Más de 60 mil menores centroamericanos no acompañados fueron detenidos en la frontera desde fines de 2013 y a lo largo de 2014, según datos federales. Nueva York es el segundo estado que más niños ha recibido después de Texas, con casi 6 mil que llegaron al estado en el año fiscal 2014.
Hasta ahora, 1 mil 332 lo han hecho en el año fiscal 2015.
“Ningún niño en Nueva York enfrenta la corte de inmigración solo”, dijo a los medios de comunicación la puertorriqueña Melissa Mark-Viverito, presidenta del Concejo Municipal, quien dio por terminada la “crisis” de falta de representación legal para los menores en Nueva York.
De momento el programa, llamado en inglés “Unaccompanied Minors Initiative” e iniciado hace aproximadamente un año, ha tomado 648 casos de forma directa, evaluado la situación de 1 mil 600 menores y ganado 14 casos de asilo.
Los abogados de organizaciones sin ánimo de lucro que recibieron el dinero municipal para ayudar a los niños y adolescentes dijeron que las cifras de casos de asilo ganados son bajas porque estos pueden tomar mucho tiempo y son, además, difíciles de ganar.
En muchos otros casos, los abogados solicitan estatus especial juvenil para inmigrantes (“Special Immigrant Juvenile Status”), del que pueden beneficiarse aquellos menores de 21 años que han sido abusados, desatendidos o abandonados.
El programa municipal ha solicitado servicios de apoyo en salud mental en al menos 163 casos.
Jocelyn Vázquez, una salvadoreña de 17 años que cruzó la frontera sola en mayo del 2014, dijo que huyó de las amenazas de las pandillas para reunirse en Nueva York con su madre y hermano.
“Vi que podía consultar con una abogada gratis”, explicó durante la rueda de prensa, celebrada en el ayuntamiento de la ciudad. “No sabía que calificaba para alivio migratorio. Ahora ella está en proceso de cerrar mi caso de inmigración”.
La ciudad financió el programa con un millón de dólares en el año fiscal 2015 y ha destinado otro millón y medio en el año fiscal 2016. La Fundación Robin Hood y el New York Community Trust contribuyeron con un total de 900 mil dólares.
Mark-Viverito destacó que el programa coloca a Nueva York “al frente de la batalla por una reforma migratoria” y que debería ser un modelo “para el resto del país”.