Los cuerpos de los pandilleros asesinados quedaron a 50 metros uno del otro; tras el enfrentamiento llegó al lugar un contingente de agentes policiales y soldados, pero no se logró ninguna captura.
Los fiscales del Ministerio Público localizaron varios cartuchos de escopeta calibre 12; además, a una de las víctimas se le encontró una escopeta de fabricación artesanal.