Hasta el pasado viernes estaban inscritos 29 partidos políticos, 13 de ellos según los magistrados del TSE ya realizaron asambleas para proclamación de candidatos. En municipios y departamentos comenzaron desde finales del año pasado a la nominación de alcaldes y diputaciones, en las que este año figuran clanes familiares que se postulan con diferentes partidos políticos.
Al momento se han identificado 18 grupos con nexos familiares que participarán en Quetzaltenango, Huehuetenango, Santa Rosa, Quiché, Jutiapa, Petén, Escuintla, Totonicapán, Guatemala y Retalhuleu con los partidos Victoria, Vamos, Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Valor, Bienestar Nacional (BIEN), Cambio y Podemos.
El monitoreo, realizado por Prensa Libre, también evidenció que la estrategia que utilizarán algunos de estos grupos familiares es que participarán con diferente organización política, pero encabezan listados.
Casos particulares
Julio César López Villatoro se postula como diputado al Congreso de la República. López fue congresista del desaparecido Frente Republicano Guatemalteco (FRG) y de la UNE. Fue integrante de Junta Directiva y desde esta posición según el Ministerio Público (MP) realizó contrataciones irregulares de 12 personas y fue ligado a proceso penal por abuso de autoridad y peculado por sustracción.
El excongresista busca regresar a ocupar una silla en el hemiciclo, pero no solo él, también lo hace junto con su hijo, Julio César López Escobar, quien ganó en 2019 un espacio por el distrito de Huehuetenango. Este año ambos se postulan por el partido Cabal.
Otro de los casos particulares, es el del exdiputado Carlos López, compañero de bancada de López Villatoro en el FRG y la UNE. El exlegislador también enfrentó proceso por el caso de Plazas Fantasma en el Legislativo. López quiere regresar en representación de Quiché, aunque ahora lo hace con el partido Valor, mientras que su hijo, Carlos López, lo hará con Cabal.
Rubelio Recinos busca este año dirigir por sexto período la alcaldía de Barberena, Santa Rosa, solo que en esta ocasión con la agrupación política Valor. Recinos ha ganado desde el dos mil con el Comité Cívico Mata de Café, Gran Alianza Nacional, Partido Patriota (PP) y Partido Unionista.
Para este año, Recinos no quiere estar solo en el poder y por ello su esposa Aracely de Recinos quien fue diputada del desaparecido PP, quiere regresar como representante del Congreso, pero no solo ella, sino junto con su hija María José, quienes encabezan el listado de diputaciones por Santa Rosa.
En tanto que la familia Hernández, de Huehuetenango, tiene la posibilidad de mantenerse en el poder con el partido Vamos. Sofia Hernández y Eric Hernández Martínez, ocupan las primeras casillas de diputados distritales, mientras que Karla Martínez dará un salto para ocupar un puesto en el Parlamento Centroamericano (Parlacen).
El presidenciable de Podemos, Roberto Arzú, promueve como candidato a la alcaldía de la ciudad de Guatemala a su hijo Sebastián Arzú.
Otro caso es el de Sandra Torres de la UNE, quien colocó en la segunda casilla a su hija, Teresita De León Torres. Además, otro hijo de Torres, Édgar Antonio de León Torres, buscará una diputación en el Parlacen en la casilla dos de ese listado. Otra hija, Sandra Raquel de León Torres será inscrita como candidata a diputada suplente del Parlacen en la casilla cinco. En tanto, Luis Rolando Torres Casanova, hermano de la presidenciable de la UNE también aspira a ganar una diputación en el Parlacen, y ocupará la cuarta casilla en dicho listado
Práctica recurrente
Esta práctica ha sido documentada desde el proceso electoral de 2015 durante el cual quedó en evidencia, según datos del Registro de Ciudadanos, del TSE, que en los citados comicios se postularon 19 redes familiares, pero los resultados de los comicios fueron adversos para 11 de esos grupos.
Según los datos, las organizaciones políticas que lograron colocar familiares en cargos de elección popular fueron Libertad Democrática Renovada (Líder), Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), la coalición Compromiso Renovación y Orden (Creo-Unionista) y la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
En en proceso electoral de 2019, Prensa Libre documentó que las 27 organizaciones políticas registradas en el TSE para ese proceso giraban en torno a un dueño o caudillo, quien toma las decisiones dentro del partido, con frecuencia determina quiénes serán los candidatos tanto municipales, departamentales e incluso presidenciales.
El negocio
Francisco Quezada del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) calificó como una tendencia mala, la participación en donde familias enteras forman parte del Estado. Indicó que es una mala práctica porque se aprovechan de su posición para colocar no solo en cargos de elección popular sino en puestos administrativos, en donde resulta un gran negocio familiar debido a los altos salarios que perciben.
“Daña y mina las finanzas del Estado, porque en muchas ocasiones no están por mérito propio o porque el Estado les requiere algún perfil, están ahí por el parentesco que tienen” expresó el analista. Agregó en su intervención que estas familias que participan se garantizan el futuro pues ocupan posiciones de alto nivel lo cual se convierte en un modo de vivencia perverso.
El presidente de la organización “Primero Guatemala” Pedro Cruz, resumió que la política no se tiene que ver como un negocio, contrario debe de ser un servicio en beneficio de la ciudadanía. “Es un gran error porque muchos quieren salir de pobres por medio de la política, incluso muchos sin un grado académico”, puntualizó.
En total fueron identificados 40 parientes, entre hermanos, padres y primos los cuales, según Quezada, de continuar con esa práctica que además resulta una carga enorme para el Estado, puede terminar en una dictadura, pues por años se perpetúan en el poder solo que con diferente bandera política.
“Los partidos políticos al final tiene y son manejados por estas estructuras y clanes”, declaró el analista de Acción Ciudadana, Manfredo Marroquín. Dijo que son estos quienes mandan en las agrupaciones políticas y no al revés como debería de suceder, ya que las organizaciones se vuelven vehículos para perpetuarse en los cargos.
Manifestó que el principal problema es la acumulación de poder que logran concentrar y que obviamente se colocan en posiciones para ser favorecidos. Que existan este tipo de clanes familiares en los distritos anula la competencia en relación de quienes buscan participar por primera vez, pues estos tienen los suficientes recursos para anular a la competencia y los nuevos liderazgos se quedan rezagados.
Roberto Alejos, exdiputado constituyente y del Congreso de la República, refirió que en otros países como en Estados Unidos la herencia política se hereda y es bien vista por la población. En el caso de Guatemala, son heredados por cuello y sin ningún grado de meritocracia. “Aquí son empresarios metidos en la política, se vuelven políticos por el negocio y esto es un ejemplo de que el sistema no funciona”, concluyó.
Ley no lo prohíbe
El artículo 212 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos en Guatemala señala que los partidos políticos podrán postular o inscribir candidatos a todos los cargos de elección popular, pero no existe una limitación para aspirantes con relación familiar.
El mismo artículo establece que los comités cívicos electorales sólo podrán hacerlo para los cargos de alcalde y Corporaciones Municipales.
La ley agrega que: “Un mismo ciudadano solamente podrá ser postulado e inscrito para un cargo de elección popular y en una sola circunscripción”.
Además, en el artículo 214 se exige el original de la Constancia transitoria de inexistencia de reclamación decargo emitida por la Contraloría General de Cuentas.
