De acuerdo con los residentes del sector, en muchos casos deben compartir reducidos módulos entre cinco y 15 integrantes de una familia, lo que repercute en su desarrollo social, principalmente en los niños.
Delfina Chitay Cos, de 51 años, vecina de la comunidad y beneficiada con el proyecto, señaló que durante años compartió habitación con los 15 integrantes de su familia, debido a la falta de una vivienda digna.
Agregó que las condiciones de pobreza en las que viven muchas familias de ese sector los obliga a construir galeras en los barrancos.
Rosa Sequén, otra vecina, indicó que “las cosas se tornan difíciles en la aldea”, pero que a pesar de eso viven felices.
Desde el 2008, Techo ha construido unas cinco mil viviendas en todo país. En los que va del año ya suman 98 edificaciones.
Añadió que durante muchos años ha vivido en una casa de lámina, lo que afecta en el desarrollo de sus dos hijos, debido a que en el día hace mucho calor y por las noche demasiado frío.
Fernando Aguilar, director regional de Techo, explicó que trabajan en esa comunidad de desde hace dos años, y que lo que se pretende es organizar a los vecinos y que con sus esfuerzo alcancen el desarrollo y que uno de los primeros pasos que se ha dado es impulsar el proyecto de vivienda. Agregó que en la comunidad trabajan desde hace dos años.
Aguilar expuso que para construir las viviendas, de seis metros por tres, grupos de voluntarios trabajan durante dos días. Las viviendas son de madera, pero están edificadas con un diseño antisísmico y que permite que sean desmontadas en cualquier momento. Una casa de ese tipo tiene una vida útil de entre 15 y 20 años.
Desde el 2008, Techo ha construido unas cinco mil viviendas en todo país. En los que va del año ya suman 98 edificaciones.
Marielos Martínez, directora regional de Techo en Quetzaltenango, indicó que desde hace un mes comenzaron las gestiones en la comunidad y que buscan despertar el sentimiento de voluntariado y promover el desarrollo local.
Agregó que hay muchas necesidades en educación y salud, por lo que considera importante la organización comunitaria.
Sin agua
Debido a la topografía donde se encuentra asentada la aldea, se padece por la falta de agua entubada y los vecinos tienen que recorrer largas distancias para abastecerse.
Salomón Xujur, vecino, comentó que el agua entubada llega a las casas una vez por mes, lo que les afecta porque muchas personas se abastecen de fuentes contaminadas.
Explicó que sumado a eso, los habitantes de la aldea, ubicada a más de 50 kilómetros de la capital, no tienen muchas opciones de trabajo; en su caso, por ejemplo, se dedica a la albañilería, pero como nadie construye por falta de dinero, sus ingresos se ven afectados.
La construcción de las 10 casas contó con el apoyo de la cadenas de restaurantes McDonals, pues parte de los fondos provienen de lo recaudado en octubre último durante el MacDía Feliz, señaló Noelia Soria, del Área de Responsabilidad Social Corporativa de la compañía.
Agregó que en Saucité participaron cien colaboradores de la empresa, y que para este años tienen previsto aportar fondos para la construcción de 20 casas en diferentes sectores de Guatemala.
“En Guatemala se han construido por medio de nuestro apoyo más de mil casas, y creemos que ese apoyo suma para la mitigación de todos los problemas que hay en el país”, comentó Soria.