Después de las elecciones generales, hay una influencia de percepción negativa y falta de certeza, expuso el investigador, quien brindó la siguiente entrevista sobre la coyuntura:
Desde el punto de vista económico, ¿cuál es su lectura de lo que ha ocurrido en los últimos días?
Hay que reconocer que todo tipo de inestabilidad política, conflicto entre instituciones y malestar social influye de manera negativa en las percepciones de certeza jurídica y en los negocios. Esta es una situación que no se había presentado en los últimos 40 años, algo que nadie tenía en mente y estamos entrando a un terreno que no conocíamos. En la medida en que nos adentramos hacia esas aguas, vemos que nunca sabemos cuándo va a terminar.
Eso se viene a sumar a una incertidumbre de geopolítica mundial, en una convulsionada región centroamericana y a una campaña proselitista, en la cual no me sorprendería que desde la perspectiva de los inversionistas haya mucha prudencia, por el temor de lo que pueda pasar y en ese sentido hay que reconocer que el mercado de los capitales financieros es muy temeroso.
En el corto plazo, ¿cuál es el panorama?
Quiero aprovechar que estoy en El Salvador en una conferencia sobre temas económicos, que se había planificado desde hace tres meses, y de lo que menos se habló fue de la perspectiva económica de Guatemala, porque todas las preguntas y comentarios de los participantes eran relacionados a ¿qué está pasando en el país?
Y en la medida en que todas las personas están hiperconectadas y con acceso a los canales de comunicación, hay mucha incertidumbre, temor e incomprensión, y eso que hablamos de un país con el que se tienen grandes raíces compartidas. El grupo de personas de El Salvador que tienen negocios con Guatemala, están muy preocupados por lo que está sucediendo.
Por supuesto, muchas de las personas que hacen negocios con Guatemala se preguntan si se van a tomar las carreteras, si habrá paros, manifestaciones o qué. Porque están pensando en sus negocios en el corto plazo. Entonces, si esto pasa del lado de la frontera en El Salvador, hacia dentro del país hay también mucho temor y eso se puede trasladar a la población.
Hay cadenas en WhatsApp o redes sociales que recomiendan hacer una despensa adicional porque esto se puede poner complicado; el problema es que se entra a los mundos de los miedos y se ha demostrado en la historia reciente que estos terminan convirtiéndose en realidad, por las propias acciones individuales de protegerse ante circunstancias inciertas.
A su juicio, ¿cuál es el temor?
Que el corto plazo esto pueda salirse de control y que haya escasez de productos en el sentido de que la población cree que vamos hacia paros generalizados y bloqueos en carreteros. Esto, porque Guatemala surte muchos de los productos de consumo básico a El Salvador.
¿Cómo cree que nos ven las agencias de calificación y cuál puede ser su reacción?
Estas agencias ya cuentan con sus metodologías establecidas, sus periodos de revisión y conocen los tipos de países en los cuales están trabajando. Entonces, considero que para que exista un pronunciamiento de ellos para determinado sentido, tiene pasar más tiempo y esperar el desenlace de esta situación que se está viviendo. Pero hay que mencionar que estas agencias evaluadoras de riesgo, en las notas al pie, siempre han puesto su ojo sobre el estado de Derecho en Guatemala, el sistema de justicia, la inestabilidad política y el periodo electoral. Aunque ellos, cuando hicieron las evaluaciones, no habían creído en un escenario como este, mostraron en sus notas técnicas una situación de lo que está sucediendo.
Ellos ven que se está materializando uno de los escenarios más complicados que previeron y eso, eventualmente podría conducir a alguna revisión estipulada en sus metodologías. Desconozco al detalle si reaccionarían a lo que está pasando, pero mi percepción es que no lo realizarían de manera inmediata, pero tendrían que decir algo.
¿Cuál es el llamado para los agentes económicos?
El llamado para los guatemaltecos es que debemos confiar en las instituciones y que van a funcionar; que prevalezca la ley, la autonomía de las instituciones y que se evite evitar en pánico, porque el problema de entrar en pánico, pues tal vez no hay razón fundamental para tomar acciones que al final terminan perjudicando a todos.
Así como se escaseó el papel higiénico al inicio del covid-19, que fue una compra de pánico, en una situación como esta es muy fácil que prenda fuego un rumor, una noticia falsa; y si uno mira en una gasolinera cinco vehículos y luego otros cinco, puede caer en temor. Debemos actuar es con mucha cautela y no incurrir en pánicos y comportamientos irracionales.
La población debe tener calma, confianza en las instituciones, en el sistema jurídico y si esto no tuviera una resolución pacífica en un marco jurídico en donde todas las partes queden satisfechas, bueno, ahí habría que ver cómo reacciona la población. Pero en todo caso, en este momento se debe guardar la calma.
