Guatemala

Familias recurren al trueque para poder alimentarse

Menos ingresos, menor acceso a alimentos y la disminución de la calidad de la dieta son algunas de las consecuencias ante la crisis por el covid-19 en familias del área rural.

La desnutrición aguda se ensaña principalmente con la niñez del Corredor Seco.  (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

La desnutrición aguda se ensaña principalmente con la niñez del Corredor Seco. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

La baja en los ingresos y la falta de alimentos en algunas regiones del país ha hecho resurgir el trueque —intercambio de productos— como una modalidad a la que recurren familias del área rural para sobrevivir ante la crisis por el covid-19.

Maynor Estrada, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés), advirtió de que esta situación pone en peligro la seguridad alimentaria y nutricional.

La FAO monitoreó cinco regiones: el Corredor Seco, la región ixil, San Marcos, Sololá y el Polochic, y detectó que las reservas familiares de maíz y frijol están por agotarse, los precios de los granos básicos han aumentado, no hay disponibilidad de agua para consumo humano y los ingresos familiares han disminuido.

Esta situación ha dejado a las familias sin dinero en efectivo ni alimentos. “Están realizando trueque con productos producidos localmente, como aves, hierbas, maíz, frijol y banano”, refirió Estrada.

Esta modalidad se ha hecho más evidente en el Corredor Seco, uno de los lugares con mayores índices de desnutrición.

Pese a que las personas logran intercambiar algunos alimentos, la dieta ha variado y mientras ha bajado el consumo de proteína animal aumenta el consumo de hierbas.

“Se presenta un desabastecimiento de alimentos básicos, a raíz de las restricciones de transporte y movilización, provocando un incremento en los precios. Los alimentos en los que las familias han reducido su consumo son principalmente carnes, frutas, verduras y huevo. Únicamente tienen reservas de maíz y frijol, que son para consumo diario”, señaló Estrada.

Este cambio conlleva a un incremento en el riesgo de la inseguridad alimentaria y nutricional, que podría incidir en la desnutrición, principalmente de niños menores de 5 años.

La FAO determinó que la disponibilidad de alimentos es escasa, debido a la época en que se presentó la pandemia, cuando la mayoría de familias no dispone de agua para producir alimentos.

Regiones en problemas

Las cinco regiones afrontan situaciones similares, pero con algunas variantes. Por ejemplo, en el Corredor Seco los precios de los granos básicos han aumentado un 17% más respecto de los últimos cinco años. Actualmente, el precio del quintal de maíz es de Q150 y el de frijol está a Q440. Las reservas de estos granos les durarán un mes más.

En cuanto a las familias rurales en la región ixil, el desabastecimiento de los alimentos básicos ocasiona un incremento en los precios de los productos de 15 a 40%, y las familias que dependen de un 90% de las remesas que envían de Estados Unidos tienen problemas de acceso de alimentos.

En San Marcos se han reducido las fuentes de empleo local y las reservas de granos básicos se han agotado en el 70% de la población. También resalta que las familias no han recibido el apoyo de los programas del Gobierno.

En Sololá es similar la situación, pues las reservas de maíz y frijol están en un nivel muy bajo, al punto de que solo el 40% de las familias cuentan con reservas. El maíz se cotiza en menor precio, pero el quintal de frijol aumentó Q100.

En la región del Polochic, el 90% de las familias tienen limitaciones para adquirir insumos, debido a la restricción del transporte público, y aunque el 60% tiene alguna reserva de alimentos, considera que no le durarán más de un mes.

Situación crítica

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) señala que la pandemia del covid-19 agravó la inseguridad alimentaria en el país. Antes del virus se había identificado a 2.3 millones de personas en esa situación, y de ellas, medio millón se encontraban en situación de inseguridad alimentaria severa.

Además, por el nuevo coronavirus la situación será crítica, ya que las cifras de niños con desnutrición aguda aumentarán.  “El covid-19 impactará aún más, lo que es ya un contexto de inseguridad alimentaria; es decir, muchas familias perderán sus ingresos justamente porque perdieron sus fuentes de trabajo, porque el trabajo informal disminuyó, las remesas también disminuyeron. Todo esto resultó en que un gran número de familias se vieron impactadas”, expuso Laura Melo, representante del PMA.

Aseguró que el impacto será en todo el país y que urge la asistencia alimentaria a esas familias. “El impacto de la seguridad alimentaria no es solo en el Corredor Seco. De hecho es en todo el país, y cuando miramos cuáles son los departamentos más afectados verificamos que San Marcos, Chiquimula y Huehuetenango son las zonas más afectadas”, añadió Melo.

Alimentos aún no llegan

El Congreso aprobó el traslado de Q350 millones al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga), para que entregara alimentos a familias vulnerables del área rural, pero la ayuda aún no llega. Si bien el Maga comprará los alimentos al PMA, la firma del convenio no se ha dado y todavía no tienen la lista de beneficiarios.

Esta semana, el ministro de Agricultura, José Ángel López, dijo que en cada municipio se haría una lista con las personas que requieren de ayuda, pero deben verificar los nombres. Los alimentos podrían llegar a finales de mayo o principios de junio, si todo sale según lo planificado, señaló.

 

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