Es común escuchar en las esquinas de diversas calles de Guatemala el grito de alguien que ofrece traslados a algún destino a través de un taxi colectivo, los usuarios atienden al llamado y acceden a pagar el servicio, aunque esto represente un alto riesgo de sufrir algún vejamen.
Los hechos delictivos se han intensificado en las zonas 1, 2, 5, 11 y 18, así como en Mixco y Villa Nueva, entre las particularidades que han compartido algunas víctimas es que la mayoría de los automotores no tienen las manijas interiores de las puertas lo que complica a los pasajeros el descender de las unidades.
A lo anterior se le suma que los malhechores ya han logrado identificar “los tramos, calles y avenidas en donde no hay presencia de policías, ya tienen identificado donde hay cámaras de videovigilancia y evaden este tipo de control”, detalló Edgar Guerra, defensor del Usuario de Transporte Público, de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).
Guerra considera necesario incrementar la presencia de las autoridades en ciertos puntos y con horarios aleatorios, e intensificar los patrullajes y operativos de control, lo que podría contribuir a frenar estos delitos. Dijo que algunos usuarios se han quejado de “malos tratos por parte de los pilotos de los taxis no autorizados” y porque los vehículos van sobrecargados, en la mayoría de las ocasiones viajan seis personas más el conductor.
La PDH ha logrado determinar que el horario en que más se abordan estas unidades son desde las 6 hasta las 9 horas, mientras que por la tarde es a partir de las 16:30 hasta las 20:00 horas, conforme avanzan las horas el servicio es más caro.
Municipalidades deben involucrarse
Los taxis piratas de alguna manera “han ido desplazando el servicio de transporte a puras amenazas en contra de los transportistas anteriores”, indicó David Boteo, hasta el pasado 6 de enero jefe de la División de Investigación Criminal (Deic) y actual jefe de Operaciones de la PNC. “En su mayoría estos vehículos son propiedades de integrantes de pandillas”, subrayó.
Boteo considera que en el abordaje de la problemática deben de involucrarse las Municipalidades. “No es un tema netamente policial, va más allá y está relacionado a la regulación por parte de las municipalidades”, dijo.
La Deic ha identificado que las localidades con mayor incidencia criminal son la zona 1, 5, 11, 12, 21 y 18, así como sectores en donde se encuentran discotecas o bares de la zona 9 y 10, en donde obligan a retirar dinero de cajeros a las víctimas, o bien llaman a sus familiares y “muchos de estos casos quedan impunes porque son amenazadas porque tienen algunos objetos personales, fotografías, entre otros que obtienen del asalto”, manifestó Boteo. A la vez, instó a denunciar este tipo de hechos y garantizó que estas denuncias se reciben con los datos en reserva.
Otros lugares que registran hechos delictivos son Santa Catarina Pínula, San Pedro Ayampuc, San José Pínula y Fraijanes, que la mayoría de las víctimas proceden de la capital; mientras que en algunos de los departamentos donde hay mayor presencia de pandillas son Escuintla, Retalhuleu, Suchitepéquez, Chimaltenango, Quetzaltenango y Sacatepéquez.
Boteo consideró que uno de los retos que enfrenta la Deic este año es que las fiscalías municipales y distritales apoyen en los casos. “Nosotros presentamos informes de grupos criminales que se han investigado y que en su momento pueden ser operativizados”, señaló, puesto que la seguridad y justicia debe trabajarse de forma conjunta, involucrándose en las pesquisas y operativos.
Hechos recientes
Una joven de 22 años se encontraba en la entrada principal de Tikal Futura el viernes 23 de diciembre de 2022, cerca de las 21 horas cuando pretendía abordar un Uber, pero dos personas de sexo masculino que se conducían a bordo de un automóvil negro tipo sedán (taxista pirata) le ofrecieron trasladarla hacia el Obelisco por Q10, por lo que decidió tomar el servicio.
De acuerdo con el reporte policial “al momento de encontrarse dentro del vehículo uno de los individuos se pasó para la parte de atrás y la empezaron amenazar y a exigir la cantidad de Q2 mil a la familia mediante llamadas telefónicas. Los victimarios logran realizar el cobro Q1 mil, mediante una transferencia, para la liberación de la víctima”.
En el trayecto la joven fue abusada sexualmente y fue liberada los primeros minutos del 24 de diciembre en 27 calle y 10 avenida, de la colonia la Libertad, en la zona 13 capitalina. Los investigadores han recabado imágenes de las cámaras de videovigilancia, además de evaluaciones por parte del Instituto Nacional de Ciencias Forenses y el rastreo de las llamadas telefónicas que recibieron los familiares, entre otros elementos.
En la segunda quincena de diciembre pasado, una llamada al número telefónico 1561 de Crime Stoppers, denunció a una persona que portaba un documento personal de identificación (DPI) falso y trabajaba como taxista pirata en Tierra Nueva, Mixco.
Luego de recibir la información, miembros de la División Nacional contra el Desarrollo Criminal de las Pandillas realizaron un trabajo de investigación e inteligencia, luego del cual capturaron a Melvin Edgardo Cruz Martínez de 31 años de edad, de origen salvadoreño.
Contra Cruz Martínez se encontraba una orden de aprehensión por violación agraviada desde 2018, la cual fue girada por un juzgado de El Salvador, posteriormente fue expulsado del país.
Relatos
En algunos puntos de la calzada Roosevelt y el bulevar Liberación se ve con frecuencia que guatemaltecos abordan los taxis colectivos. Un joven que reside en Mixco y labora en un supermercado de la zona 13 de la ciudad comparte: “yo me subo por necesidad, tengo que llegar a tiempo a mi trabajo y no hay suficientes buses acá”.
Un señor de 63 años que trabaja como guardia de seguridad compartió que utiliza con frecuencia los taxis colectivos que salen de zona 21 hacia el Centro Histórico. “Son muy pocos los buses y en horarios pico no se dan abasto, entonces no me queda de otra que tomar los taxis y encomendarme a Dios”, dijo.
Una madre soltera de 34 años que reside en Ciudad Real I y trabaja en la zona 10, aborda los taxis piratas todos los días, a pesar de que reconoce el riesgo expuso: “ya me acostumbré, pero trato de llevar poco efectivo y bien escondido. No es fácil todo el trayecto, pero lo hago para poder pagarle los estudios a mi hijo”.
Afectan a los registrados
El equipo de Prensa Libre conversó con Daniel —nombre ficticio—, quien es piloto de un taxi rotativo que cuenta con autorización, está visiblemente identificado y rotulado, en los últimos años se ha visto afectado por los taxis piratas.
Daniel circula por la zona 12 y 21 de la capital, compartió que los robos, las violaciones y secuestros exprés “nos han afectado bastante, porque la gente ya no se sube con nosotros, como escuchan que los taxistas están asaltando y violando, esto siembra temor”. Agregó que tiene sus pagos al día, cuenta con autorización de Emetra y prefiere no polarizar los vidrios de su vehículo para que la gente se sienta segura.
“Hay días en los que logró hacer carreras y junto Q60, pero debo echar Q40 o Q50 de gasolina, eso no es ganancia porque ni para un tiempo de comida me queda” y agregó que donde se estaciona desde hace más de una década llegan jóvenes a amenazarlo de que “no me meta en las rutas de ellos y mejor evitó problemas, porque hasta me pueden matar”, relató.
Agregó: “también han venido con sus vehículos no autorizados a jalar gente, quitándonos clientes y si no nos movemos nos tiran piedras y dañan los carros”.
Dijo que pasajeros le han comentado que “los han asaltado por la 47 calle de la —calzada— Atanasio y luego los dejan tirados por calles donde circulan pocas personas”.
“Un joven me comentó que en su mochila llevaba la computadora de su trabajo y por seguridad se subió a un taxi colectivo, a las tres cuadras lo asaltaron le robaron su celular y ahora está pagando la laptop”, subrayó. Luego, fue abandonado en la 43 calle y avenida Petapa, en una calle que colinda con el cementerio La Colina.