Ese día el exmandatario informó a la prensa y la comunidad internacional que había decidido prorrogar el mandato de la Cicig por dos años más.
Al finalizar el anuncio y visiblemente contrariado Pérez Molina le dio la mano a Velásquez al tiempo que Baldetti aplaudía de forma irreflexiva.
A partir de allí el Gobierno a cargo del militar en situación de retiro entró en una profunda crisis, derivada de señalamientos de corrupción que primero provocaron la renuncia de la ex vicepresidenta y luego la de Pérez Molina.
Los dos fueron ligados a proceso por ser señalados de ser los cabecillas de una red de defraudación tributaria con la cual se habrían enriquecido de forma ilícita.
Este lunes volvieron a coincidir en público pero el escenario era totalmente distinto, ambos estaban sentados en el banquillo de los acusados de la sala del Juzgado de Mayor Riesgo B.
Pérez llegó a las 5.30 horas y esperó en la carceleta, luego se sentaron junto a él dos hombre que nombró como jefes de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) —Omar Franco y Carlos Muñoz— quienes también están señalados de corrupción.
Baldetti, quien se negó a ser trasladada a la audiencia justificando problemas de salud, fue llevada al juzgado por orden del juez Miguel Ángel Gálvez, quien amenazó con tomar medidas contra el director del Sistema Penitenciario si la detenida no llegaba a la judicatura.
A su ingreso, la prensa no dejó de fotografiarla, caminó hasta el lugar apartado para los detenidos y con aspecto parco evitó a toda costa voltear a ver al lugar donde se encontraba Pérez Molina; sin embargo, el expresidente sí aprovechó para ver a quien fue su vicepresidenta.
La ex vicemandataria saludó a su abogado Mario Cano y evitó hacer lo mismo con Claudia Méndez Asencio, la exintendente de Aduanas —pese a sentarse atrás de ella—, con quien —años atrás— daba conferencias de prensa para anunciar sobre los avances en la recaudación tributaria.
#CasoLaLínea | El breve saludo de los exmandatarios. pic.twitter.com/o7GzG4Jrx4
— Carlos Álvarez (@calvarez_pl) 28 de marzo de 2016
En los minutos siguientes a su llegada ella fue el foco de atención las cámaras que no dejaban de apuntar hacía el lugar donde se encontraba, pero cuando la situación pareció calmarse aprovechó para saludar brevemente a Pérez Molina.
En cuestión de segundos Baldetti volteó para verlo, Pérez mostró su pulgar izquierdo en señal de saludo, ella levantó su mano derecha y la pegó al vidrio que los separaba e inmediatamente volteó la mirada.
El reencuentro no duró mucho ya que minutos después de que Baldetti entrara a la sala Gálvez decidió suspender por tiempo indefinido la audiencia por una apelación presentada por la Procuraduría General de la Nación (PGN).
El juzgador explicó que la PGN solicitó ser parte del proceso como querellante en el caso y que eso provocó la suspensión de la audiencia.