacate, extraordinario, que me recuerda el sabor de la nuez recién sacada del árbol y mi infancia en Irán.

¿Qué aspectos le resultaron extraños?

Ver parejas besándose en la calle. En mi cultura original, el beso es una expresión más privada que pública… pero comprendí la espontaneidad del afecto.

 ¿Hay algo que no le gustó?

Siempre me molestó que muchas mujeres, especialmente de las áreas rurales, tenían que pedir permiso a sus maridos o parejas para participar en alguna actividad, a pesar de ser ellas el sostén de los hogares. Esto ha ido cambiando poco a poco.

Mstislav  Rostropovich y Parisa Nabili, en su visita al proyecto de saneamiento en El Mezquital, Guatemala 1997. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

¿Qué la entristeció?

En general, la desprotección de la niñez me entristece, y por ello he dedicado mucho de  mi trabajo para ayudar a cambiar esa realidad.

Igualmente, ver niños y niñas trabajando y sin oportunidad de ir a la escuela… Me da cólera ver a una niña abusada… Me duele en el alma ver a un pequeño desnutrido… Aún tengo viva la imagen de una niña que conocí  en Jocotán. Tenía siete años, pero parecía de tres porque era muy pequeña, se le veían los huesitos y estaba llena de arrugas, como una anciana, parecía una víctima de un campo de concentración…

Usted trabajó casi 25 años en Unicef. ¿Qué destaca de esa etapa?

Ha sido un privilegio ser parte de las Naciones Unidas y en Unicef. He aprendido mucho. Desde el ámbito de la comunicación logramos importantes avances para la niñez.  Destaco las iniciativas que hemos impulsado con el apoyo incondicional de los medios de comunicación y la empresa privada, que han ayudado a tener mejores leyes y políticas públicas para la niñez. No es abstracto: se ve en esa mujer que ya no necesita caminar lejos con una tinaja sobre su cabeza para recoger agua porque ya tiene un chorro domiciliar, en esa niña que asiste a una escuela digna, en ese adolescente que vive en un ambiente seguro y con más oportunidades…, en ese niño que está vacunado…

¿Qué ha cambiado en el ámbito comunicacional?

En la forma, mucho, pero en su fondo, es  lo mismo. Pasamos de máquinas mecánicas de escribir, a las computadoras, internet y celulares, que permiten enviar fotos o mensajes instantáneamente al otro lado del planeta.

Pero no ha cambiado la esencia de la comunicación. En su centro sigue la palabra, el lenguaje, el mensaje, que permite transmitir un concepto o una idea, y también compartir emociones. La comunicación es poder. Puede cambiar la vida de las personas y ayudar a construir mejores sociedades.

¿Qué experiencia de comunicación desarrolló usted en Guatemala que pueda ejemplificar su poder para cambiar la vida de las personas y de la sociedad?

Son muchas. Por ejemplo: en 1994, el cólera azotaba a Guatemala. Había 12 mil  casos y 600 defunciones. Se le atajó combinando estrategias, como alianzas con la empresa privada, participación comunitaria, consejería, uso de medios masivos y distribución de sales de rehidratación oral.

 La participación del sector privado fue clave: diez mil voluntarias de Avon dieron consejería comunitaria y capacitaban en el uso de las sales mencionadas, distribuidas a nivel nacional por Pepsico. También recibimos apoyo de los medios de comunicación y el Club Rotario. Esto ayudó a salvar miles de vidas.

Recientemente, impulsamos la iniciativa “Te toca”, para colocar en la agenda política y social los temas de la desnutrición, violencia e impunidad que afectan a la infancia.  Hoy, el tema nutricional es una prioridad nacional y el presupuesto en seguridad alimentaria y nutricional se incrementó más del 200 por ciento.

¿Cuáles son los principales errores que se pueden cometer al hacer comunicación?

Hay cuatro, muy frecuentes: Uno, pensar que el cliente siempre tiene la razón.  Dos: subestimar la inteligencia de las audiencias. La gente piensa, siente y tiene claro cuando alguien la quiere engañar. Tres, ver a la comunicación como accesoria, utilitaria y no estratégica. Pensar que un comunicado de prensa levantará la imagen de un jefe o una institución es ridículo y  demuestra miopía sobre el poder estratégico de la comunicación para generar cambios positivos individuales y sociales. Cuatro: creer que la comunicación pueda resolver por sí sola  los problemas. Su valor es empujar ciertos temas, pero nunca sustituirá los servicios, políticas, leyes o productos que deben sustentar las iniciativas de cambio social.

¿Qué papel  juegan los líderes de opinión para construir mejores sociedades a través de la comunicación?

Cuando el discurso o el mensaje son honestos, es fundamental, porque los líderes pueden marcar el camino del progreso. He trabajado con decenas de líderes políticos, intelectuales, empresarios y artistas. Cuando alguien, con convicción y honestidad, invita a defender una causa creíble y coherente,  puede contagiar a toda la sociedad. No es la fama, dinero o poder político lo que hace grande a las personalidades, sino su capacidad de conectarse con la gente.

¿Seguirá trabajando en comunicación?

Sí. Desde Octopus Consulting, dirigiendo un equipo de expertos nacionales e internacionales para planificar, ejecutar y evaluar programas y proyectos de comunicación y desarrollo.

¿En Guatemala?

Sí. Vine para quedarme, pero como hoy el mundo es una aldea global e interconectada, podemos impulsar buenas ideas en todo el planeta… Solo cambia el tamaño del tablero del ajedrez…

Perfil

Parisa Nabili nació en Irán y es guatemalteca nacionalizada.

Estudió Pedagogía,  Diseño Gráfico y Periodismo. Posee una Maestría en Comunicación y un Posgrado en Comunicación para el Cambio de Comportamiento por  la Universidad de Ohio, Estados Unidos.

Tiene una  larga trayectoria profesional en los ámbitos público y privado, a escala  nacional e internacional, habiéndose desempeñado por varios años como Especialista de Comunicación en Unicef.

Ahora  es gerente general de Octopus Consulting y dirige un equipo de expertos internacionales en planificar, ejecutar y evaluar programas y proyectos de comunicación y desarrollo.

RECONOCIMIENTOS -Trayectoria-

Parisa Nabili ha desarrollado trabajos de abogacía, campañas sociales y el Premio Unicef a la Comunicación, por más de 25 años, con participación de presidentes de Centroamérica, de Guatemala,  autoridades del Congreso, empresarios y personalidades internacionales diversas, como Roger Moore, Nana Mouskouri, Ignacio Ramonet, Fernando Savater, Carlos Fuentes y Mstislav Rostropovich, entre muchos otros.

Galardones

En su larga y fructífera carrera profesional, Parisa Nabili ha recibido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales por su trabajo comunicacional. Entre ellos:

• Premio T’zij, campaña “Es tiempo de crecer juntos”, Cámara de Locutores, Guatemala, 1995.

• Primer Premio en radio. Campaña por la Convivencia,  Caracol de Plata,  México, 2003.

• Premio Dios Kin por la campaña Becatón, Asociación de Publicistas,  Guatemala, 2005.

• Primer Premio en campaña TV Becatón, Caracol de Plata, México, 2006.

• Primer Premio en campaña Te toca, Gold Effie Award, Guatemala, 2011.

“Me duele la desprotección de la niñez; ver niños y niñas sin oportunidad de ir a la escuela”. Parisa Nabili.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.