Ninguno de los comerciantes se atreve a hablar dando su nombre, pues temen represalias, pero tambien demandan acciones concretas al gobierno de Jimmy Morales.
Banderas de tela o de láminas escolares estaban pegadas con cinta adhesiva en la mayoría de negocios tanto aquellos al aire libre como en los instalados en la galera principal, que alberga las carnicerías.
Confirmado
Las amenazas de que son objeto los locatarios desde hace semanas y la razón por la cual ayer instalaron las banderas fueron confirmadas por efectivos de la Policía Nacional Civil (PNC).
Según la información recabada por la PNC, los vendedores de verdura deben pagar Q100 a la semana, mientras que los de ropa, Q250.
“Las cantidades varían, pero depende del tipo de negocio. Las ventas de ropa y de verduras son las que más hay en este mercado”, refirió un jefe policial que llegó ayer a verificar los patrullajes de los agentes a su cargo.
Además de la Policía, había soldados asignados en diferentes puntos del mercado.
Impunidad al máximo
Los banderines, según investigadores policiales, los proporcionaron los mismos extorsionistas a alguien del Comité de Vendedores, de quien nadie dio razón, debido a que es el encargado de recolectar el dinero y entregarlo a los delincuentes.
En cuanto a las carnicerías, varios propietarios cerraron solo un día, pues no podían dejar que se perdiera el producto y además necesitaban ganar el sustento para sus familias.
Fuentes policiales aseveraron que varias unidades de expertos investigan tipo de casos, en este y otros mercados, para dar con los extorsionadores.
Tienen temor
Gloria Gómez, quien suele comprar a diario en ese mercado, aseguró que ellos también sienten temor, pues no saben en qué momento puede ocurrir un ataque contra los inquilinos.
“Los días que cerraron también nos afectó bastante porque no tuvimos a la mano los productos que a diario adquirimos”, refirió Gómez.
Fernando Sanic, vecino, expuso que a pesar de la presencia de las fuerzas de seguridad compran con miedo a que algo les pueda suceder.
“La semana pasada corrió el rumor de que supuestos pandilleros lanzarían una granada, y por eso se fue la gente”, dijo Sanic.
El asedio de los grupos delincuenciales se ha extendido a una escuela del sector, a cuyo director exigen Q1 por cada alumno.
Lamentable
El arzobispo metropolitano, Julio Vian, afirmó ayer, luego de la misa dominical, que es lamentable esa situación.
“¿Cómo van esas personas a alimentar a sus hijos? ¿Dónde están las autoridades para que esto no suceda?”, cuestionó el religioso.