Justicia

Femicidios en Zacapa aumentan 185% en tres años

Venganzas y narcotráfico son algunas causas de los crímenes que siguen en la impunidad.

Durante este año han sido ultimadas 26 mujeres en Zacapa.(Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Durante este año han sido ultimadas 26 mujeres en Zacapa.(Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

“Soy hermana de Melisa Palacios y pido justicia para Karen”, decía la frase plasmada en una cartulina que una joven sostuvo el 16 de septiembre último, durante una caminata que recorrió las calles de la cabecera departamental de Zacapa, cuando un grupo de pobladores exigieron justicia para las víctimas de femicidio en ese departamento.

No es la primera vez que los zacapanecos salen a manifestar en contra de la violencia contra la mujer. Tampoco la muerte de Karen era el primer crimen reportado en esa área.

Los registros oficiales confirman que en los últimos tres años hubo un aumento de 185% de los crímenes en contra de mujeres en Zacapa, una cifra que a pesar de ser alta no ha despertado la reacción de las autoridades, que a la fecha no reportan avances en las investigaciones para ubicar a los responsables.

Las autoridades de justicia y los cuerpos de socorro en ese departamento explican que las venganzas por problemas sentimentales, las relaciones con integrantes de estructuras criminales y el maltrato intrafamiliar o conflictos por deudas son algunas de las principales causas por las que la violencia se ensaña y podrían explicar el motivo de algunos de los 59 ataques mortales a mujeres durante el 2023.

La cultura violenta en la región oriental de Guatemala también es otra explicación que los propios vecinos reconocen. Riñas en la vía pública y enfrentamientos a balazos son típicos en ese departamento, indican algunos vecinos, porque los zacapanecos “son de temperamento fuerte”.

El Ministerio de Gobernación, como parte de sus investigaciones, admite que en este departamento existe un corredor para el trasiego de drogas, una situación que explica la violencia excesiva en esa región.

Impunidad

“Muchas mujeres tienen muy normalizado el tema de la violencia en el hogar, porque lo vieron en sus madres y han crecido con eso, y a pesar de que se considera que las mujeres de ese departamento tienen carácter fuerte no es así y ceden ante los maltratos, que muchas veces se dan incluso con machetes”, expresa Claudia Hernández, directora de la Fundación Sobrevivientes.

Agrega que ha conocido de cerca el problema en Zacapa y ha recibido mensajes solicitando ayuda por medio de redes sociales o correos electrónicos.

Sin embargo, a pesar de que se busca asesorar y dar acompañamiento a los casos de violencia y se abrió una sede del Instituto de Atención a la Víctima cerca de la región, todavía hay resistencia de muchas mujeres a denunciar el maltrato del cual son víctimas, debido a que las formas de vida en esa región están tan arraigadas que han normalizado los abusos o el temor es mucho y no les permite buscar ayuda.

“En ese departamento algunas mujeres son parejas de personas involucradas en el narcotráfico y los responsables, por lo mismo, tienen recursos o contactos en la localidad para evadir los delitos en el sistema de justicia”, según Hernández.
“Existen barreras para que se haga justicia. A las mujeres víctimas solo les queda ver cómo se cierran los procesos de maltrato, porque los agresores tienen recursos económicos para librarse de la culpa”, añade.

Otro de los problemas, a criterio de Hernández, es que en muchas comunidades del oriente del país existe una costumbre arraigada de matrimonios arreglados de menores con hombres de mucha más edad, lo que también incrementa el riesgo de que las mujeres sean objeto de tratos violentos.

“Hay una cultura de impunidad en la cual la gente no tiene confianza en el sistema de justicia y los jueces son sobornados”, señala Hernández.

Del total de las víctimas mortales reportadas en Zacapa durante este año, cuatro de cada 10 ataques fueron con arma de fuego, según los registros policiales. A lo anterior se suman muertes por estrangulamiento o con arma blanca.

La Policía Nacional Civil (PNC), en sus investigaciones, destaca que los crímenes de pareja, deudas o conexiones con el narcotráfico siguen siendo un disparador común de la violencia en ese departamento, aunque el motivo de los ataques muchas veces está ligado al punto geográfico donde sucedió.

“Cuando los crímenes de mujeres han ocurrido en Huité y La Unión, por ser en la parte alta, a veces se trata de problemas de tierras, en su mayoría, y los hechos que tienen lugar en Gualán, Teculután y Río Hondo tienden a ser a problemas de pareja, deudas o tienen relación con la venta de droga al menudeo”, manifestó a Prensa Libre un investigador policial.

De los casos ocurridos este año, la PNC no reporta ninguna captura. No obstante, un investigador policial en Zacapa refiere que una de las hipótesis que se manejan en uno de los casos que tiene asignado se relaciona con que la víctima murió cuando acompañaba a su novio, un presunto sicario que unos días antes habría ultimado a una mujer y, en venganza, los familiares de su víctima lo emboscaron y le arrebataron la vida junto a su pareja.

Demandan justicia

De los 247 homicidios registrados en septiembre a nivel nacional, 29 víctimas, el 12%, fueron mujeres, según el reporte de la PNC.

El Instituto Nacional de Ciencias Forenses reporta que durante este año fueron ultimadas 429 mujeres a nivel nacional, por arma blanca, arma de fuego y asfixia, en su mayoría.

En Zacapa, en el 2021 se reportó la muerte de 41 mujeres, en el 2022 fueron 19 y este año van 59.

Este crecimiento en el número de casos ha llevado a la población a manifestar su alarma y pedir justicia para las víctimas.

Una de las mayores preocupaciones es que las pesquisas no avanzan y los casos no se judicializan.

Se consultó para este artículo al Ministerio Público sobre el trabajo en el área, pero no trasladó la información requerida.

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.