La respuesta, coinciden conocedores del tema es sencilla: planificación. Varios de estos proyectos se anuncian e incluso las autoridades llegan a “poner la primera piedra” cuando ni siquiera han solventado los derechos de vía o conseguido las aprobaciones de otras instituciones gubernamentales.
En el caso del viaducto de San Lucas, el CIV puso por primera vez sobre la mesa dicho proyecto en noviembre del 2017 cuando se instruyó a la Dirección General de Caminos (DGC) a que cotizara la elaboración de los estudios técnicos y de ingeniería para la construcción de la obra.
Dicho estudio se adjudicó seis meses después a la empresa Hidraes Ingenieros, S. A. por un monto de Q872 mil 842, y un año después, en julio del 2019, se publicaron las bases de licitación para la construcción del viaducto, el cual fue adjudicado el 12 de noviembre a Grupo Muratori, S. A. por Q19.1 millones.
Originalmente el contrato especificaba que el proyecto sería terminado en ocho meses, pero se retrasó, principalmente porque el proceso aún no contaba con el aval del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) puesto que una pequeña parte tocaba al cerro Alux.
De esa forma el proyecto se fue aplazando hasta finales de abril pasado cuando, por fin, se comenzó la construcción; no obstante, en los planes del CIV no estaba que justo en esa fecha la Municipalidad de Mixco comenzaría a remozar una de las principales rutas alternas y la cerró.
Por esa razón el exministro Josué Lemus anunció la paralización del proyecto, ya que al cerrarse la ruta Interamericana y sin suficientes vías alternas el paso era caótico.
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Supuestamente el proyecto se retomaría hasta que se definieran las rutas alternas, pero el pasado 21 de julio, el actual titular del CIV, Javier Maldonado, anunció la cancelación definitiva del proyecto al aducir que “el diseño no sirve” y no solucionaría el problema de embotellamientos que se forman en esa ruta.
Urgen soluciones
Sectores económicos urgen a las autoridades de Gobierno a hallar una solución para terminar con los atascos viales en San Lucas Sacatepéquez que se agudizan los fines de semana cuando los capitalinos suelen visitar ese municipio, Antigua Guatemala y otros destinos del occidente guatemalteco.
Lamentan que el problema de tráfico que ocurría en la cabecera de Chimaltenango antes de que existiera el libramiento se ha trasladado a San Lucas sin que se vislumbre una solución integral, al menos en el corto plazo.
Gamaliel Chin, presidente de la Gremial de rutas cortas extraurbanas, dijo que esperan no solo la postergación del proyecto, sino materializar soluciones “al breve plazo” con estudios que tengan mayor certeza de las acciones que se pueden adoptar para reducir los atascos viales.
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Afirmó que el 50% de los autobuses de la Gremial circulan por esa ruta ya que cubren Sacatepéquez y Chimaltenango, departamentos que tienen una estrecha relación con la capital.
Chin lamentó la “disociación” que existe entre el CIV y algunos municipios, como Mixco, que impidió que se planificaran mejor las rutas alternas que pueden utilizarse al momento de construir un proyecto como un viaducto, cuya construcción obligadamente paraliza el tránsito vehicular.
Golpe al turismo
Aunque todos los sectores lamentan el enorme problema que representan los atascos en San Lucas, el turístico es uno de los que más lo resiente, sobre todo ahora que trata de reponerse de uno de sus peores años, como lo fue el 2020 que marcó el inicio de la pandemia en Guatemala.
Muchos capitalinos o ciudadanos de los municipios aledaños optan por quedarse en la capital en vez de visitar algún sitio al occidente del país, puesto que la duración de un viaje podría aumentar dos y hasta tres horas solo de ida.
“Para nosotros, los días festivos y fines de semana son muy complicados”, dijo Rolando Schweikert, presidente de la Cámara de Turismo de Guatemala (Camtur).
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En varias ocasiones, explicó, han tenido que reprogramar itinerarios. Y para evitar que los turistas pasen horas en medio del tráfico de San Lucas optan por que se queden a dormir en la capital y esperar a que pase las horas de atascos para viajar a Antigua Guatemala, por ejemplo.
Respecto del viaducto de San Lucas dijo que al principio lo veían bien hasta que comenzaron los trabajos y por la falta de coordinación y planificación de las autoridades los embotellamientos eran de hasta cuatro horas.
“A nosotros nos interesa que eso camine porque las colas llegan hasta San Cristóbal. Deben hacer un estudio muy exacto con libramientos porque si no, caeremos en lo mismo”, añadió Schweikert.
Daniel Yancor, presidente de la Gremial de hoteles y restaurantes de Quetzaltenango, expuso que el impacto para el turismo “es fuerte” porque una ruta que debería ser transitada en tres horas se hace en cinco o hasta seis.
“Esa mala planificación en los proyectos es una barrera que, lo único que hace, es entorpecer el trabajo que estamos haciendo las empresas de turismo para sobrellevar esta crisis —por la pandemia—”, señaló Yancor. Este año, dijo, han experimentado una reducción de la ocupación hotelera de entre 60 y 70% en comparación con 2019.
Tristes ejemplos
Como el viaducto de San Lucas, se pueden citar otros proyectos que han quedado paralizados o nunca se han concretado por mala planificación.
- El puente que se construyó en Salcajá, Quetzaltenango, en el ingreso al periférico, tuvo que esperar nueve años porque se su construcción empezó sin finiquitar los derechos de vía. Se comenzó en el 2007 y se finalizó en 2016.
- El libramiento de Chimaltenango se anunció en 2012, un año después empezó su construcción y no fue sino hasta el 2019 que finalizó. Durante mucho tiempo estuvo paralizado por conflictos por derechos de vía, hasta que el Congreso aprobó una ley que le permitía al Gobierno expropiar los terrenos. Con La apertura del tramo, que eliminó el tráfico vehicular que se formaba en Chimaltenango, no se acabaron los problemas, puesto que en época de lluvia son recurrente los derrumbes e inundaciones que ponen en peligro la integridad de los automovilistas. Expertos atribuyen estos problemas a la mala planificación y diseño de la obra.
- El libramiento de Barberena, Santa Rosa, tardó 15 años en ser construido ya que se había adjudicado en 2002, pero el proyecto se anuló. En principio, también enfrentó problemas por derechos de vía, luego se levantó de nuevo la licitación en el 2004 y los siguientes dos gobiernos la modificaron.
- El paso a desnivel de Cuatro Caminos sobre el kilómetro 181 de la ruta Interamericana, también se encuentra paralizado por derechos de vía. Dicho viaducto que se comenzó en febrero del 2020 a un costo de Q70 millones, pero un año y cinco meses más tarde está paralizado.
- Durante el gobierno de Otto Pérez Molina, las autoridades inauguraron los trabajos de lo que sería un paso a desnivel en el kilómetro 15 de la calzada Roosevelt, colonia Molino de las Flores, que ayudaría a reducir el tráfico en el sector, no obstante, un año después los trabajos se suspendieron. Solo se talaron varios árboles que estaban en el arriate central y se levantaron algunas bases del puente.