Incluso, dicen, solía compartir con su personal a cargo algún tiempo de comida y era “muy generoso”.
En su hoja de vida aparece que fue exgerente de la firma Delicarnes, del 2001 al 2002.
Enemigo en casa
Ortiz Mendoza era alguien que, según los testimonios, operó una estructura criminal desde una oficina del Minfin, reveló Francisco Solórzano Foppa, jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).
Suena paradójico que desde ese ministerio, en anteriores administraciones, se manejará este tipo de acciones fraudulentas y “es un descaro”, calificó Solórzano Foppa.
Desde el ministerio, explicó el superintendente, se montó la mayor industria de megafraude por medio de facturas falsas, que fueron utilizadas a conveniencia por los contribuyentes que las compraron.
Según las investigaciones, Ortiz poseía los contactos necesarios, en parte con algunos representantes del sector privado, pero su “ancla” para promover sus servicios era el Minfin.
Las pesquisas detallan que él operó solo en la red y no involucró a otras personas de ese ministerio en el tiempo que trabajó allí.
La persona encargada de conseguir los clientes que necesitaban las facturas era Carlos Estuardo Estrada Cabrera —capturado—, quien los llevaba al Minfin o los ponía en contacto con Ortiz Mendoza.
Por la venta de los documentos contables fraudulentos hubo una facturación de Q21 mil millones, mientras el monto defraudado al fisco fue de aproximadamente Q1 mil millones durante un período de 10 años. Este es el caso de mayor defraudación en la historia del país.
Las autoridades consideran que existen otras estructuras que se dedican a la venta de facturas, pero no con la magnitud que tenía la organización desarticulada la semana pasada.
Alto perfil
Ortiz Mendoza era quien efectuaba las operaciones fraudulentas, ya que tenía dominio de ramas económicas como Contaduría y Auditoría, Administración de Empresas y Economía, dijo Solórzano Foppa.
“Era una persona con un máster en Finanzas, estudiado, que se desempeñó en varios cargos ejecutivos en el sector privado y con carrera en la administración pública”, agregó.
Una fuente destacó que al igual que otras estructuras criminales, Ortiz Mendoza era una persona que dominó la organización con una trama “bastante sofisticada”.
Desde corta edad empezó a trabajar como auxiliar de contabilidad cuando egresó como perito contador en Huehuetenango, hasta alcanzar el título de contador público y auditor.
Antes de ser descubierta la trama criminal, Ortiz Mendoza tenía un contrato laboral 029 en la Empresa Portuaria Quetzal, en Escuintla; su asignación era en el Depósito Aduanero Temporal.
El viernes pasado, cuando se efectuó el operativo, las autoridades constataron que se encontraba en la portuaria y se presentó a trabajar, pero al momento de dirigirse allá para capturarlo ya no se le encontró en el lugar.