No ha trabajado directamente para el Estado, pero sí con proyectos que se hacen desde las oenegés para el sistema de salud pública. Peinado Villanueva nació en la Ciudad de Guatemala.
Durante la campaña electoral se le vio acompañar a su esposo, quien también siempre la mantuvo visible en las presentaciones públicas que hacía en la República. En cada mitin se le presentaba ante los grupos de personas que llegaban a escucharles.
La organización política Semilla, incluso, planeó en varias ocasiones actividades presenciales y virtuales en las que Peinado Villanueva hablaba particularmente a mujeres y destacaba la labor femenina y por qué se debía votar por el movimiento que encabeza Arévalo.
EN ESTE MOMENTO
En su cuenta de la red social LinkedIn Peinado Villanueva se presenta como una consultora. “Tengo éxito comprobado en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de proyectos. Con amplia experiencia en la entrega de asistencia para el desarrollo”.
“Como Coach Ejecutiva apoyo a gerentes y a sus equipos para mejorar el desempeño. Trabajo con ONGs, sociedad civil y gobiernos. Proveo estructura y herramientas para identificar cuellos de botella, barreras para el desempeño, priorizar iniciativas y detectar estrategias de éxito”, agrega.
Y finaliza con el que es “creadora de un Programa de Coaching para Mujeres Ejecutivas, escritora, facilitadora y conferencista”. En ese espacio, según consta en esa red social, escribió una serie de guías rápidas para mujeres ocupadas”.
Durante una entrevista que ofreció al medio guatemalteco ConCriterio, Peinado Villanueva, aseguró que era una mujer que durante años había “tenido la oportunidad de disfrutar los papeles que me ha tocado tener. Soy madre, hija, esposa y profesional en temas de salud y desarrollo”.
“Me considero una persona que ha apoyado a través de los 30 años de vida profesional, que me he dedicado a trabajar por otras personas con el placer de hacerlo”, explicó.
Peinado Villanueva dice que no ha trabajo con el sector público, pero desde su espacio, siempre lo ha hecho hacia ese sector, en temas de mujeres, niñez, reducción de muerte materna y enfermedades infectocontagiosas.
Familia
Peinado Villa Nueva y Bernardo Arévalo se conocieron en 1999 cuando ambos laboraban en diferentes proyectos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Guatemala.
En aquel año Arévalo dirigía un proyecto con Edelberto Torres Rivas, ambos fundadores del Movimiento Semilla, sobre “las sociedades desgarradas por la guerra”. Fue un amigo en común que los llevó a conocerse e iniciar una relación sentimental.
@lucreciapeinadoficial Tengo más de 30 años de trabajo apoyando a mujeres y sus familias para darles las herramientas necesarias para que avancen individual y colectivamente. Mi compromiso ha sido y será siempre el empoderamiento económico, social, familiar y personal de todas las mujeres, niñas, adolescentes y adultos mayores, entre otros. Mi vida y mi ejercicio profesional dan fe del compromiso que espero continuar en la SOSEP, cuando ustedes, el próximo 20 de agosto, elijan al Binomio de Bernardo Arévalo y Karin Herrera a la presidencia de la República de Guatemala. . . . #arévalopresidente #movimientosemilla #bernardoarévalo #elecciones2023gt #guatemalaflorecerás🇬🇹🌸🍃
Peinado y Arévalo comparten cinco nietos. Cada quien tiene tres hijos de sus primeros matrimonios. No tienen hijos propios de su unión sentimental. Ambos han reconocido en diversos espacios ser una familia de seis hijos.
Peinado Villanueva aseguró en ConCriterio que ser la Primera Dama es la oportunidad de su vida, de llegar a la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (Sosep).
“Para esto me he preparado, para hacer un cambio y un beneficio, por las personas más necesitadas, pero debemos trabajar duro por esos grupos sociales que la Sosep atiende”, recalcó.
Peinado Villanueva nació en el seno de una familia cristiana evangélica. En esa entrevista contó que su papá decía: “Somos tan evangélicos que hasta la vaca que nos daba leche se llamaba Evangelina”.
Sus dos abuelos fueron pastores de iglesias pequeñas a las que llegaban entre 25 y 30 feligreses. Los templos estaba por la colonia El Tesoro, zona 2 de Mixco, Guatemala.
“Mis abuelos visitaban a los enfermos, ayudaban al prójimo desde su espacio”, recordó.