La semana pasada pobladores de Ocosingo protestaron para exigir más seguridad y manifestarse en contra del crimen organizado que según ellos, pretende extorsionarlos.
Una semana atrás, en la comunidad de Pantelhó, en Chiapas, fueron ultimadas siete personas, los crímenes fueron atribuidos a grupos armados que se han apoderado de los pueblos ante la ausencia del ejército.
Los pobladores de comunidades mexicanas aseveran qué los delincuentes traspasan territorio guatemalteco para esconderse.
Sin violencia
David Boteo, subdirector de Operaciones de la PNC, dijo que la violencia en las comunidades de Chiapas no tienen repercusión en territorio guatemalteco, por lo que las fuerzas de seguridad se concentran en Ayutla, San Marcos, donde se incrementaron los hechos criminales.
“Allí sí hemos tenido varios incidentes como la muerte de los policías municipales. En este momento tenemos 200 soldados y 150 policías desplegados en ese municipio y en otras áreas fronterizas, pero del lado de Chiapas no tenemos algún repunte de violencia de lado de Guatemala”, explicó.
Las causas
Boteo añade que la preferencia del fentanilo en Estados Unidos ha provocado que el precio de la cocaína y la marihuana disminuya en ese país, eso ocasiona que los carteles mexicanos se peleen el mercado de esas drogas, por lo que no descarta que en los próximos meses también incremente la violencia en Latinoamérica y por consiguiente en Guatemala por las mismas causas.
“Hay demasiada cocaína rezagada en el mercado y los grupos de narcotráfico están buscando cómo venderla, porque en Estados Unidos el fentanilo se consigue más barato y en cualquier lugar, y por lo tanto ha disminuido considerablemente el consumo de esa droga”, puntualiza.
Jorge Aguilar Chinchilla, vocero del ministerio de Gobernación coincide en que las fuerzas de seguridad se han distribuido en distintos puntos fronterizos, principalmente el personal policial de las diferentes unidades de investigación, como los agentes antinarcóticos y la policía encargada de resguardar las fronteras. La finalidad es trasladar información al Ministerio Público para desarticular organizaciones criminales.
“Se investigan delitos en áreas fronterizas, principalmente en Ayutla y Tecún Umán en San Marcos, así como en la Mesilla, Huehuetenango. Los operativos y patrullajes se hacen en conjunto con el ejército”, dijo Aguilar.
Según el vocero policial, también se han instalado puestos de registro en puntos claves como entradas y salidas del municipio para detectar personas con órdenes de captura.
Otros puntos
Una investigación del medio La Voz de América , revela que los enfrentamientos han ocurrido entre el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el cártel de Sinaloa en el poblado de Frontera Comalapa, punto fronterizo entre México y Guatemala.
Esto ha provocado un éxodo de al menos 3 mil personas, según el Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa. A eso se suman unos 60 muertos entre enero y julio de este año, mientras que las desapariciones de hombres jóvenes reclutados a la fuerza por los cárteles podría llegar al centenar.
La violencia en la región (que ha ido en aumento desde hace dos años por las peleas entre cárteles) se ubica justo en uno de los puntos donde los migrantes irregulares hacen la primera parada en suelo mexicano antes de adentrarse en ese país para seguir su travesía hacia Estados Unidos.
De acuerdo con algunas a agencias internacionales, la franja fronteriza de Comalapa que mide unos 80 kilómetros, se considera un territorio “poroso” para las actividades del crimen organizado pues prolifera el tráfico de drogas, armas y migrantes irregulares.
Peligro
El exministro de Gobernación, Carlos Menocal, advierte qué hay un avance muy fuerte del CJNG y “están empezando a copar territorios que eran, o son todavía de narcos guatemaltecos.
Según Menocal “han enviado hasta mensajes para advertir sobre sus acciones”. El exjefe de la cartera del Interior consideró que “si el Estado no toma el control vamos a tener escenarios muy violentos”.
Menocal explicó que se puede vivir algo parecido a la incursión de Los Zetas durante el tiempo en que era ministro de Gobernación, pero el problema ahora, expresó, es que no hay una reacción tan rápida como la que se dio en aquella ocasión.
