Guatemala

Masacre atribuida a guerrilla ocurrió en El Aguacate

Eran las 5 horas del 22 de noviembre de 1988 cuando Carlos Humberto Guerra Callejas, quien padecía ataques epilépticos, salió de su casa en la comunidad El Aguacate, San Andrés Itzapa, Chimaltenango, en dirección al paraje conocido como Astillero de San Isidro, donde a menudo pastaban sus reses.

La masacre de El Aguacate  resurge con la captura del presunto responsable de haber ordenado la muerte de 21 aldeanos y un guerrillero, en noviembre de 1988, cuyos cuerpos levantan soldados.

La masacre de El Aguacate resurge con la captura del presunto responsable de haber ordenado la muerte de 21 aldeanos y un guerrillero, en noviembre de 1988, cuyos cuerpos levantan soldados.

“Iba en busca de unas vacas que se habían perdido y llevaba consigo tres perros. No regresó y, en vista de su afección, parientes y amigos lo buscan en vano”, relata el informe Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi).

Así comienza el relato de una masacre cometida por una patrulla del frente Javier Tambriz, de la Organización Revolucionaria del Pueblo en Armas (Orpa), integrada por 10 guerrilleros y liderada por el subteniente David —Fermín Felipe Solano Barillas, quien fue capturado esta semana por este caso—.

El objetivo de esta unidad subversiva era explorar y abastecerse de equipo no bélico, como baterías para linternas, botas y alimentos en San Andrés Itzapa. El grupo pretendía ubicarse en las faldas de los volcanes de Fuego y Acatenango.

Militares cercanos

El Aguacate se encuentra a cuatro kilómetros de San Andrés Itzapa, en un paraje montañoso caracterizado por fuertes vientos.

Desde 1981, el Ejército había asentado la Zona Militar 302 a unos cinco kilómetros de la comunidad. Por tal razón los aldeanos eran vistos como simpatizantes de los militares, y aunque no contaban con Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), varios de sus habitantes eran comisionados militares.

Entre ellos figuraba Guerra Callejas, quien además era pariente del jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, general Manuel Antonio Callejas, según destaca el Remhi.

Por esta razón, cuando Guerra Callejas se encontró con la columna subversiva, el 22 de noviembre de 1988, fue secuestrado porque temían que los delatara y diera a conocer su localización al Ejército.

Con lo que no contaba la guerrilla era que familiares y amigos de la víctima iniciaran la búsqueda, lo cual ponía en riesgo la operación encomendada al comando.

Encuentro con la muerte

Al día siguiente unos 26 pobladores reiniciaron la búsqueda del comisionado militar y encuentran las reses, además de múltiples huellas que hacen suponer que Guerra Callejas está retenido por un grupo.

El 24 de noviembre continúan con la búsqueda, pero en esta ocasión se dividen en tres grupos de 10 personas.

Se dirigen a los parajes conocidos como Filón de las Minas y Filón del Sojo, pero suponen que se trata de un secuestro y le solicitan al pastor evangélico Antonio Olivares Blanco que los acompañe, para ser eventual mediador.

Dos de los grupos se encuentran con individuos que portan armas de fuego, que después serían identificados como guerrilleros.

Estos, al considerarlos una avanzada del Ejército, también los secuestran. A estos se suma Nicolás Chiquibal Petzey, alias Mijangos, quien era el contacto entre el mando guerrillero y la patrulla comandada por David, lo cual solo era conocido por este último y no por el resto de los subversivos, que lo retienen como otro aldeano más.

Es en ese momento que David reúne a los guerrilleros que están bajo su mando y ordena ejecutar a los 21 campesinos y al subversivo.

Uno a uno son llamados y son estrangulados, peor antes de eso habrían sido torturados. Los rebeldes evitaron utilizar las armas de fuego, para no ser delatados por las detonaciones.

Consumada la ejecución, los cadáveres fueron enterrados en el mismo lugar, el 25 de noviembre. El cuerpo de Guerra Callejas fue identificado por el Ejército. Al día siguiente los militares ubican cuatro fosas en donde yacen los cadáveres de 21 personas en estado de descomposición.

Los cadáveres fueron trasladados a la Zona Militar 302, donde fueron identificados por familiares, con excepción de Mijangos. El sepelio colectivo fue el 29 de noviembre.

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