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Análisis: destituciones reflejan improvisación

Llegar a la presidencia sin un equipo de trabajo sólido ha hecho que Bernardo Arévalo destituya a dos de sus ministros en menos de cinco meses.

El binomio presidencial el pasado 15 de enero junto a su gabinete de gobierno. Fotografía: Prensa Libre.

El binomio presidencial el pasado 15 de enero junto a su gabinete de gobierno. Fotografía: Prensa Libre.

El gabinete que escogió el presidente Bernardo Arévalo no ha cumplido los seis meses de gestión y dos de sus ministros – Ambiente y Comunicaciones- fueron destituidos de sus cargos. La justificación del mandatario es que han existido “errores en su actuar” y en ambos casos ha intervenido la Comisión Contra la Corrupción dirigida por Santiago Palomo.

Analistas consideran que dichas acciones radican en que Arévalo no eligió a personas de plena confianza y sumado a ello, la improvisación que tuvo al nominar a cada uno de sus cuadros que le acompañarían.

La destitución más reciente fue la Jazmín de la Vega, quien hasta hace unos días era la ministra de Comunicaciones después de estar en el cargo por 124 días. La funcionaria fue la más mediática y la que hizo más denuncias públicas por aparentes actos de corrupción realizados en la administración anterior.

Pero la versión que maneja la presidencia es que De la Vega hizo pagos a empresas de manera discrecional, este señalamiento generó un pulso entre la exfuncionaria y el presidente, y puso sobre la mesa los desaciertos de Arévalo en la elección de su gabinete, insisten las fuentes consultadas.

Antes de De la Vega, Arévalo destituyó a María José Iturbide, quien era la ministra de Ambiente y Recursos Naturales. La separación de cargo se debió a que la entonces funcionaria utilizaba vehículos y personal de seguridad del Estado para su hija.

Ahora la destitución de Jazmín de la Vega se dio por no seguir las directrices y lineamientos del gobierno, que basó buena parte de su campaña remarcando cero tolerancias a la corrupción.

Confianza

El presidente y sus ministros deben ser un buen equipo de trabajo, en donde la confianza es clave, refirió Sergio de la Torre, exministro de Economía durante el gobierno del desaparecido Partido Patriota.

“Es indispensable una cercanía y confianza con el equipo de gobierno, sobre todo hay que compartir principios, valores y visión de desarrollo del país. En cada una de las carteras tiene que ser gente de mucha confianza del presidente”, indicó.

El exfuncionario recordó que él presentó su renuncia de manera pública después que las investigaciones del Ministerio Público (MP) expusieran los casos de corrupción del expresidente, Otto Pérez Molina.

La riña entre De la Vega y Arévalo refleja que no existía una plena confianza entre ambos, ya que pese a ser nombrada por el presidente, este optó por destituirla por no seguir directrices que son la base de su administración.

“Tiene que ponerle mucha atención a que gente va a nombrar en los puestos, que sea gente que piense como él. Porque aquí está pagando las consecuencias de haber puesto en un ministerio tan importante a alguien que no piensa como él”, dijo Roberto Alejos, expresidente del Congreso.

Los cambios dentro de un gabinete son usuales, refirió Alejos. El excongresista destacó como el actual presidente no quiere nexos con la vieja política dando incluso seguridad en buscar un equipo más confiable.

“Es delicado porque son las cabezas de los ministerios y luego hay que dejar que estos elijan a su gente, pero la cabeza tiene que ser alguien que el presidente conozca (…) si decide quitar otro ministro va a reflejar que no puede confiar en gente que no sea de su equipo”, remarcó Alejos.

Improvisación

El equipo de Arévalo tuvo más de cuatro meses para realizar una transición, tiempo que no fue bien utilizado para buscar los mejores cuadros, según la lectura de Alejandro Quinteros, analista independiente.

Pero también puede existir otro fenómeno, indicó Quinteros, y este podría ser remover a personal que no es del agrado de algunos sectores que han respaldado al presidente Arévalo.

“También se puede aprovechar cualquier situación como la de la ministra para hacer las destituciones que se pudieron pactar con posibles grupos, para ser reemplazadas con personas de confianza, aunque no tengan las credenciales técnicas”, explicó el analista.

Aunque son dos los ministros destituidos por Arévalo, esto genera un clima de desestabilización, lo que puede afectar a nivel político y hasta económico a la administración de Arévalo, detalló Quinteros. 

“Esto afecta de forma directa la gobernabilidad y la gobernanza porque genera incertidumbre, esto llega incluso hacia otros organismos de Estado como el Legislativo que tiene que ver con la aprobación de leyes y fondos. Hacía lo externo afecta ante posibles proveedores aliados de los ministerios y secretarias y demás instituciones ligadas al Ejecutivo”.

Oportunidad

Los recientes cambios en mandos altos y medios de los ministerios de Estado no son del todo una equivocación. Por el contrario, pueden ser una oportunidad para mejorar la gestión de gobierno, según Virginia Pinto, analista de la Asociación en Investigación y Estudios Sociales (Asies).

La analista remarca que es la oportunidad perfecta para que Arévalo refuerce su equipo con personas de su total confianza. Algo que será clave para su administración.

“Lo que un presidente necesita dentro de su gabinete son personas de su confianza, que pudiera delegar las acciones del gobierno (…) pero creo que al mismo tiempo esto le abre una oportunidad al Ejecutivo de poner a alguien más cercano al proyecto y fue lo que vimos”.

Quizá no llegar al 14 de enero con los cuadros de mayor confianza para Arévalo obedezca al sorpresivo resultado de las elecciones. Ya que esto pudo jugar en contra al momento de preparar un equipo sólido y confiable.  

“No necesariamente es una mala selección de ministros, recordemos que era un proyecto político que no se esperaba a llegar a ocupar la presidencia y esto urge a la conformación de un equipo de trabajo”, indicó Pinto.

La forma en que impactará en la administración de Arévalo no tener a personas de plena confianza en puestos clave se revelará con el paso del tiempo. Pero la actual destitución de la exministra de Comunicaciones puede llegar a tener incluso implicaciones legales.

Previo a su destitución, según datos del MP, de la Vega fue denunciada el 26 de abril, cuando aún tenía inmunidad, pero fue citada como sindicada al momento de ser destituida por Arévalo.

El departamento de Comunicación Social del MP informó que la exfuncionaria fue denunciada de manera anónima. Los hechos dan cuenta de una supuesta serie de pagos a empresas de manera discrecional.  

ESCRITO POR:

Douglas Cuevas

Periodista de Prensa Libre especializado en temas políticos y del sector justicia, con 15 años de expreiencia en periodismo escrito, televisivo y radial.