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PMA: “Estamos en una situación de emergencia en el corredor seco”

Guatemala destaca en Centroamérica por sus niveles de desnutrición crónica, un problema que tiene relación directa con los niveles de pobreza y la falta de adaptabilidad al cambio climático señala Miguel Barreto, director regional del Programa Mundial de Alimentos.

Miguel Barreto, director  regional del Programa Mundial de Alimentos. (Foto Prensa Libre: PMA)

Miguel Barreto, director regional del Programa Mundial de Alimentos. (Foto Prensa Libre: PMA)

En entrevista con Prensa Libre, Barreto afirma que la zona más crítica en cuanto a seguridad alimentaria es el corredor seco, pero la desnutrición crónica no es exclusiva en el área.

¿Cuál es su evaluación de la seguridad alimentaria de Guatemala?

Estamos preocupados por la situación del corredor seco. Nos preocupan mucho los índices de desnutrición crónica de casi 48 puntos en el caso de Guatemala.

El corredor seco es una zona extremadamente vulnerable por el tipo de población que es agricultora y de subsistencia y es un fenómeno que está afectando, no solo a Guatemala sino también a Honduras, El Salvador y Nicaragua.

¿Qué tan afectado está el corredor seco?

Estamos en una situación de emergencia en el corredor seco, por la sequía porque afecta particularmente la producción de alimentos y a quienes subsisten con eso y que está emparejado con la falta de empleo temporal por la disminución de los cultivos del café.

¿Cuántas personas están en riesgo en esa zona?

El año pasado habían casi 2.2 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria severa o moderada, pero estamos haciendo una evaluación que estará lista a fines de noviembre para saber cómo está la situación en este momento.

¿El cambio climático es el principal factor de afectación a la seguridad alimentaria?

Ya no le llamaría cambio climático, lo que está ocurriendo ya es un patrón constante que implica que tiene que haber otro tipo de aproximación para trabajar particularmente con los agricultores de subsistencia en esa zona con un enfoque dirigido a resiliencia. Volverlos resilientes en términos de acceso al mercado para que puedan subsistir.

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¿Qué es lo más urgente para atender esta emergencia?

Los más importante es evitar que la situación se siga deteriorando, hay una necesidad de asistencia alimentaria, particularmente a las familias más vulnerables porque tiene una vinculación directa con el aumento de las tasas de desnutrición.

Hay que intensificar los mecanismos de detección y tratamiento de la desnutrición aguda. Es importante la educación nutricional para hacer cambios de hábitos de lo que se consume y hay que buscar mecanismos de inversión para diversificar sus medios de vida.

¿Y las causas estructurales de la inseguridad alimentaria?

Un elemento paralelo que siempre es importante es el acceso al agua potable, la promoción del acceso a los servicios de salud integrales y particularmente enfocado en la ventada de los primeros mil días de vida, que es la zona más crítica para el crecimiento y el desarrollo del niño.

¿La pobreza es una causa directa de la desnutrición?

Existe una incidencia directa entre los niveles de pobreza y la inseguridad alimentaria. El principal problema de inseguridad alimentaria, no solo en Guatemala sino en la región, es el acceso a alimentos. Que la mayoría de las personas no tengan ingresos para adquirirlos tiene un impacto directo en la propia seguridad alimentaria de las personas.

¿Reducir la pobreza reducirá también la desnutrición crónica?

No solamente sacar a las personas de la pobreza es una solución a la inseguridad alimentaria, porque muchas veces en los lugares donde se sale de la pobreza extrema no necesariamente utilizan el ingreso adicional adquirido para mejorar su seguridad alimentaria.

El enfoque tiene que ser integral, que vaya más allá del acceso a alimentos, que sean alimentos nutricionalmente accesibles, aparejado al acceso a la salud, mejorar el tema del consumo de la leche materna, vacunación y acceso al agua potable.

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¿Qué tan importante es el involucramiento de las autoridades locales?

Es fundamental desde dos aspectos. En la coordinación, es fundamental porque son clave en los sistemas de protección; además, las autoridades locales son las que pueden prevenir cuando la situación se deteriore.

No hay manera de fortalecer mecanismos de protección social a nivel local, si las autoridades locales no están involucradas.

¿Cómo se analiza a Guatemala en comparación con el resto de Centroamérica?

El tema crítico para Guatemala es el nivel de desnutrición crónica, que requiere un plan de largo plazo que pase más allá de un gobierno específico, para poder brindar alimentos, pero también tener una perspectiva integral.

En América Central, sin duda Guatemala es el país con más nivel de desnutrición crónica y es uno de los principales problemas que tiene y debería ser una de las prioridades del gobierno entrante.

Lo paradójico en Guatemala es que los niveles de desnutrición crónica van mucho más allá del corredor seco y eso se debe a un tema de patrones de consumo. Hay que buscar cambiar los patrones de consumo a través de conocimiento, para que puedan consumir alimentos con proteína animal que está carente en la dieta de los centroamericanos y guatemaltecos en particular.

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¿Por qué es necesario reducir los índices de desnutrición crónica?

Para entender el impacto de la desnutrición crónica en un niño, implica que este niño probablemente no pueda ser recuperado, ni siquiera a través de programas de alimentación escolar y lo que genera a largo plazo es no tener población que se pueda integrar al mercado de manera competitiva y eso tiene un impacto en el desarrollo global de la economía y en el desarrollo del país, así como en la seguridad pública.

¿Quiénes son los responsables de atender este problema?

Esto es un circulo vicioso, por eso se requiere y se busca y podemos apoyar al Estado, no solo de Guatemala sino de otros países para promover un plan de largo plazo que sea aceptado y consensuado por todos los sectores de la sociedad.

El tema de la inseguridad alimentaria y particularmente de la desnutrición crónica no pasa exclusivamente por el gobierno, es un tema que toca a todos, a la familia, al sector privado.

La clave y el éxito en otros países ha sido tener planes de largo plazo, que sean sostenibles y que no cambien en el tiempo.

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