INFRAESTRUCTURA
Metro de Guatemala iniciaría en 2027 si logra fondos para los estudios finales
Gobierno debe desembolsar presupuesto para preinversión de línea blanca antes de agosto próximo. Buscan determinar demanda de usuarios, costo estimado del boleto y la tecnología de los trenes.
Guatemala podría contar con un metro para 2027, pero el proyecto aún tiene que pasar por varios estudios de prefactibilidad y cumplir con una serie de aspectos legales, técnicos y financieros. (Foto Prensa Libre: Municipalidad de Guatemala)
Guatemala podría contar con la primera línea del proyecto del metro en 2027, siempre y cuando se logre cumplir el cronograma que el gobierno central y la Municipalidad de Guatemala se han trazado. El hito más próximo es contar con los fondos para dos estudios técnicos que deben desarrollarse a partir de septiembre y definir cuál va a ser la unidad que los ejecute, así como las adquisiciones de tecnología, material rodante y de señalización.
La también conocida como Línea Blanca (que va desde la Central de Mayoreo en Villa Nueva hasta la Estación Central de Fegua, en la Plaza Barrios de la zona 1), es parte de un ambicioso conjunto de obras llamado Sistema Metro, planificado para ejecutarse en 38 meses, que ya iniciaron a correr. El próximo paso, según el cronograma del proyecto metro 2024-2027, son las bases iniciales para realizar dos de los ocho estudios que requiere el proyecto.
Giovanni Aragón, director de Movilidad Urbana de la Municipalidad de Guatemala, remarca que es necesario contar con el presupuesto para la ejecución de algunos estudios “que nos van a determinar con detalle la demanda para los usuarios del metro, de igual forma otros el material rodante y la tecnología que vamos a utilizar”.
Dichos estudios que se plantea comenzar este año son el de mercado, así como el social y de liberación de vía. En el primero se pretenden analizar las especificaciones del servicio, el volumen de usuarios que harán uso de este y el precio que estarían dispuestos a pagar por él. Mientras que en el estudio social y de liberación de vía, se definirá la conveniencia para realizar el proyecto midiendo los efectos sobre el impacto en la sociedad. Para estos, Aragón estima que el gobierno debe designar los fondos a más tardar en agosto del año en curso para cumplir con el cronograma.
A nivel administrativo-financiero ya se tuvo el primer avance cuando el Ministerio de Finanzas Públicas presentó al Congreso de la República la propuesta de reajuste del Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado para el presente ejercicio fiscal. En uno de los puntos del comunicado emitido por la institución, se confirma que Q250 millones serían destinados a “estudios de preinversión relacionados con el proyecto del metro línea azul y blanca; infraestructura hospitalaria, educativa y cultural, entre otros”.
El siguiente paso es definir qué institución hará la obra una realidad, ejecutando los fondos para tener las primeras pruebas entre mayo y junio de 2027. Aragón resalta que una vez se cuente con el dinero hay que definir quién va a ser la Unidad Ejecutora para iniciar los estudios, así como las adquisiciones de material rodante y de señalización. “Existen posibilidades tanto de que sea parte del Gobierno Central quien ejecute el presupuesto correspondiente o bien sea la Municipalidad por medio de la unidad correspondiente”, considera.
La semana pasada, durante la presentación del Plan de Trabajo del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda 2024-2028, el ministro de dicha cartera, Félix Alvarado, fue enfático en decir que el proyecto “hay que hacerlo. Desde el punto de vista de las pulsiones del equipo que estamos trabajando y desde el práctico, (donde) la relación se cristaliza en hablar con la municipalidad, lo tenemos que hacer bien”, expresa el ministro.
El propio presidente de la República, Bernardo Arévalo, se refirió en una de sus cuentas de redes sociales a los avances en la construcción de pasos a desnivel que son parte del proyecto del Sistema Metro, un proyecto que “va de norte a sur, entra por el Puente de Belice y llega hasta el Cenma en Petapa usando la vía del tren”, explica. Además, señaló que la municipalidad se encuentra trabajando en este proyecto. “Nosotros nos hemos asociado y juntos estamos construyendo pasos a desnivel y puentes que se necesitan para que esa línea esté funcionando”, refiriéndose a todo el sistema de movilidad del que el metro es parte.
Además de los pasos a desnivel que forman parte del proyecto y que ya comenzaron, aún existen una serie de temas financieros, legales y técnicos que se deben solventar para que el Sistema Metro esté en marcha para 2027.
Derecho de vía
El Sistema Metro está planteado en dos fases. En la primera, que tiene una extensión de 11 kilómetros, Aragón estima que tiene un costo de US$580 millones. La segunda fase comprende desde zona 1 hasta Centra Norte en zona 17.
Respecto a los primeros kilómetros del proyecto, Aragón considera que el único desafío legal sería con relación al derecho de vía, que “afortunadamente se cuenta con el espacio y son retos relativamente fáciles de sortear desde una planificación adecuada”.
La segunda parte es donde Rafael Valladares, investigador del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (Ceur) detecta un reto en cuanto al derecho de vía que va desde la zona 4 a la zona 18, en donde considera que no se han resuelto las cuestiones de los habitantes que han tenido que, por distintas situaciones económicas, invadir los lugares cercanos a las vías del ferrocarril, no se han pensado en soluciones de traslado de estas”, añade.
Valladares apunta que la ruta planteada de este transporte debería llegar hasta la zona 18 con el fin de tener un mayor impacto en la población. “Cuando realizamos en el Ceur el estudio del Metro Riel, hacíamos la crítica de que llegaba a Centra Norte y que se tenía que ampliar hacia lugares como Palencia para que fuera de más utilidad y que se incorporara a la zona 18, que es de las más pobladas”.
Tipo de tren
Contar con el Sistema Metro para 2027 tiene otros desafíos técnicos, según Valladares, uno de los cuales se relaciona con la construcción de un puente que puede retrasar el cumplimiento del cronograma. “Del tramo que se plantea de la calzada Atanasio Tzul se plantea hacer un puente hacia el Cenma, eso es lo que hay, ese puente llama la atención porque eso va a ser más tardado el proyecto”, plantea el investigador.
En cuanto a movilidad de las personas, indica Valladares, “llama la atención que no se están creando intersecciones para conectar otros lugares. Van a existir estaciones, pero de esas estaciones ¿cómo se va a movilizar la gente a otros a otros lugares?”.
Preliminarmente, la Municipalidad de Guatemala estima que el Sistema Metro contará con 20 trenes, sin embargo, los estudios pendientes serán los que indiquen “cuál es el tipo de tecnología y de vagones que necesitamos en el tren, y de acuerdo con esta tecnología se buscará la forma de adquirir el equipo rodante”, planea Aragón.
Ante todos los aspectos técnicos, el que considera más importante es el tipo de propulsión que tenga el tren. “En este caso si el tren es movilizado por energía eléctrica, pues habrá que hacer los estudios correspondientes y obtener la provisión de ese tipo de corriente para el movimiento del tren”, determina Aragón. Este, considera, es uno de los desafíos técnicos que habría que tener presente para cumplir con los tiempos establecidos.
Para el caso de Guatemala, según Eddy Morataya, gerente general de la Empresa Municipal de Transporte, hay que definir un tren amigable al trazo urbano de la ciudad que integrará espacios de jardines verdes. “Lo que veremos será un tren ligero, posiblemente puede ser eléctrico y también con vagones de capacidad de 300 personas por cada vagón”, estima.
Desde la municipalidad, tienen planteado que el metro conecte con estaciones de autobuses. Para Morataya es importante la construcción de estacionamientos para carros, así como las conexiones del Sistema Metro con “otros sistemas, como bicicletas, porque esta combinación, que se le llama multimodalidad en proyectos urbanos, hace que el auto no sea única opción para llegar al destino”.
Moverse de sur a norte, un calvario
Cada mañana Diego Marín, vecino de zona 5, Villa Nueva, sale de su casa a las 5:30 am hacia su trabajo en zona 4 de la Ciudad de Guatemala. Un equipo de Prensa Libre realizó con Marín en un día laboral el recorrido desde la calle de Ciudad Real hasta la fábrica Tipic para ingresar a la calzada Atanasio Tzul, zona 12. “Me toma una hora y media, pero ahora con las lluvias (de junio) he tardado hasta dos horas debido a la mala calidad de las calles y al crecimiento constante de vehículos”, estima.
Por la tarde, la historia es similar. Diego se tarda hasta tres horas para regresar a su casa. “Si salgo a las 5:00 pm llego a mi casa alrededor de las 8:30 pm. Cuando espero es para no hacerme esas tres horas en el tráfico y no gastar gasolina. Es desgastante estar en el tráfico”.
Justamente, en la ruta que transita Diego se plantea realizar la línea blanca del Sistema Metro, que podría impactar a todos esos pasajeros que se movilizan de sur a norte y viceversa. Diego, quien ha madrugado desde pequeño para movilizarse por la ciudad, considera que en Guatemala se “necesita de un transporte público efectivo y rápido que tenga la capacidad de transportar a miles de personas a varios puntos de la ciudad para solucionar el tráfico, un problema de años”.
La línea blanca del Sistema Metro tendrá 12 paradas en un trayecto de 11 kilómetros que, según información preliminar de la Municipalidad de Guatemala, podría tener una capacidad de 130 mil pasajeros al día y se moverá a una velocidad de 30 km/h, esto quiere decir que para el guatemalteco que se movilice desde Villa Nueva, sobre la Calzada Atanasio Tzul, hacia zona 1 de la Ciudad de Guatemala podría tardar hasta una tercera parte del tiempo que hoy se demora en su vehículo.