DESCARGUE: Planeación del robo a viviendas.
SUSTRACCIÓN
En enero del 2014, María(*) regresaba a su casa luego de la jornada laboral. Al llegar, observó que la puerta principal estaba entreabierta. La vivienda se ubica en un residencial de la carretera a El Salvador, y eso le daba cierta tranquilidad, pero esa supuesta seguridad se había esfumado en un instante.
Llamó a la policía privada del complejo para que la acompañaran a revisar. Al entrar encontró algo que no creía: buena parte de sus pertenencias habían desaparecido, como electrodomésticos, joyas, ropa, perfumes, dinero y un celular de funciones avanzadas. Más de Q40 mil se habían ido en un día.
María pasó del temor a la indignación, después al enojo, pero nunca dio el último paso, es decir: la resignación. Recordó que el teléfono podía ser ubicado en un mapa digital, porque así estaba configurado.
Al siguiente día fue a la empresa que le prestaba el servicio de telefonía, y pidió ayuda. Así se ubicó la señal del aparato en Chimaltenango. María vio eso como un logro, y se lo hizo ver a los investigadores, quienes frenaron su optimismo al explicarle que el sistema de posicionamiento global (GPS) del aparato no era del todo preciso, pero que era una ayuda.
Al otro día, siguieron esa pista. María los esperaría en la capital mientras los investigadores viajaban al occidente del país en busca del teléfono. La señal los llevó a Pastores, Chimaltenango. Habían acordado que al llegar al punto más cercano ella llamaría a su número.
Los detectives llegaron frente a una casa donde sospechaban estaba el teléfono. Tocaron el timbre. Salió un hombre, y le dijeron que necesitaban hablar con él. Al ingresar, le consultaron si él había comprado un iPhone en los últimos días. Respondió que no. María llamó a su teléfono, y el aparato empezó a sonar sobre una mesa.
Los investigadores preguntaron sobre el teléfono, mientras un agente respondió y escuchó la voz de María. Al interrogarlo sobre de quién era el aparato, el hombre indicó que de su yerno, pero que había salido.
Horas después solicitaron el allanamiento, lo cual se concretó al siguiente día. Encontraron artículos que habían sido robados en siete residencias de las zonas 14 y 15 y carretera a El Salvador, así como documentos varios. Con todo ese material se solicitaron órdenes de captura que aún no han sido tramitadas por el Ministerio Público.
“No damos identidades, porque esperamos las órdenes de captura”. Detective de la unidad de robos de la PNC.
DATO
(*) Nombre ficticio